Autoría: Elena Roger Gamir (pedagoga)
Republicado con autorización de: http://www.solohijos.com/
“Lo quiero” o “lo necesito” son las palabras
preferidas de nuestros hijos. A los cuatro años y a los diecisiete. Tienen un
talento especial para convertir la compra de unos pantalones de marca en una
urgente necesidad o la tableta de chocolate en un asunto de vida o muerte.
Creemos que son caprichosos cuando en realidad no les hemos enseñado a
distinguir entre lo necesario y lo prescindible.
¿Por
qué es tan importante enseñarles desde pequeños a distinguir entre necesidad y
capricho?
Enseñar a nuestros hijos a distinguir lo verdaderamente necesario de lo
accesorio no es solo un tema educativo. Ni siquiera solo un tema ético o de
valores. También es un tema cognitivo,
intensamente entrelazado con la capacidad de regular el propio comportamiento o la planificación y logro
de objetivos.
Deben tener la capacidad de diferenciar entre datos
relevantes y no relevantes, interiorizar su propio comportamiento, uso de
razonamiento lógico, pensamiento hipotético, categorización, comunicación
descentralizada, conducta controlada…una gran cantidad de habilidades
cognitivas que les ayudan a posponer la gratificación inmediata y poder tomar
una decisión basada en la reflexión y no en la reactividad y las apetencias.
Es importante porque aprenden a:
- Prescindir (tarde o temprano tendrán que prescindir de cosas, incluso personas, mascotas, hábitos…)
- Regular su comportamiento
- Planificar para lograr objetivos
- Distinguir características relevantes de las que no lo son
- Aplazar recompensas
- Manejar la frustración
- Valorar lo que tienen
- Entender la relación entre trabajar/ganar dinero y gastarlo (ya sea de sus padres o de ellos mismos)
- Priorizar necesidades
Ante un capricho, ¡pregunta!
Una vez que tu hijo entiende la diferencia entre capricho y necesidad, puedes mediar con él
haciendo preguntas clave que le ayuden a reflexionar sobre la característica de
esa necesidad.
Adapta las preguntas a la edad madurativa de tu hijo y elige el momento porque en mitad de una rabieta o desafío será difícil que las escuche.
Adapta las preguntas a la edad madurativa de tu hijo y elige el momento porque en mitad de una rabieta o desafío será difícil que las escuche.
1. ¿Crees que esto lo necesitas o es un capricho?
2. ¿Por qué lo crees?
3. ¿Por qué lo quieres?
4. ¿Qué ocurriría si no pudieras tenerlo?
5. ¿Cómo afectaría esto a tu vida?
6. ¿Afectaría a más personas?
7. ¿Qué es lo peor que podría ocurrir si no lo
consiguieras? ¿Eso es tan importante?
8. ¿Cómo te sentirías?
9. Si no pudieras tenerlo ahora, ¿crees que lo seguirías
queriendo dentro de tres meses?
10. Entonces, dentro de tres meses, ¿sería necesidad o
capricho?
¿Cómo enseñarles a diferenciar entre el capricho y la necesidad?
1. Cada vez que tus hijos quieran algo que
consideres que es un capricho, diles
que lo escriban en una lista de “Cosas
que quiero y no puedo tener ahora”: Esto
puede esperar un poquito más; escríbelo en tu lista y cuando tengas dinero
ahorrado, cuando sea tu cumpleaños, Navidad…volveremos a leerlo y compraremos
el que más ilusión te haga. Lo más seguro es que con el paso del tiempo esa
necesidad disminuya y llegado el momento ya no lo quieran. Es entonces el mejor
momento para hablar con ellos sobre la diferencia entre necesidad y capricho.
2. Explícale,
adaptado a su edad, la diferencia entre capricho y necesidad. La comida es una necesidad porque no podemos vivir sin ella
sin embargo ese juego de ordenador puede hacerte mucha ilusión pero no es
necesario para vivir. Haz dos listas con tu hijo de las cosas que él
considera necesidad y capricho. Hazle
preguntas para que el mismo reflexione y, con el criterio anterior, las
recoloque en la lista adecuada: ¿En
qué lista colocamos tres sudaderas? ¿Y el pastelito de la mañana? ¿Qué opinas
de tener un hogar? ¿Y el cariño de los abuelos? ¿Están al mismo nivel?
3. Dale
ejemplo. Explícale
que hacer la lista de la compra, no solo te ayuda a que no se te olvide nada
sino sobre todo como guía para no comprar cosas prescindibles. Mejor si haces
la lista de la compra con tu hijo: Mañana
es tu cumpleaños y haremos un pastel. ¿Crees que los huevos son un capricho o
una necesidad? Solo tenemos dinero para una cosa más, ¿qué crees que es más
necesario, la harina o unas aceitunas?… Le enseñas planificación,
autocontrol y prioridades.
4. En cuanto tengan la edad y la
responsabilidad de manejar el dinero, ayúdales
a que se lo ganen con algún trabajo extra. Con su dinero
es más fácil enseñarles esta diferencia.
Proporciónale tres pequeñas cajas para repartir su dinero: COMPARTIR, AHORRAR y GASTAR. De manera muy visual, comenzará a distinguir entre la necesidad y el capricho, estableciendo prioridades: mayor carga económica en la caja de ahorro y diferentes porcentajes para el resto de las cajas, teniendo en cuenta también las necesidades de los demás.
Proporciónale tres pequeñas cajas para repartir su dinero: COMPARTIR, AHORRAR y GASTAR. De manera muy visual, comenzará a distinguir entre la necesidad y el capricho, estableciendo prioridades: mayor carga económica en la caja de ahorro y diferentes porcentajes para el resto de las cajas, teniendo en cuenta también las necesidades de los demás.