Nenos narcisistas

Republicado con autorización de: http://www.escuelaenlanube.com/
Autoría: María Eugenia Daney

Niño narcisista: ¿En qué momento un niño posee un amor propio tóxico que se convierte en narcisismo? En esta oportunidad hablaremos sobre cómo detectar si nuestro hijo es un niño narcisista y cómo resolver este problema. Aunque cada niño es único y se expresa de formas diferentes, en líneas generales un niño narcisista presenta algún tipo de conducta que nos llame la atención. Veamos algunas características.

Características de un niño narcisista

·         Exagera sus triunfos y sus talentos
·         Espera ser continuamente elogiado
·         Carece de empatía
·         Intenta ser el centro de atención y/o de conversación de manera constante
·         Tiene la percepción de que el resto de los niños tiene celos de él
·         Reacciona de manera violenta o con ira cuando se le marca los errores propios
·   Aunque aparente todo lo contrario lo cierto es que son niños con una baja autoestima. Por esta razón pueden sentirse heridos emocionalmente

¿Por qué un niño puede ser narcisista?

Existen diferentes causas por las que se puede llevar a forjar una personalidad de tipo narcisista. En casi todos los casos se apuntan a por lo menos uno de los tres aspectos siguientes:
1.   Crianza
2.   Factores genéticos
3.   Entorno del niño (factores ambientales)

Aunque como decimos a menudo cada caso es único y debe ser abordado de manera individual para determinar las causas, ciertos estudios han podido indicar que los padres que elogian y sobrevaloran a sus hijos entre los 7 y los 11 años suelen desencadenar personalidades de tipo narcisista en sus hijos.

¿Cómo podemos evitar comportamientos o personalidades con características narcisistas en los niños?


  • No elogies demasiado las conductas de tus hijos. No estamos diciendo con esto que evites felicitarlos cuando ellos logren algo pero sí evita los cumplidos exagerados.
  • Alaba cada esfuerzo real que tenga el niño. Por ejemplo si tu hijo tiene 12 años y lo premias porque se cepilló los dientes él solo, esto colaborará con elevar su propia estima facilitando conductas narcisistas. Por el contrario si tu hijo tiene 5 o 6 y por iniciativa propia (y luego de insistir mucho) él/ella se cepilla los dientes antes de irse a dormir, entonces sí se trata de una conducta para premiar y debemos hacerlo.
  • Enséñales a tus hijos a reconocer sus propias emociones. También es importante que él reconozca las emociones propias y ajenas. Esto le ayudará a detectar cuando está siendo narcisista y, con el tiempo, podrá evitar las conductas que lo alejan del resto de sus pares.
  • Demuestra el amor que tienes por ellos pero también enséñales que todos deben recibir amor. Por ejemplo, si tienes más de un hijo, muéstrale como todos los niños deben recibir el mismo afecto de parte de sus padres. Si es hijo único entonces intenta, mediante ejercicios y con paciencia, fomentar las relaciones entre pares (juego, charlas, etc) para que poco a poco el niño comprenda su lugar en el mundo.
  • Evita detenerte en comentarios de tipo “eres el mejor de la clase”, “eres el más guapo”, etc. Cambia esas palabras por otras como por ejemplo. “Soy tu madre y para mí eres el más guapo de todos. Sin embargo, cada niño tiene un aspecto hermoso y positivo que lo hace único frente al resto”. Luego de decir estas palabras puedes practicar con tu hijo sobre expresar los aspectos positivos que tiene cada uno de sus amigos y que los convierte únicos frente al resto.

Nenos materialistas e interesados

Republicado con autorización de: http://www.solohijos.com/
Autoría: Alberto Soler Sarrió (psicólogo)

Caprichosos, materialista e interesados…

Cuando nuestros hijos nacen sólo quieren y necesitan una única cosa: a nosotros. Especialmente a su madre, y poco después a su padre y otras personas significativas, pero en resumen lo que necesitan es cercanía, afecto, apoyo, tiempo. Pero conforme pasa el tiempo, la cantidad de cosas que creen necesitar y quieren es prácticamente infinita, e incluso el apego que tienen hacia nosotros es cada vez menor, llegando a su cota mínima en la adolescencia.
¿Cómo se produce ese cambio?, ¿qué sucede para que crezca de ese modo su necesidad materialista? (ver vídeo al final del artículo)
Nuestros hijos no nacen queriendo cosas, sino que nacen queriéndonos simplemente a nosotros.
Y somos precisamente nosotros quienes de manera progresiva les empujamos a ir sustituyendo esa necesidad tan pura y simple por otras muchas de corte más material. Les convertimos en seres materialistas e interesados.
No es fácil criar a los hijos hoy en día; los padres cada vez tenemos que enfrentarnos a más desafíos para lograr salir adelante con nuestros hijos. Una de las cosas que más nos falta es precisamente lo que más necesitan nuestros hijos: tiempo.

Nos piden brazos y les damos cosas

Es por eso que llega un momento en el que nos piden brazos y les pedimos que se conformen con cosas: les llenamos el carro y la cuna de sonajeros, móviles, doudous, cualquier cosa para que se distraigan cuando lloran pidiendo nuestra presencia.
Más tarde crecen y nos piden jugar, o nos piden un cuento, pero estamos tan ocupados que preferimos ponerles la TV o darles la tablet con una app “educativa”. Les distraemos de lo que verdaderamente quieren y necesitan, y hacemos que acaben queriendo cosas que en realidad no les hacen ninguna falta.
Ellos no querían cosas, nos querían a nosotros, pero poco a poco van haciendo esa sustitución. ¿Cuántas veces sólo querían nuestro tiempo o atención y les hemos dado otra cosa sólo para lograr distraerles?
“Mira cuánto te quiere el abuelo que te ha comprado este osito…”
Todo esto no es enteramente nuestra culpa, no podemos alejarnos por completo del contexto en el que vivimos y la sociedad que nos ha educado. A nosotros nos han hecho así, y nosotros les hacemos del mismo modo casi sin pensarlo. Y nuestro entorno actúa del mismo modo.

Por ejemplo, también les hacemos materialistas e interesados cuando les enseñamos a cambiar afecto por objetos: “dame un besito y te doy esto”, “mira cuanto te quiere el abuelo que te ha comprado este osito”. ¿Qué mensaje implícito le estamos trasladando con esto?

El afecto se gana, no se compra.

Y se gana con tiempo y esfuerzo. Si queremos que la relación con nuestros hijos (o de éstos con sus abuelos, tíos o familiares) se base en un intercambio de afecto por cosas, en verdad el afecto nunca estará presente: sólo habrá interés por conseguir esas cosas. Y cuando estas desaparezcan, el afecto (que nunca estuvo) también lo hará.
Si queremos que nuestros hijos sean más afectuosos, comunicativos, que compartan tiempo con nosotros, que no sean tan materialistas, quizá deberíamos invertir menos esfuerzos durante sus primeros meses y años de vida en hacer que ellos fueran así.

Porque todo lo que vivimos en esos primeros meses y años crea una huella, un aprendizaje, que aunque no lo procesemos de un modo consciente, acaba teniendo su impacto en la edad adulta.

No les enseñemos a ser materialistas e interesados.


Se vos gustou este vídeo tedes máis no canal de youtube de Alberto Soler:

Mamitis... Que fago?

Republicado con autorización de: http://www.educapeques.com/
Autoría: María Eugenia Daney

La mamitis aguda es un estado por el que atraviesan muchos niños pequeños, niños enmadrados. Ese estado de los niños enmadrados expresa una inseguridad pasajera por parte del niño en el que sólo se siente seguro en los brazos de su madre.
Es cierto que el lazo de madre e hijo comienza incluso antes de nacer, no resulta extraño pensar que ante una situación de peligro o inseguridad, el niño desee acudir a los brazos de su mamá para pedir ayuda ayuda y protección.
El problema de la “mamitis aguda” se produce cuando el niño ya ha comenzado a ser relativamente autónomo e independiente pero, por alguna razón, tiene un retroceso o regresión en su evolución.
Por ejemplo. Un niño 3 años puede sentirse a gusto jugando con sus compañeros en la escuela, sin embargo, en una etapa de mamitis aguda esto queda desplazado, ningún lugar parece ser seguro para el niño. Por tanto él no disfruta de la compañía de nadie que no sea su madre.

Síntomas de mamitis ¿Cuándo aparece la mamitis aguda?

La mamitis aguda puede aparecer después de los 21 meses de vida y hasta puede reaparecer entre esta edad y los 4 años de edad.

Síntomas de mamitis aguda:

  • Los niños sólo desean estar con su mamá en todo momento
  • Sólo dicen “mami, mamita o mamá”
  • No se calman con nadie más que no sea su madre, tiene una gran dependencia de la madre
  • Solo juegan con su mamá
  • No desean que la madre haga otra cosa más que abrazarlos, mirarlos y jugar con ellos

¿Por qué se produce la mamitis aguda?

Dado que es un fenómeno bastante común, las causas de la mamitis pueden ser muy variadas. No obstante en líneas generales un niño puede tener mamitis aguda cuando:

  • Se siente desplazado por la llegada de un nuevo hermanito
  • Su mamá ha comenzado a trabajar luego de un período de tiempo y ya no es posible verla a toda hora
  • Una mudanza que pueda hacer sentir vulnerable al niño
  • Unas vacaciones extensas al cuidado de los abuelos
  • Comenzar a ir a escuela infantil

¿Cómo superar la mamitis aguda?

Comenzar a jugar con juegos creativos

Comenzar a jugar con nuestros hijos a juegos que sean entretenidos para ellos y donde ellos puedan crear e inventar.
Poco a poco estos juegos irán ganando terreno en su atención en relación a la atención de las madres. En estos momentos las madres deben distanciarse un poco (a un metro de distancia) pero no alejarse por completo de la escena. De este modo ellos se sentirán con la seguridad de que su mamá está ahí presente.
Con el paso de los días, esta situación puede irse modificando paulatinamente y la mamá puede comenzar a alejarse aún más, dejando espacio para que el niño y otros compañeros de juegos (hermanos o amigos) jueguen entre ellos.
Posteriormente resulta de mucha utilidad que tanto el padre como los abuelos y tíos comiencen a intervenir en los juegos. Esto debe hacerse muy pausadamente para evitar que el niño vuelva a tener sentimientos de inseguridad.

Eleva su autoestima

Dado que el sentimiento de inseguridad está asociado a un miedo y pérdida, es importante generar un ambiente seguro y sin peligros para el niño. Por otra parte los elogios hacia ellos (por ejemplo: “Tú puedes construir este juego. Sé que puedes. Yo te ayudaré pero lo harás tú”, puede ser un gran incentivo que trabaja reforzando su personalidad comprometida por la misma etapa de niño apegado a la madre

Y sobre todo ten paciencia

Aunque toda madre se sentirá agotada y exhausta, es importante no perder la calma, ser paciente y perseverante par que los niños puedan ir, poco a poco, superando esta etapa.



Consellos para falar cos nosos fillos e fillas

Republicado con autorización de: http://www.escuelaenlanube.com/
Autoría: Celia Rodríguez Ruiz (psicóloga y pedagoga)


Cuando tenemos que hablar con los niños y niñas, no siempre nos resulta fácil. Son muchas familias las que tienen interrogantes y dudas sobre cómo hablar con los niños y niñas. ¿Cómo les decimos ciertas cosas? Sobre todo lo relacionado con las malas noticias, o temas complicados, y ¿Cómo conseguimos que nos cuenten cosas? Hablar con los niños y niñas, puede convertirse en un importante desafío que no siempre podemos afrontar de manera adecuada.

¿Por qué nos cuesta hablar con los niños y niñas?

Una de las mayores dificultades, que encuentran los adultos para hablar con los niños y niñas, está en encontrar el equilibrio entre lo que queremos decir y su capacidad de entender. Si les hablamos como acostumbramos a hacer con otros adultos, es normal que no comprendan bien parte del mensaje, sobre todo si usamos dobles sentidos, ironías, expresiones o palabras que no comprenden. A menudo tendemos a evitar hablarles como haríamos con otros adultos, y caemos en otro error, hablarles como si fuesen tontos y no pudiesen entender ciertas cosas.
Encontrar el término medio entre estos dos extremos, supone hablar con los niños y niñas de manera que puedan entendernos. El equilibrio entre estos dos extremos no siempre es fácil de lograr.

Consejos para hablar con los niños y niñas

·         En primer lugar recuerda tu infancia y trata de ponerte en el lugar del niño o la niña, con quien quieres hablar. No son idiotas, pueden entender y sacarán conclusiones de lo que está ocurriendo.
·         Cuéntales la verdad. Aunque el tema sea complicado, como una mala noticia, no les mientas. A veces, tratamos de endulzar las malas noticias y las adornamos con información. Al hacer esto solo conseguimos confundir al niño o la niña.
·         Explícales las cosas poco a poco, en pequeñas dosis para que puedan procesar y entender toda la información.
·         Emplea ejemplos y palabras que puedan entender. Puedes usar ejemplos, y relatos, pero evita recurrir a explicaciones fantásticas y poco realistas que puedan confundir a los niños o niñas.
·         Explícales bien las cosas y comprueba que te han entendido. Para ello pregúntales qué y cómo lo están entendiendo. Deja silencios en tu explicación, para que puedan preguntarte sus dudas.
·         Evita usar dobles sentidos, ironías, frases hechas que den lugar a la confusión. Los niños y niñas no siempre comprenden bien estos usos del lenguaje y podemos confundirlos.
·         Ayúdales a identificar y expresar sus emociones ante determinadas situaciones complicadas o malas noticias. Contarles las cosas no se limita a soltar la información, es fundamental acompañarles en el procesamiento de dicha información y ayudarles a llevarlo mejor.
·         No te burles, ni ridiculices sus preguntas u opiniones. Seguramente les cueste hablar con un adulto de ciertas cosas, si nos burlamos o ridiculizamos, hacemos que cada vez les cueste más hacerlo.
·         No les presiones para que hablen o te pregunten, dales confianza y tiempo para hacerlo. Es importante que se sientan cómodos y debemos respetar su intimidad.
·         Intenta ser sincero con ellos.




O que nos di a desobediencia dos nosos fillos

Republicado con autorización de: http://www.mamapsicologainfantil.com/
Autoría: Sara Tarrés

 Si hay algo que preocupa, y mucho, a la mayoría de los padres es la desobediencia de nuestros hijos. Hijos que empiezan a desobedecer desde bien temprana edad, digamos que a partir de los 2 años, cuando descubren que son seres independientes a mamá y observan el impacto de la palabra no. ¿Os suena? Sí, es a partir de los 18-24 meses, más o menos, cuando nuestro tierno bebé se rebela y se transforma en un pequeño adolescente.

¿Pero qué hay detrás de esas conductas de desobediencia?

Recuerda: detrás de esa desobediencia que tanto nos agota, angustia y frustra hay un mensaje, y el más común es el de que nuestro hijo crece y se desarrolla correctamente. Desobedecer es una conducta normal y sana, y aunque los padres desearíamos niños y niñas obedientes a toda hora eso impediría totalmente el desarrollo de su autonomía y personalidad. Recuerda que tu hijo debe descubrir el mundo por su cuenta, caerse y levantarse.
Por eso detrás de la desobediencia de nuestros hijos, casi siempre, hay un mensaje de:

  • Búsqueda de autonomía.
  • Interés por lo que le rodea.
  • Reafirmación de su personalidad.
  • Necesidad de atención.
  • Expresión de una necesidad no cubierta.
  • Aburrimiento.
Pero, ¿por qué desobedecen aún cuando creemos que les ofrecemos la suficiente autonomía, atención, cariño, cuidados y juegos?
Debemos tener en cuenta que todos los niños y niñas desobedecen en algún momento u otro de sus vidas ya que esa desobediencia responde a varios factores, por ejemplo:
  • Momento evolutivo.
  • Situaciones de estrés: nacimiento de un hermano, procesos de separación o divorcio, cambios de domicilio o de escuela, enfermedad propia o de algún familiar.
  • Estilos educativos de los padres, tanto los estilos excesivamente permisivos como los rígidos y autoritarios promueven la desobediencia.
  • Carácter del niño. No todos los niños y niñas son iguales, cada uno es único y diferentes, los hay de más tranquilos y apacibles y otros son más movidos, traviesos, exploradores y atrevidos.
Sea como sea, el niño o niña 100% obediente en todo momento y circunstancia no existe y, en caso de existir, debería preocuparnos. No obstante, y a pesar de que la desobediencia sea algo sano, normal, natural y conveniente para el desarrollo de nuestros hijos, hay que poner límites y averiguar hasta qué punto es tolerable. De aquí que debamos observar:

  • con qué frecuencia desobedece,
  • en qué entornos y personas desobedece,
  • con qué intensidad y tipo de conductas manifiesta su desobediencia,
  • y si ésta interfiere en la relación con nosotros, sus padres, u otros adultos de referencia.
Una vez tengamos esta información nos haremos una mejor idea de lo que esconde la desobediencia de nuestros hijos.
Recordad que como padres/madres tenemos parte de “responsabilidad” en las conductas de desobediencia de nuestros hijos.



Un neno difícil soe ter problemas coas emocións

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Muchos docentes tienen la creencia que un niño difícil es aquel que es criado de forma incorrecta por sus padres. A menudo se dice que estos niños “no tienen los límites suficientes”…
No obstante, no siempre un niño difícil es el resultado de una acción errónea de sus padres. A menudo un niño difícil tiene problemas de carácter emocional que no ha podido resolver.
Existen niños que tienen altas demandas afectivas (con frecuencia por vivencias o por cuestiones que ellos mismo no han podido manifestar o han quedado sin resolver). Por otra parte, a veces los niños no pueden (o no saben) expresar correctamente sus emociones. Así, pueden creer que sienten tristeza cuando en realidad debajo del llanto se esconde bronca o resentimiento.

Niño difícil: ¿Cómo ayudamos a un niño a canalizar sus emociones?

1 – Reforzando el poder positivo de la palabra

Frente a un niño difícil es importante remarcar aquellos aspectos positivos. Es decir, aquellas cosas que él haga correctamente y felicitarlo por ello. Debemos hacer foco en celebrar sus logros. Caso contrario eso elevará mucho más sus enojos y crecerá su angustia.
Proponemos que utilices frases como: “confío en ti”, “eres muy especial para mí” o “yo sé que lograrás esto”.

2 – No lo juzgues

A menudo muchos padres se colocan en un lugar donde recriminan aquellas cosas que sus hijos hacen mal. Por ejemplo: “siempre haces mal esto”, “no sé para qué te envío a básquet si eres tan malo”.
Por el contrario nuestra actitud tiene que ser de apoyo. Recuerda que toda palabra (positiva como negativa) quedará dando vueltas en la mente y en el corazón de nuestros hijos incluso cuando ellos sean adultos. Por eso es necesario que ellos tengan un arsenal de palabras positivas y de entusiasmo para que logren forjar una autoestima elevada y poder enfrentar los problemas presentes con la solvencia y la base afectiva necesaria para constituir así una psiquis saludable de adultos.

3 – Tu actitud es “todo” para ellos

Genera confianza en lo que ellos están haciendo. Promueve un lazo cercano, comprensivo y de confianza.
Evita ironizar lo que él/ellos tienen para decir. Mantén una comunicación fluida y diaria para que sientan que pueden contar contigo incluso en el día a día y con todas las complicaciones cotidianas.
Hazle saber con gestos (más que con palabras) que ellos están siendo escuchados y que pueden contar con tu palabra, presencia y compañía.

4 – Promueve su equilibrio interno

Muéstrales de qué modo una emoción puede transformarse en palabras. Enséñales cómo reconocer un sentimiento. Márcales que se pueden canalizar las emociones mediante actividades como el arte, el canto, la danza, etc.

Es importante que reconozcamos como adultos que una emoción bloqueada es una espina que se ancla entre medio de piedras. Es decir, es una espina muy difícil de extraer pero imprescindible hacerlo ya que, de no tomar esta emoción con importancia, se caerá en la ilusión de que la misma ha desaparecido cuando por el contrario, ésta ha socavado aún más hasta pasar inadvertida pero dolerá aún más su presencia invisible.

4 Xogos para ensinar aos nenos a ser ordenados

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Ser ordenados: El orden es una de las características que debe tener, tarde o temprano, todo miembro de una sociedad. Sin duda el orden es necesario para la inserción de toda persona dentro de un empleo o bien en la educación.
Por esta razón resulta fundamental que los niños comiencen de pequeños a asimilar ciertos parámetros de orden puesto que, de este modo, les resultará mucho más sencillo la incorporación de dicha enseñanza.

Beneficios de fomentar el orden en los niños

·         Favorece la memoria a largo plazo
·         Beneficia el orden en el hogar tanto para los adultos como para los niños
·         Ayuda a establecer estructuras mentales que permiten la elaboración de procesos mentales superiores
·         Favorece la autonomía infantil
·         Provee de un orden mental interno
·         Eleva la autoestima del niño
·         Realza el buen comportamiento y las buenas relaciones (en el hogar y en el ámbito escolar también)

¿De qué manera podemos enseñarles a nuestros hijos a ser más ordenados?

5 trucos para enseñar a los niños a ser ordenados

Beneficios de ser ordenados

·         Establecer rutinas. Es importante establecer días y horarios para cada actividad. Esto no sólo fomenta el orden personal sino también la disciplina (que van de la mano junto con el orden). Por ejemplo establecer horarios para el cepillado de los dientes, para el aseo, para los juegos, para el baño, para las comidas, etc. Claro que con esto no necesariamente tenemos que ser padres estrictos o inflexibles, pero sí será un buen parámetro para respetar por parte de los niños y los adultos.
·         Da el ejemplo. Este es un dato que hemos mencionado más de una vez pero no nos cansamos de mencionarlo ya que, sostenemos que el ejemplo es uno de las mejores herramientas con las que cuenta todo padre y madre frente a sus hijos.
·         Utiliza canciones divertidas. Puede que, a la hora de ordenar sus juguetes o sus pertenencias tus hijos comiencen a angustiarse o simplemente no quieran realizar dicha actividad. En estos casos puede ser de utilidad la implementación de una canción que los motive. También puedes emplear el “premio-castigo” indicándoles que “luego del ordenamiento les darás un premio”. Sin embargo creemos que no es prudente abusar de dicha herramienta para evitar que los niños sólo actúen a cambio de un premio.
·         Explícales las consecuencias del desorden. En este caso puede ser de utilidad la realización de algún juego o actividad. También puedes valerte de gráficos o de historias y de consecuencias que se relacionen con la falta del orden.
·         El orden ligado con la independencia. En la mayoría de los casos los niños anhelan ser independientes. Si éste es el caso de tu hijo es una excelente oportunidad para enseñarle que el orden es un paso fundamental para ganar cierta autonomía e independencia. De este modo estarás colaborando en elevar su autoestima y, en consecuencia, disminuir el estrés que muchos niños tienen en la actualidad.

4 Juegos educativos para ayudar a los niños a ser ordenados

Ordenando la secuencia

Materiales: tarjetas con diferentes momentos del día de un niño. Cada una de estas tarjetas contienen una acción que se realiza en el día: cepillarse los dientes, levantarse, ir a la escuela, almorzar, jugar, cenar, etc.
El objetivo de este juego es darle al niño las tarjetas desordenadas y que él las ordene según el orden correcto.

Ordenando libros

Si los niños son un poco más grandes (más de 8 años) se les puede pedir que ordenen por orden alfabético, algunos libros (aproximadamente 10).

Estableciendo reglas en una ronda

En este caso se puede proponer el relato de un cuento que cada niño va a ir completando según le toque su turno.
Por ejemplo se empieza con uno de los niños dándole una frase inicial: “Había una vez, en un castillo muy, muy lejano, un ogro muy triste…”
Se le pide a un niño que complete con una frase aquello que cree que le ha ocurrido al ogro para estar triste. Luego se le pide al compañero de junto que continúe la historia y así sucesivamente. Es importante que cada niño haga un aporte respetando el orden del juego.

Reconociendo el error

Para este juego se necesitará que los niños de toda el aula observen en detalle cada rincón del salón y los objetos que en él se encuentran. Luego se le pide a uno de los niños que salga fuera del aula. Con ayuda del resto de los niños se modificará algo del salón. Luego se le pide al niño que regrese al salón y que intente distinguir aquello que se ha cambiado del orden anterior. Gana el niño que en menor tiempo adivine el cambio.

O valor da tolerancia nos nenos

Republicado con autorización de: http://www.escuelaenlanube.com/
Autoría: María Eugenia Daney

La tolerancia es el sentimiento de respetar ideas u opiniones y valoraciones de diferentes personas aunque nosotros no estemos de acuerdo con dicho juicio de valor.
Admitir las diferencias y los puntos de vista opuestos es una de las grandes pruebas y desafíos que tiene todo padre o docente.

De hecho, los niños que no logran ser tolerantes con sus compañeros en cuanto a la diferencia de puntos de vista u opiniones dispares, se convierten en adultos intolerantes y rígidos en su pensamiento. Esto puede desencadenar en un aislamiento social para el niño intolerante.
Las diferencias entre los niños son importantes y útiles pero estas deben ir a acompañadas, justamente, de tolerancia.

¿Qué es la tolerancia?

La tolerancia es el arte de poder aceptar diversos puntos de vista sin modificar los propios y reconocer que el otro es otro y que, como tal, tiene derecho a pensar o sentir lo que le parezca conveniente.

¿Dónde está el límite?

En cuanto al sentido común, debemos decir que toda tolerancia debe tener un límite. Es decir, no debemos inculcarles a nuestros hijos que ser tolerante implica aceptar todo lo que “el otro” desee hacer. Por el contrario el límite se produce cuando lo que el otro hace o piensa, afecta a otros de forma directa.

Buscando el límite con ejemplos…

Por ejemplo que un niño escoja para realizar una lámina grupal un lápiz de color rojo y no verde, no afecta demasiado al resto. Cada niño ser tolerante para que cada uno utilice los colores que prefiera puesto que de eso se trata el trabajo grupal: aporte de cada uno de los integrantes.
Pero la situación cambia si uno de los niños desea colorear todo el afiche con los colores que él escoja y no permite la opinión o intervención del resto de los niños. En estos casos debemos inculcarles a nuestros hijos que ellos también deben y pueden participar.
Para citar otro ejemplo en donde no es conveniente ser tolerante es cuando vemos algún niño que realiza algún tipo de maltrato ya sea hacia alguien cercano o bien hacia otra persona o animal. En estos casos el niño debe aprender a distinguir cuándo no es conveniente ser tolerante y hacerse a un lado puesto que una cosa es la tolerancia y otra es falta de respeto.

Pero ¿Cómo podemos fomentar la tolerancia en los niños?

7 Consejos para fomentar la tolerancia en los niños

  1. Transmitir mediante relatos, cuentos o historias que estimulen la tolerancia en los niños
  2. Enseñar la diversidad de culturas y etnias. De este modo podemos ayudarle a los niños a que crezcan siendo tolerantes con otros que culturalmente son diferentes a ellos.
  3. Dar el ejemplo a los niños.
  4. Viajar a lugares donde los niños nunca antes hayan viajado, conociendo culturas y costumbres diferentes.
  5. Fomentar los beneficios de la paz y la armonía en el grupo.
  6. Transmitir que las burlas son sentimientos negativos deben evitarse.
  7. Generar juegos o actividades para fomentar la disparidad de opiniones y enseñando que esto no es algo negativo sino que debemos aprender a tolerar los diversos puntos de vista.


Resaltar que los diferentes puntos de vista y la tolerancia respectiva favorece las relaciones sociales y nos convierte en ciudadanos preparados e íntegros.

2 anos: a idade dos enfados e dos desafíos

Republicado con autorización de: http://www.educapeques.com/

Es cierto que la edad de los berrinches se presenta entre los 2 y los 4 años y resulta ser una etapa imposible de evitar para toda madre o padre. Sin embargo, visto desde la óptica de la construcción de la psiquis de los niños, la edad de los berrinche sirve para que los niños comiencen a incorporar los “no” o la negación, puesto que su personalidad comienza a formarse.
No obstante es preciso aprenderá controlar los berrinches en los niños para evitar que ellos se tornen con una personalidad caprichosa o negativa de forma constante.

La edad de los desafíos y berrinches

Alrededor de los 2 años (meses más, meses menos) un niño comenzará a marcar los “no” a su alrededor. Por ende es normal que los niños no deseen, por ejemplo,  prestar sus juguetes. De hecho, si un niño al llegar a esta edad presta sus juguetes sin oponerse ni negarse es una señal de que algo no está funcionando bien en la psicologia del niño.
Esta edad es una oportunidad que todo padre y docente tiene para comenzar a conocer lo que al niño le gusta y lo que no le gusta. Sin embargo no con esto queremos decir que debemos dejar que ellos actúen de la forma que quieran controlando las situaciones. Por el contrario es una etapa donde debemos comenzar a establecer los límites.

No será una tarea fácil. A menudo los padres y los hijos parecen encontrarse en una pelea entre rivales por la lucha de un poder (ficticio) sobre si se puede o no hacer lo que ellos desean.
Recomendamos a los padres a que, poco a poco, vayan estableciendo los límites, tan necesarios para esta etapa como para el resto de la vida. No debemos dejar que ellos se conviertan en niños tiranos puesto que, a partir de estos berrinches simples se puede desembocar (sin límites) en niños conflictivos o mal adaptados socialmente hablando.

Los berrinches y pataletas en niños

4 Consejos para padres ante los berrinches y pataletas en niños

  1. Básicamente debemos no perder la calma nunca. Tal como dijimos más arriba, esto no resulta ser una tarea sencilla porque los padres comenzarán a notar que sus hijos empiezan a medir ese límite y quieren cruzar la barrera que divide lo permitido de lo que no lo es.
  2. Por otra parte los límites que se impongan a los niños deben estar fundados y ser explicados en los términos que ellos puedan comprender.
  3. No debemos negarle un juguete por el sólo hecho de hacerlo ya que esto, él lo interpretará como una falta de respeto hacia ellos (y de hecho lo es). Por el contrario debemos explicarles los motivos por los que no pueden jugar con ese juguete en ese momento. Por ejemplo: “No puedes jugar con ese camión porque no es tuyo”, o “No puedes armar bloques ahora porque es la hora de cenar”, etc.
  4. Por otra parte, al establecer los límites, estos no deben ir acompañados de maltrato. Aunque estemos ofuscados con ellos producto de sus berrinches, debemos aprender a controlar nuestro ánimo. A establecer el límite procura que ellos te vean sereno, amoroso pero firme en tu determinación.


¡Recuerda! Deberás permitirles que ellos expresen su negación y sus sentimientos, pero cuando lo consideres oportuno establece el límite con amor y firmeza pero no cedas.

Como podemos mellorar a capacidade de atención dos nosos fillos

Republicado con autorización de: http://www.educapeques.com/

Mejorar la capacidad de atención: Desarrollar la capacidad de atención en los niños es fundamental para prevenir o evitar dificultades fururas.
La atención se puede reforzar desde temprana edad con diferentes estímulos, actividades, fichas, juegos etc. Es necesario trabajar con los niños la capacidad de centrase en los detalles, discriminar, distinguir las diferencias, etcEl cerebro necesita de estímulos (de forma similar que los músculos) y entrenamiento para estar en forma.


Mejorar la capacidad de atención de nuestros hijos


A continuación veremos 10 técnicas para mejorar la capacidad de atención en nuestros hijos.

  1. Estimular la atención de los niños con colores y sonidos. Cuantos más pequeños sean los niños, menor tiempo estarán concentrados prestando atención. Por ello utilizar colores o sonidos puede ser una alternativa viable. Utiliza fichas o láminas que fortalezcan su atención.
  2. No intentes mantener su atención en un primer momento por más de 5 o 7 minutos. Ve despacio incrementando el tiempo de la atención. Recuerda que los niños se distraen fácilmente y debes respetar (luego de este período de tiempo) que ellos se dispersen un poco.
  3. Establece tiempos para la atención e intercala con tiempos de óseo y juego. Puedes establecer alguna actividad que requiera de su atención y luego emplear algún juego de mesa o interactivo que sea de distracción para ellos. El tiempo de la distracción no debe exceder los 5 o 7 minutos. Luego retoma las actividades y emplea un poco más de tiempo (alrededor de 15 minutos). Estos tiempos dependerán de cada niño en particular y de las edades que ellos tengan. Puedes modificar los tiempos sugeridos si lo consideras necesario.
  4. Controla los niveles de ansiedad. Es frecuente que los niños se contagien de los niveles de ansiedad de otros. Por tanto, debemos prevenir la situación y anticiparnos. Cuando veamos que algunos de los niños comienzan a elevar su nivel de ansiedad, debemos intervenir con algún juego o canción que los distraiga.
  5. Establece una rutina en el hogar. Permite que el niño tenga una rutina corta pero asegúrate de que se encuentra respetando las pautas haciendo contacto visual con ellos.
  6. Aprende a controlar los tiempos tú y que no sean ellos lo que controlen los horarios. A menudo los niños tienden a controlar a los adultos. Por ejemplo piden ir al baño, piden comida, cambian de tema, etc. En este aspecto debemos ser constantes en lo que queremos transmitirles y responder de forma cortante pero con dulzura y amor a sus preguntas pero siempre retomando el tema que utilizaremos para estimular la atención en ellos.
  7. Utiliza ejercicios o juego para la memoria. La memoria está íntimamente relacionada con la capacidad de atención. Cuanto más reforcemos la memoria, mayor será el nivel de atención que los niños puedan sostener.
  8. Establece juegos para estimular la concentración. Puede ser palabras cruzadas, laberintos, dominó, rompecabezas, cartas, monopoly, etc.
  9. Fomenta el orden en el hogar. Esta es una de las cosas que indirectamente favorecerá la atención de nuestros hijos.
  10. Deja que tu hijo tenga una actividad al aire libre como la práctica de algún deporte, hobbie o juegos de esparcimiento. Esto ayuda a que el niño libere tensiones y disminuye el estrés.



Por que non debes darlle présa ao teu fillo

Republicado con autorización de: http://www.solohijos.com/

Autoría: Elena Roger Gamir (pedagoga)


¿Te imaginas una vida sin prisas? Seguramente, tú serias diferente a cómo eres hoy…

“Date prisa que se acaba”, “Corre, que vuelan”, “¿Vas a ser el último en enterarte?”…Prisas explícitas en la calle, en nuestro móvil, en el ordenador, en la televisión, en el periódico, con nuestros amigos… Vale que fuera tengamos prisas y ansiedad pero no vale en casa. Este territorio es lo único que nos permite conectar con nosotros mismos. En casa, prohibido tener prisas.

Prisas: un asunto importante para convertir en lema familiar
Haz una reunión familiar y propón a tu familia adoptar este lema para el resto del año:
“En esta casa no nos gustan las prisas y funcionamos mejor sin ellas. Nos organizamos para hacer las cosas a su tiempo y con calidad. Nosotros no decimos “DATE PRISA”; en su lugar, nosotros decimos “ORGANÍZATE MEJOR”.

Acércate a ellos sin prisas

Busca los medios para ello. Levantarse antes, organizar mejor el horario escolar y extraescolar, dormir más, repartir tareas y delegar para equilibrar la carga de trabajo de todos, establecer prioridades… Tus prisas y tu estrés no tienen por qué vivirlos también tus hijos.

Les producen bloqueo, sensación de incompetencia e inseguridad. Y es entonces cuando incoherentemente nos enfadamos con ellos porque se bloquean, son lentos y dubitativos. Es como una serpiente que se muerde la cola porque nosotros provocamos aquello que luego queremos corregir.

Prisas y patrones de pensamiento

Desarrollamos en en ellos unos patrones de pensamiento epidérmicos, que no se basan en la reflexión, en los detalles, en la analítica. Son patrones de improvisación, que tienen poco de deductivo o inductivo;  de creativo o divergente. Son patrones que buscan excusas y culpables; no responsabilidad y soluciones.

La improvisación, la flexibilidad o actuar por instinto no tienen que ver nada con las prisas. Nuestros hijos pueden estar capacitados para actuar ante los imprevistos sin necesidad de aprender “en modo prisas”.

De hecho, para llegar a la flexibilidad cognitiva hay que “amueblar” bien la cabeza de nuestros hijos, ayudarles a planificar y prever consecuencias. Hay que darles tiempo para pensar y responder. Hay que darles tiempo para seguir su ritmo, quizás más lento que el tuyo.

¡Bienvenido al mundo de los adultos, hijo!

Tu hijo es un niño. No le enseñes los malos hábitos de los adultos. Lo bueno de la educación es que adquieran una higiene mental que le den los recursos necesarios para adentrarse con éxito en el mundo hiperexigente de los adultos, con prisas y estrés a todas horas.


No debería haber prisas para ir al colegio, para comer la merienda o ir al parque. Tampoco para volver del parque o para ir a la ducha. No debería haber prisas para ir cenar ni para acabar el cuento de la noche. Ni para ir a dormir.

Si hay prisa es que las normas no están bien asumidas, o no hay normas, o están mal definidas. O no sabemos comunicarlas con claridad. O falla la organización. O sobran actividades. O queremos que hagan más de lo que pueden. O no hay prioridades. O no tenemos claro la importancia de la lentitud y la calma en la vida de nuestros hijos, incluida la adolescencia.

También se entrena para las prisas

Cuando haya prisas, involucra a tu hijo en la búsqueda de soluciones:

  • Mírame a los ojos y escucha con atención, por favor. Te voy a decir algo que quizás no te guste. Hoy solo hay tiempo de ir al parque, no podremos jugar en casa. ¿O prefieres hacerlo al revés?
  • Hoy tenemos poco tiempo. Si quieres que te cuente el cuento es necesario que luego te bañes rápido. ¿Lo has entendido? Repite lo que he dicho para saber que lo has entendido bien, por favor.
  • Hoy vamos atrasados porque hemos ido al médico. No podremos ir al parque pero te puedo contar un cuento o jugar un ratito más en la bañera. ¿Qué eliges? Es importante que lo pienses antes de contestar porque es lo que vamos a hacer.
  • Cada día llegamos tarde al colegio porque no estás listo; a partir de hoy ya no te voy a esperar. Hablemos y busquemos una solución conjunta, ¿Cuando quedamos para hablar?
  • El martes que viene tengo una semana muy complicada. Organizaros de tal manera para que no tenga que esperaros ni un minuto a la salida del colegio, por favor. Estáis avisados y confío en vosotros.
En realidad, las prisas te pueden servir para detectar fatas de organización y para desarrollar criterio en tus hijos (te recomiendo leer Enséñale a pensar, no a obedecer).


Nuestros hijos no pueden llevar el ritmo de un adulto. No pueden llevar tu ritmo. Es su momento de preparación, de formación y aprendizaje. No olvidemos esto para minimizar el efecto negativo de las prisas que, si bien es difícil eliminarlas, sí es posible controlarlas para que sean estimulantes y no bloqueadoras.