Terapia de exposición: borra os traumas ou medos infantís


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La terapia de exposición es un tipo de terapia que, como su nombre lo indica, expone o lleva al consciente aquel trauma o dificultad que tenga la persona. En otras palabras, la terapia de exposición no conduce al olvido del miedo, sino que ayuda para que la persona (sea adulto o niño) pueda enfrentar aquello que le ha provocado un trauma o le produce miedo, bronca, odio, etc.
No obstante, y debido a que la mayoría de las personas tienen una base de aprendizaje sobre el miedo (miedo a equivocarse, a fallar, a no lograr aquello que se espera de él/ella) esta terapia debe competir con el aprendizaje del miedo instaurado previamente en la psiquis de todo ser humano. La terapia de la exposición,entonces, conduce al aprendizaje de la extinción del miedo, barriendo por completo el trauma generado en el pasado.
En muchas ocasiones se trata a niños, adolescentes y adultos con este tipo de terapias que es una variante de la terapia cognitivo – conductual.
Dicho en otras palabras, la terapia de exposición ayuda a que la persona, en este caso el niño se enfrente sus miedos y pueda superarlos.

¿En qué se basa esta terapia de exposición?

Todo trauma produce, en el cerebro una reacción en cadena que es reproducida por la amígdala y potenciada a largo plazo. Por otra parte, se  ha podido determinar que la terapia de la exposición tiene en cuenta tanto el contexto interno como externo de la persona. En consecuencia, se basa en repeticiones verbales a fin de poder conducir, mediante la palabra, a la resolución del conflicto.  Para ello la terapia reproduce situaciones que produjeron el conflicto.

¿Qué tipo de trastorno o trauma
se puede trabajar con la terapia basada en la exposición?

Es recomendable su uso para personas con fobias, pánico, estrés postraumático, problemas o trastornos de la conducta alimentaria, niños con hipocondría, adolescentes o adultos con adicciones al alcohol, drogas o juegos, niños con ira o hiperactivos.

¿Cómo se trabaja con la terapia de exposición?

Tal como hemos dicho más arriba, la terapia tiene la finalidad enfrentar a la persona con su hecho traumático de modo tal que la situación resulte, en un primer momento, completamente dolorosa o difícil de afrontar pero que, paso a paso, la misma se acostumbre a fin de poder superarlo. Por ejemplo, si la persona tiene miedo a navegar, llevarla a un puerto tantas veces hasta que la misma lo tome como un hábito.
También la técnica es eficaz si se somete al paciente a la exposición en la imaginación o en realidad virtual. Esto puede ser llevado a cabo con ayuda y compañía de un terapeuta, aunque en ciertos casos se puede aceptar la auto-exposición (esto último no es recomendable sin autorización de un profesional).En ciertos casos es aceptable la exposición a la situación en forma grupal y, en algunas situaciones, es posible recrear el trauma mediante el uso de hipnosis.
La gradualidad de la terapia consiste en ir desestabilizando sistemáticamente los mecanismos del miedo a fin de destruir dicho paradigma y construir sobre una base fundada en la extinción del miedo sobre aquello que ha sido causa del trauma.

Que é o Test de Goodenough?



Autoría:  María Eugenia Daney
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El test de inteligencia infantil de Florence Goodenough es un test de representación de la figura humana que sirve para evaluar la inteligencia general y la personalidad del niño. En este artículo trataremos de explicar brevemente en qué consiste el Test de Goodenough

¿En qué se basa este test como test de inteligencia?

Todo niño, al realizar un dibujo de la figura humana, no solo traza aquello que ve sino que dibuja aquello que sabe del cuerpo humano. El conocimiento del niño respecto de la figura humana aumenta considerablemente en virtud de su evolución cognitiva, es decir de su madurez mental.

¿Qué es lo que hace el niño al dibujar la figura humana?

El niño asocia y analiza los rasgos físicos reales con el dibujo que realiza. Por ejemplo, sabe que los ojos se encuentran en el tercio superior de la cara, que la figura humana tiene una nariz, dos brazos, dos piernas, etc.
Por otra parte, cada niño realiza una selección de los elementos y la disposición de estos en el dibujo, así como también la posición y el tamaño para cada parte del cuerpo. Además los niños al dibuja deben dejar de lado y abstraer partes del objeto que están representando.

¿A qué edad se puede realizar el test de Goodenough?

Se recomienda realizar este test entre los 4 y los 10 años, aunque a menudo se ha empleado en niños de 3 y entre 11 y 13 años.
¿Cómo se realiza el test de la figura humana o test de Goodenough?
Se da una hoja de papel y lápices de colores a los niños. Luego se les dice:

“Me gustaría que dibujes un hombre. Haz el dibujo con tanto esfuerzo y esmero como te sea posible. No te apresures. Espero que este dibujo sea tan bueno como el de otros niños que han dibujado para mí”.

Si el niño pregunta algo específico, simplemente se le debe dejar a su criterio. Por ejemplo ¿debe estar haciendo algo el hombre?, ¿puedo dibujar más personas además del hombre?, etc.

¿Cómo se evalúa?

El test consta de 51 ítems que miden las siguientes características. De este modo, se evalúan: los detalles dentro del dibujo, las proporciones (tamaño de los brazos, tronco, cabeza, ojos y otras partes del cuerpo). Se valora también la bi-dimensionalidad del dibujo plasmado. Los dibujos deberían carecer de transparencia, aunque en algunos niños pequeños se acepta la transparencia del mismo (es decir, órganos como el corazón, el cerebro, el hígado, etc que se ven como si fuesen transparentes). Se observa, además, la coordinación viso-motora, es decir rasgos de coordinación entre el ojo-mano.
La evaluación, específicamente mide la ausencia o la presencia de los siguientes ítems:

  • El dibujo de la cabeza es considerado un rasgo positivo y, lógicamente, la ausencia de este ítem, como negativo. Se valora las formas claras del contorno de la cabeza pero sí esta parte del dibujo carece de un contorno claro, será considerado como valor negativo también.
  • Dibujar este aspecto siempre será considerado como un rasgo positivo del test. En niños pequeños es viable que dibujen una sola pierna, aunque con dos pies. Cerca de los 5 años la figura humana debería ya poseer dos piernas.
  • La forma del cuerpo resulta ser un rasgo positivo siempre que este se dibuje con líneas precisas y diferenciadas de las piernas y de la cabeza.
  • En niños pequeños es posible observar la ausencia de cuello. Se debe tener en cuenta como rasgo negativo la fragmentación del tronco en hileras formando una secuencia de botones.
  • Entre el tronco y los brazos, se debe observar el hombro. Este puede expresarse como una simple línea de diferenciación y la ausencia de éste es considerado como rasgo negativo.
  • La unión de los brazos y las piernas junto al tronco han de considerarse positivamente mientras que la fragmentación o distancia entre estos miembros y el tronco, como aspectos negativos.
  • Presencia de ojos. Siempre es valorado positivamente la presencia de los ojos. Si la figura humana dibujada se halla de perfil, entonces se admite la presencia de un solo ojo. Cualquier estilo de ojos que el niño dibuje es considerado como rasgo positivo.
  • El dibujo de la nariz, sea esta grande, pequeña, ancha o angosta es considerada como aspecto positivo.
  • La presencia del dibujo del a boca es positivo aún más si se logra diferenciar en dos dimensiones la boca y la nariz como rasgos separados. Asimismo es positivo el dibujo de los orificios de la nariz.
  • Se valora la presencia de cabello y que el contorno del cráneo no se vea transparente entre los cabellos.
  • Si el niño dibuja pantalones, medias, zapatos, bufanda, sombrero, sacos con botones, etc y todos estos no son transparentes, es decir que no permiten ver los órganos que hay debajo de la piel, entonces son indicadores positivos.
  • Presencia de dedos. A pesar de que la disposición de los dedos es difícil de conseguir en un niño, cualquier indicador de presencia de dedos en cuanto a cantidad debe ser considerado como factor o índice positivo del test.
  • Articulación del brazo – codo, pierna – rodilla. Este indicador es siempre positivo a menos que se sospeche de algún retraso intelectual en el niño. También no debe considerarse como aspecto positivo en niños pequeños.
  • Presencia de oreja, pestañas, mirada, frente, mentón, etc.
  • Si se ha dibujado al hombre de perfil, este se considera como un aspecto positivo, especialmente si éste no cuenta con errores: transparencias (se dibuja el ojo oculto, contorno de la boca, nariz, brazo y pies. Solamente se puede considerar la perspectiva del ojo si el dibujo se encuentra ¾ perfil.


Interpretación y valores del cociente intelectual

Para obtener la puntuación se debe dividir la edad mental por la edad cronológica y multiplicar por 100.
Más allá del puntaje que se puede obtener y que debe estar regulado por una correcta interpretación y conversión del puntaje en la escala Goodenough, es posible, mediante la observación, llegar a detectar cualitativamente si el niño se encuentra en una edad cronológica acorde a su edad física y mental.

Axudar a un neno/a a ser un bo lector


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Para ser un buen lector es necesario simplemente generar hábitos para leer mediante la motivación y la práctica a fin de que el niño pierda el miedo a leer que en muchos casos frena su proceso intelectual.

¿Por qué a la mayoría de los niños no les gusta leer?

En muchas ocasiones nos preguntamos ¿Por qué a mi hijo no le gusta leer? y es cierto que cada niño es diferente y, por tanto, no sería correcto decir que existe una única razón para que a los niños no les guste la lectura. Sin embargo se pueden destacar a grandes rasgos las siguientes características en común por las que a un niño no le guste leer:

  • Falta de motivación en el hogar. Muchas veces, pretendemos que a los niños les guste determinada actividad pero olvidamos que ellos copian y observan todos los actos de los adultos. Si un adulto no lee, es probable que su hijo tampoco obtenga este hábito.
  • Problemas en la visión sin ser detectado aún. A veces, muchos niños se sienten interesados por la lectura pero presentan algún problema visual o relacionado con la inteligencia visual, que son cosas diferentes. En este caso, si vemos que nuestro hijo se acerca demasiado los objetos a la cara, le cuesta leer o achica los ojos (como oriental) para poder leer, es conveniente hacer una consulta con un oculista para descartar la utilización o no de lentes.
  • Falta de interés en la temática de la lectura. Es cierto que los niños son muy curiosos y que, por tanto, desean descubrir todo aquello que les resulte nuevo. Frente a esta observación es curioso que muchos niños no les guste leer. Sucede que a menudo lo que falla es el tema de interés. Debes hallar el tema que sea adecuado y estimulante para los niños.
  • Miedo a la lectura. También es cierto que muchos niños sienten vergüenza y hasta miedo por leer. Esto es consecuencia de que, la falta de práctica hace que su lectura sea muy deficiente y esto genera burlas o risas entre sus compañeros. Esto ocurre generalmente cuando el niño se encuentra atrasado en lectura respecto de sus compañeros de aula.

 ¿Cómo vencer el miedo a la lectura?

Ya sea por vergüenza, timidez o por tratarse de algo nuevo para ellos, muchos niños tienen miedo a leer. Es importante dejar de ver a la lectura como un sistema de castigo, estrategia que muchas escuelas utilizan incluso en la actualidad.
Por otra parte, debemos practicar con los niños a diario para que, poco a poco, pierdan este miedo y lleguen a ser un buen lector. En caso que el miedo sea social (miedo a hablar en público leyendo) podemos comenzar con un público pequeño para ir aumentando la cantidad paulatinamente.

7 Beneficios de la lectura en niños

Leer es imprescindible para cualquier persona, especialmente para niños ya que reporta beneficios incalculables, quizás los 7 beneficios de leer para niños mas importantes sean estos:

Siete beneficios importantes para que los niños se motiven en la lectura



Métodos como desarrollar hábitos de lectura en los niños

Lee con tus hijos
Dado que los niños suelen imitar los comportamientos de los padres, es importante hallar una temática que sea del agrado de padres e hijos para que juntos lean al menos un rato diariamente.

Genera la necesidad
Por ejemplo, pide a los niños que te digan el nombre de los carteles en las calles mientras van en el automóvil, argumentando que necesitas su ayuda para llegar a un lugar “X”. De este modo los niños se sentirán obligados a leer pero motivados por la ayuda y el papel de importancia que les das en ese momento a ellos.
También puedes pedirles que te ayuden al hacer las compras leyendo los precios y los nombres de los productos que necesitas compran en las góndolas de los supermercados.

La motivación
Como todo, a la hora de la lectura es importante que el componente principal sea la motivación.
Escoge lecturas que sean del agrado de los niños así como también estrategias de lectura en grupo (una línea o renglón cada niño hasta completar la lectura, por ejemplo).
También puedes contarle un cuento y pedirle que luego escriban un relato del mismo para que, por las noches luego de cenar, ambos lean el cuento al resto de la familia.



De que falas cos teus fillos? Os 5 niveis de comunicación


Autoría: Alex Visús (Coach familiar, educativo y de pareja)
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Durante el día todos tenemos muchísimas conversaciones con nuestros hijos. Hablamos de cómo les ha ido el colegio, de sus amigos, de sus juegos. Pero no todas tienen el mismo nivel de profundidad y no todas son igualmente de beneficiosas para ellos.

En las conversaciones se pueden dar 5 niveles de profundidad.

El primer nivel es cuando hablamos de las cosas. Del partido de fútbol, de los deberes, de los cuentos, de la comida. Este es el nivel más superficial de una conversación.
En el segundo nivel hablamos de otras personas. De lo que ha hecho su amigo, la profesora, el vecino del 5º o la madre de mi amiga.
El tercero es cuando hablamos de nosotros. Le explico a mi hijo lo que me ha pasado en el trabajo o a qué jugaba cuando era pequeño. O mi hijo me explica a qué está jugando, cuál es su cuento preferido o lo qué ha hecho en el colegio. 
En este nivel ya compartimos algo de intimidad y nos aproximamos afectivamente. Yo conozco algo más de él y él de mi.
El cuarto nivel es cuando comunicamos sentimientos. Me explica cómo se siente cuando su amiga juega con otras niñas o cuando no juega de titular en su equipo. Yo le explico lo bien o mal que estoy con una persona; lo triste que estoy por la enfermedad del abuelo; lo cansado que llego del trabajo o lo orgulloso que estoy de él porqué ha ayudado a su hermanito.
En este nivel ya compartimos algo más. Compartimos nuestros sentimientos y al hacerlo le estamos diciendo al otro que confiamos en él, por eso compartimos nuestra intimidad. Este es un buen nivel de comunicación y ayuda a estar más unidos y a querernos más.
Pero hay algo mejor. El nivel más profundo de una conversación. Aquel en el que hablamos de los sentimientos que hay entre nosotros. Ya no hablo del tiempo, ni del abuelito, ni de lo que he hecho esta tarde, ni de lo contento que estoy. Hablamos de lo que sentimos el uno por el otro. Y en este momento aparece la magia. Nos hacemos vulnerables al otro y dejamos nuestro corazón, nuestra intimidad en sus manos y demostramos que nos queremos. Al decirle que le quiero y por qué le quiero estoy fortaleciendo ese amor y construyendo vínculos afectivos, fundamentales para su crecimiento emocional y su desarrollo integral.
Al decirle que estoy disgustado porque me ha contestado mal o que me siento ignorado cuando le digo tres veces que venga a cenar y no viene le estoy abriendo mi corazón y le digo dónde me duele.
¿Y si además se lo digo en positivo?… ¡imaginaros!
Muchas gracias por hacerme caso y recoger la habitación sin quejarte. Me he sentido muy querido. Esto es una bomba de autoestima. Y lo querrá repetir más veces.
Depende de lo que hablemos, nuestro grado de profundidad con él será uno u otro… Y si esto condiciona tanto la relación… ¿por qué no pensar también de qué hablamos con nuestra pareja y a qué nivel?

Como evitar que o meu fillo/a se resfríe


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Una de las principales interrogantes de los padres en cuanto a la salud de sus hijos es ¿Cómo evitar que mi hijo se resfríe? O se encuentran frecuentemente en la búsqueda de consejos para evitar que los niños se contagien, ya que esta es una de las enfermedades más habituales en los niños, especialmente en los días fríos y lluviosos.
El resfriado es una enfermedad que afecta el aparato respiratorio, especialmente las vías respiratorias altas, generalmente es causada por un virus y como ya se mencionó es una de las que afecta a los niños habitualmente, estos pueden llegar a resfriarse entre 4 y 9 veces al año y la duración de cada resfriado es de aproximadamente 7 días.
Debes tomar en cuenta que aunque la mayoría de los resfriados son causados por un virus, estos pueden llegar a complicarse si alguna bacteria afecta al organismo, ya que en esos momentos las defensas se encuentran más bajas debido a que el organismo se encuentra luchando contra el virus que causa el resfriado, las complicaciones más frecuentes suelen ser la neumonía, la bronquiolitis y bronquitis.
La mejor en estos casos es prevenir la aparición de los resfriados, razón por la cual, responderemos tu interrogante acerca de ¿Cómo evitar que mi hijo se resfríe? Y te daremos algunos consejos útiles para evitar las complicaciones.

Causas del resfriado en niños y niñas

Generalmente el resfriado común es causado por unos agentes patógenos llamados rinovirus, este es un virus que se encuentra presente en el aire como gotas invisibles, es decir, que un niño puede contagiarse a través del aire que respira o por los objetos que toca, especialmente si el ambiente que lo rodea está contaminado por dicho virus.
Las gotas invisibles presentes en el aire provienen de las secreciones de personas enfermas, porque estas se diseminan al toser, estornudar o hablar, estas no pueden viajar en el aire más lejos de un metro, razón por la cual, las personas que se contagian frecuentemente se encuentran cercanas a otras ya resfriadas, sin embargo, en los objetos contaminados el virus puede permanecer entre 1 y 2 días, siendo estas una de las causas del resfriado.
Este virus causante del resfriado en niños aparece con mayor frecuencia en las épocas de frío aunque también pueden hacerlo en épocas de calor; este ingresa en el revestimiento protector de la nariz y de la garganta de los niños, causando una reacción en el sistema inmunitario que produce los siguientes signos y síntomas:

  • Congestión nasal.
  • Picor de la garganta.
  • Estornudos.


Los niños afectados por el resfriado también suelen estar anormalmente cansados y sin energía, además, pueden llegar a sentir:

  • Tos.
  • Dolor de cabeza.
  • Fiebre de temperatura media-alta.
  • Pérdida del apetito.
  • Dolores musculares.
  • Dolor de garganta.


Los síntomas mencionados suelen aparecer luego de dos o tres días de que los niños se hayan expuesto al virus, generalmente estos síntomas desaparecen en aproximadamente una semana, sin embargo, hay resfriados que duran un poco más de tiempo. Aunque el resfriado sea una enfermedad común, es importante que si tu hijo lo padece acudas al médico para verificar que no se trate de una enfermedad de mayor gravedad que requiera algún tratamiento de urgencia.

Consejos para evitar el resfriado en niños y niñas

El resfriado es una de las afecciones más difíciles de evitar, sobre todo en la temporada fría o en invierno, sin embargo, si es posible reducir el riesgo de contagio que afecta al niño durante todo el año, siguiendo algunos consejos o recomendaciones que mencionaremos a continuación:
  • Mantener las manos de los niños limpias, estas constituyen uno de los principales transmisores del virus por contacto, por ello, es importante que enseñes a los niños la forma correcta de lavarse las manos, así mantendrán una higiene adecuada y evitarás la proliferación de bacterias.
  • Enséñales a taparse la boca con el brazo o con un paño al toser y estornudar, no se recomienda que se tapen con las manos por las razones que ya explicamos anteriormente, pero si llegan a necesitar taparse con las manos indícales que se las laven inmediatamente.
  • Lava sus juguetes con regularidad porque también actúan como transmisores de los virus y los niños siempre mantienen contacto con ellos y en algunas ocasiones se los llevan hacia la boca.
  • Evita que los niños estén en lugares cerrados y en contacto con el humo del tabaco, si eres fumador trata de no hacerlo delante de los niños y ventila los espacios cerrados, si tienes la posibilidad instala un humidificador.
  • No mantengas a los niños en un ambiente con demasiada humedad, razón por la cual, se recomienda el uso de un humidificador, este se encargará de mantener el ambiente con una humedad ligera y hará que este sea adecuado para las vías respiratorias.
  • En las temporadas frías o en invierno es importante que los niños hagan uso de abrigos o chaquetas para protegerse del frío, así disminuirás considerablemente el riesgo de que padezcan algún resfriado.
  • Si notas que tu pequeño muestra signos de resfriado, puedes hacer uso de remedios naturales para evitar que estos se agraven, pero asegúrate que estén indicados para ser usados en niños.


Trucos caseros para evitar el resfriado

Además de los consejos anteriormente mencionados, puedes hacer uso de trucos o remedios caseros para aliviar los síntomas del resfriado en los niños, te dejaremos algunos trucos que puedes utilizar para evitar y mejorar los efectos del resfriado en los más pequeños:
  • En caso de dolor de garganta, hierve agua, colócala en un vaso y agrégale media cucharada de sal, indica a tu hijo que haga gárgaras con esta preparación, eso le ayudara en el alivio de las molestias que esto genera.
  • Para limpiar las fosas nasales, puedes hacer uso de unas gotas de solución salina, especialmente si el niño es muy pequeño, si no tienes la solución puedes prepararla en casa, hierve un litro de agua, disuelve una cucharada pequeña de sal y una de bicarbonato, colócala en un cuentagotas y aplícala en la nariz del niño.
  • Si deseas reducir el riesgo de aparición de resfriados cuida su alimentación y dale frutas que contengan mucha vitamina C, como limón, naranja o Kiwi.
  • Además de una alimentación adecuada y balanceada que contenga alimentos ricos en vitamina C, puedes mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico de los niños con el uso de suplementos vitamínicos, así estará menos propenso a sufrir algún resfriado.
  • En caso de tos, para los niños de 3 meses bastará un poco de agua tibia, debes dársela cuatro veces al día o cuando esté tosiendo, para niños mayores de 1 año puede usarse la miel, solo debes darle de 2/5 ml y para niños mayores de dos años tienes la opción de aplicarle un ungüento mentolado sobre el pecho y el cuello.
  • Para descongestionar la nariz de los niños puedes hacer uso del vapor de eucalipto y lograr que los niños respiren dicho vapor, o si lo prefiere puedes poner compresas calientes sobre los senos paranasales y la nariz, así mejorará su respiración y su olfato.


Saír con nenos sen berros nin agobios


Autoría: Sara Tarrés
 Republicado con autorización da autora: https://www.mamapsicologainfantil.com

Salir con niños sin gritos ni agobios parece una misión imposible para muchas familias. Para la mía, en ocasiones también. Porque sea psicóloga infantil no quita que sea madre y que mis hijos sean niños tan normales y corrientes como los de cualquier otra familia.
Así que nosotros también nos agobiamos en ocasiones.
Entonces, pensarás … ¿Qué te voy a contar? Pues, que a veces no podremos controlarlo todo. Porque algunos días los niños estarán más alterados de lo normal y tu más nervios@ de lo sueles estar.  Si es así, te aconsejo dejar de ir contracorriente. Cuanto más grites peor se comportarán. Cuanto más te agobies peor estarán. Así que a parte de seguir algunos de los tips que aquí te dejo intenta no agobiarte tu porque les agobias a ellos.

Salir con niños sin gritar ¿Qué debo cambiar?

 “Cuando vamos a salir a dar un paseo por ahí, todos juntos, con los niños, ¡empiezo a temblar!“
“¿Cómo podemos salir a pasear sin agobios y continuos regaños?. ¿Cómo salir tranquilos sin estar todo el día encima de ellos pero … controlando sus movimientos?“
Estas son algunas de las frases de mamás que se han puesto en contacto conmigo para que dedicara un “post” a hablar de este tema. Cierto, éste es un tema muy interesante.
A todos nos preocupa salir con nuestros niños y que éstos se alejen, no nos obedezcan o te monten la rabieta , …
Es verdad, los niños son imprevisibles, y más los preescolares, que son curiosos por naturaleza, todo les interesa, todo les llama la atención y … ellos también se montan sus propios planes sobre qué hacer o ver cuando salimos a pasear.

Establece los límites antes de salir con niños

Las normas son necesarias, nos guste o no admitirlo. Ayudan a los niños a estar y sentirse seguros.
Como siempre, lo mejor es prevenir los problemas. Y para ello también será necesario que te apliques unas cuantas normas y límites a tí mism@:

No des nada por hecho ni sabido.
Los niños no son adultos en miniatura, no piensan igual que nosotros y se dejan llevar por los impulsos. Cuando algo les llama la atención van a por ello. Cuando se aburren … la lían.
Tú eres el adulto, intenta no perder la calma y los estribos. Y qué pasa cuando
Tú debes velar por su seguridad, ayúdale a cuidar de sí mismo y a estar alerta.
Si no queremos tener que estar todo el tiempo pendientes de ellos, de lo que hacen, por dónde van, cómo cruzan la calle, … tendremos que empezar por poner normas y hacérselas saber.
Hemos de convertir en un hábito la conducta de permanecer a nuestro lado en lugares públicos hasta que podamos confiar en ellos, es decir hasta que tengan la capacidad de discernir entre lo que puede ser o no peligroso.
La capacidad de ver o distinguir el peligro  lo aprenderá de nosotros, por ejemplo, es peligroso cruzar los semáforos en rojo. Si nosotros los cruzamos de vez en cuando… no le estamos enseñando correctamente.

Algunas sugerencias sobre cómo comportarse en lugares públicos.

1. Establecer normas de cómo comportarse cuando vamos a un centro comercial.
Antes de salir de casa, y cuando el niño esté relajado y tranquilo, le explicaremos cómo queremos que se comporten durante la salida. Les podemos decir : “cuando estemos en el centro comercial no quiero que te alejes de mí más allá de dos pasos. Puedes ir solo pero cerca de mí. Sé que puedes hacerlo, confío en tí”.
Muy bien … ya lo has hecho y no  funciona. ¿Te vas a rendir? No. Sigue, persiste, los cambios no se dan de un día para el otro.

2. Practicar las normas.
Práctica y práctica, así aprendemos.
Recordar la importancia de elogiar los comportamientos deseados. No demos nada por supuesto.
Cuando nuestro hijo esté comportándose como le hemos pedido, elogiad su buena conducta. Por ejemplo:
” lo has hecho muy bien, gracias por no alejarte de mi“.
“Muy bien, te has quedado a mi lado, te estás portando como un experto comprador quedándote aquí”.

3.  Cambiar las normas a medida que vaya creciendo.
A medida que vaya adquiriendo más madurez y nuestro hijo sea capaz de separarse por un momentito de nosotros y volver cuando se lo pidamos, iremos  cambiando las normas. 
Le explicaremos porqué le estamos dando mayor libertad de movimiento. Sólo por el mero hecho de saber que ha ganado más libertad por obedecernos le ayudará a comprender que seguir las normas tiene su recompensa.

4. Si hay que reprenderles … se les reprende. Uso de la pausa obligada o time-out.
Cuando nuestro hijo, a pesar de haberle explicado lo que esperamos de él y cuáles son las normas, no nos obedece,le reprenderemos sin gritar ni pegar. Utilicemos también la pausa obligada, nos iremos a un rincón y nos quedaremos con él un rato.

5. No dejemos que nos organicen el día.
Muchas ocasiones utilizamos la estrategia de la amenaza para intentar calmar la situación, cuando en realidad lo estamos poniendo todavía peor. Muchos padres hemos caído en el error de amenazar con irnos de tal o cual lugar si no se portan bien  … y muy posiblemente eso es lo que andan buscando. Irse de ese lugar dónde no quieren estar. Por tanto, intentemos no usar esta técnica.
Este ejemplo puede aplicarse a otras muchas situaciones, cuando vamos al parque o paseamos por la ciudad, o cuando simplemente volvemos de recogerles del cole.

Sé el ejemplo que tus hijos deseen seguir

Predicar con el ejemplo, ser constante y coherente en la educación de nuestros hijos es la clave para que nos obedezcan. Nadie dice que sea fácil, pero la constancia y la consistencia de nuestras decisiones son fundamentales. No hay que tirar la toalla. Hay que ser firme e insistir, día tras día. No debemos cambiar de opinión sobre las normas establecidas por muy cansados que estemos.
No siempre va ser fácil. Educar es un camino lleno de imprevistos. Si has tenido un mal día … no te fustigues creyendo que eres una mala madre. Discúlpate con tus hijos y vuelve a empezar.

Non lle chames inútil ao teu fillo


Autoría: Carlos Pajuelo
Republicado con autorización do autor: http://blogs.hoy.es/escuela-de-padres

Un niño nunca es un inútil, un adolescente tampoco. Un niño y un adolescente están aprendiendo, tienen que aprenderlo todo y te necesitan para poder hacerlo. Se equivocan, claro que se equivocan y sus equivocaciones tienen consecuencias, te asustan, te preocupan, te hacen dudar, a veces te desesperan, te sacan de quicio, pero aun así no les digáis que son unos inútiles.
Un niño, un adolescente jamás es un inútil.
Para crecer, para que se construyan como personas adultas e independientes nuestros hijos necesitan que los eduquemos con manos que los sostengan, con abrazos que los protejan y con palabras que alienten; para crecer necesitan que creamos en ellos de verdad, pero que creamos en lo que realmente son y no en lo que nos gustaría que fuesen; nuestros hijos necesitan que les señalemos dónde está el norte, necesitan que haya normas y límites que favorezcan que aprendan el autocontrol; nuestros hijos necesitan  padres y madres constantes; necesitan que tengamos paciencia y ganas de educar y sobre todo necesitan que sus padres, sus educadores, jamás, nunca, a pesar de los pesares, pierdan la confianza en sus hijos  y menos aún en ellos mismos.
No, no les digas inútiles. Enséñales cómo se hace, una y otra vez. Sé un modelo. Pero intenta ser un modelo convencido de que esto es lo que hay que hacer. No seas un modelo con cara de fastidio, con hartura, con desgana.
No, no les hagas sentir inútiles. No hagas las cosas por ellos y  dales tiempo, solos tardan más en hacer las cosas, tardan más y a veces las hacen mal, pero así aprenderán. Señala sus éxitos y se modelo para cómo corregir sus errores.
No, no le llames inútil. Pero hazle ver que en esta vida hay que esforzarse, hay que poner ganas, a veces hay que sufrir, hay que intentarlo, hay que luchar. Y que vean en sus padres un modelo de cómo hacer esto.
No, no les llames inútiles porque esa palabra encierra el mayor lastre para poder crecer. Esa palabra se va colando por cada poro del cuerpo del que la escucha y lo termina paralizando, haciéndole sentir poca cosa, insignificante.
Crecen rápido, así que elogia pero corrige. Anima pero responsabiliza. Y sobre todo no olvides nunca que tú, tu actitud educando como madre y como padre es lo que más les ayudará a no sentirse inútiles.

Decepcións e desilusións, ensinar aos nenos a superalas


Autoría: Sara Tarrés
 Republicado con autorización da autora: https://www.mamapsicologainfantil.com

A pesar que nos cueste aceptarlo, la vida está llena de decepciones y desilusiones. Y éstas no son exclusivas de los adultos, todo lo contrario, en la infancia y adolescencia son de lo más habituales.
Gestionar el dolor que producen no es sencillo para los niños. Como tampoco lo es para nosotros mismos. Pero debemos afrontarlas, aceptarlas y aprender de ellas.

Decepciones y desilusiones

Y es que evitar a nuestros hijos cualquier tipo de contratiempo o frustración no les provocará otra cosa que mayor dolor en la etapa adulta. ¿Por qué? Sencillo, debido a la falta de entrenamiento para adquirir las habilidades necesarias para aceptar y superar los fracasos, desengaños o chascos que la vida les deparará.

Las decepciones y desilusiones forman parte de la vida

¿Quién no ha soñado con ganar ese concurso, ese premio o ese partido tan importante? ¿Quién no ha esperado con ilusión un detalle, un regalo o una mirada de alguien al que ama o admira? ¿Quién no se ha llevado una desilusión con algún familiar, amigo o trabajo deseado?
Probablemente nadie puede decir que jamás se ha desilusionado o decepcionado. Lo más normal es que en algún momento u otro de nuestras vidas todos hayamos probado el amargo sabor de la decepción. Un sabor que nos deja momentáneamente tocados y hundidos pero del que debemos aprender a sobreponernos.
La infancia es una época de aprendizaje. Una etapa para entrenarnos para la vida, en la que las decepciones, desilusiones, frustraciones y desengaños deben aprender a verse como oportunidades para seguir mejorando.
Sé bien que es más fácil decirlo, en este caso escribirlo, que hacerlo.  Pero los padres tenemos en nuestras manos la oportunidad de enseñar a nuestros hijos a sobreponerse de estos duros momentos. Y la mejor manera de hacerlo es, como siempre, con nuestro ejemplo.

Superar las decepciones y desilusiones es una habilidad personal que todos podemos aprender

Altas expectativas, deseos, esperanzas e ilusiones poco realistas conducen a grandes decepciones, desengaños o frustraciones con las que más pronto que tarde tendremos que lidiar.

Esto no significa que no debamos tener anhelos o esperanzas. Claro que no, puesto que ellas son los motores que impulsan nuestros proyectos y nos motivan para conseguir nuestros objetivos. Sin embargo, debemos aprender a mantener nuestras expectativas en unos límites realistas.
A los padres nos ocurre bastante a menudo. Solemos tener altas expectativas con nuestros hijos y nos decepcionamos cuando éstas no se cumplen.
Pongamos por ejemplo el esperar que nuestros hijos nos obedezcan siempre. Lo normal es que nos sintamos frustrados y nos enfademos con ellos cuando nos desobedezcan. Sin embargo, deberíamos reflexionar y analizar si esto es justo para nuestros pequeños. Las esperanzas son nuestras y los deseos irreales. Y que los niños son niños y parte de su normal desarrollo es buscar hasta dónde pueden llegar. Lo que significa (en muchos casos) desobedecer.
Aprender a ver qué es lo que podemos esperar en cada momento de nuestros hijos nos ayudará a sentirnos menos decepcionados con ellos. También con nosotros mismos. Ya que entenderemos que ni ellos ni nosotros estamos haciendo las cosas tan mal como creemos.
El ejemplo anterior solo es un ejemplo de las muchas cosas que en la vida nos pueden decepcionar o desilusionar y, quizás la que, como padres nos angustia más.
Sin embargo, las decepciones vendrán de muchos flancos:

una amistad que nos traiciona,
un premio que no ganamos, un examen no superado,
un amor no correspondido …
Y con todas ellas tendremos la oportunidad de aprender, no a no esperar nada de los demás si no de ver nuevas oportunidades de éxito y de superación.

Cómo enseñar a los niños a superar las decepciones y desilusiones

Entender las frustraciones, las desilusiones o los desengaños como oportunidades para mejorar es un modo constructivo de enfrentarse a las adversidades. Y como tal, este debería ser uno de los objetivos de la educación principalmente en el seno de la familia.
Uno de los errores en el que caemos muchos padres de hoy en día es el de evitar que nuestros hijos sufran.
Intentamos librarles de frustraciones, decepciones y desilusiones dándoles todo cuanto piden y dejando que hagan todo cuanto desean. Error educacional gravísimo donde los haya. Y es que la vida está llena de puertas que se cierran y de negativas que nos impedirán obtener cuanto queramos.

Aprender a tolerar el malestar de la decepción convierte a nuestros hijos en adultos emocionalmente equilibrados

Aprender a tolerar la frustración forma parte del proceso de maduración. Un proceso que necesita ser entrenado a lo largo de la infancia.
Con esto no digo que neguemos todo a nuestros hijos sistemáticamente. Lo que pretendo trasladar es que la frustración, decepción, desilusión o desengaño es parte de la vida, ya que las cosas no siempre nos saldrán tal y como esperamos.
Así las cosas, si deseamos que nuestros hijos se conviertan en adultos emocionalmente equilibrados debemos enseñarles a aprender a tolerar el malestar que conlleva el hecho de no conseguir siempre lo que uno quiere, anhela o espera. Y es muy importante saber convertir la rabia y la tristeza en nuevas oportunidades para lograr sus objetivos.

Evitar la sobreprotección de los hijos permite que aprendan de sus errores

Evitar sobreproteger. Dejar que el niño exprese sus sentimientos. Que hable de ellos con naturalidad, que llore si así lo necesita. Estar a su lado sin sermonear y ayudarles a analizar la situación con objetividad son algunas de las pautas a seguir para ayudar a nuestros hijos a superar las desilusiones.
Analizar los puntos fuertes para mejorar los débiles
A veces las decepciones son sólo fruto de un mal cálculo de las posibilidades. Ayudar a nuestros hijos a ver objetivamente cuáles son sus puntos fuertes y cuáles deben mejorar les permitirá aprender de sus posibles errores. De este modo podrán seguir adelante con sus proyectos truncados. Esto es especialmente importante durante la preadolescencia y adolescencia.

Como axudar a un neno pequeno a pedir perdón para aprender dos erros


Autoría: Elena Roger Gamir
Republicado con autorización de: http://www.solohijos.com

Todos sabemos por experiencia propia lo que cuesta pedir perdón y reconocer los errores. Y a medida que nos hacemos mayores, más difícil es. Sin embargo, la persona que sabe perdonar vive más feliz, sin rencores y sin tantas presiones internas; perdonar se convierte así en una herramienta terapéutica para el alma. Y tan necesaria es para los niños como para los adultos.
“Pedir perdón” de manera consciente y voluntaria ayuda a los niños a:

  • Ser responsables de sus actos
  • Ser respetuosos con los demás
  • Reconocer y cambiar comportamientos negativos
  • Desarrollar habilidades cognitivas


Tres consejos para enseñar a los niños reconocer sus errores y disculparse por ellos:

1. A través de tu ejemplo. Perdona cariño, papá ha llegado tarde a recogerte; lo siento. Intentaré no volver a hacerlo. No solo en las cosas que le atañen a él, sino como principio de vida en tu familia. En tu relación con tus hijos y con tu pàreja. Con tus amigos, en el supermercado o en el pediatra. Reconocer los errores y disculparte por ellos si es que afectan a los demás debe ser un principio de vida y no solo una estrategia educativa.

2. Reflexionar en lugar de obligar. Tu hijo debe darse cuenta de lo sucedido. No des por sentado que un niño tan pequeño entiende que su amigo llora porque le ha quitado su camión. En lugar de obligarlo a pedir perdón, repasa la situación con él y hazle preguntas: ¿Cómo se sentía Carlos antes de quitarle su camión? Uhmm… Y ahora que se lo has quitado?…Vaya… ¿te imaginas que tú estás jugando tan tranquilo y un niño te lo quita sin pedirte permiso?  Qué tristeza, verdad? ¿Que te habría gustado que hiciera Carlos si él te hubiera quitado el camión?¿Qué podrías hacer tú para que Carlos no estuviera tan triste?  De esta manera permites que tu hijo se percate de su error, encuentre su propia solución y una respuesta compensatoria.

3. Enséñale a que describa. Decir “perdón” no es lo mismo que “pedir perdón” con reconocimiento del error e intención de no repetirlo. Para que un niño se percate de su responsabilidad en el acto, comprenda que se ha equivocado o que las consecuencias de sus actos han afectado a los demás debemos enseñarle a describir. Un niño pequeño solo lo aprenderá si te ve describir a ti en todos los contextos: me quiero disculpar contigo PORQUE te he gritado. Creo que no es necesario gritarte para decirte las cosas. Papá se ha equivocado. En esta casa no se grita, se habla con cariño, lo siento”.

Nunca obligues a tu hijo a disculparse.

En su lugar, dale información de lo sucedido y una oportunidad para hacer algo por el otro. Es la única manera, junto a tu ejemplo, de que entienda hasta donde llegan las consecuencias de sus actos en los demás y busque estrategias reparadoras. Si le obligas, solo consentirás que pida perdón por coacción o obediencia ciega y que crea que así se resuelve la situación sin sentir ninguna necesidad de cambiar su comportamiento.
El objetivo de pedir perdón no es solo disculparse sino que obre en su mente una modificabilidad cognitiva, que entienda cuál fue su error y el alcance del mismo para así buscar estrategias para no volver a repetirlo. Se trata de que entienda que todos los errores tienen solución y que está en su mano compensar la falta y evitar que se repita. Un error es una oportunidad de aprendizaje y no un medio para hacer sentir culpable o mal a los niños.
Al ayudarle a pedir perdón fomentas habilidades cognitivas como la percepción clara y precisa, instrumentos verbales adecuados, capacidad de considerar dos o más fuentes de información la vez, capacidad de percibir y definir el problema, habilidad para diferenciar datos relevantes e irrelevantes, amplitud del campo mental, Interiorización del propio comportamiento, pensamiento hipotético, comunicación descentralizada…

Maneras de pedir perdón sin decirlo con palabras: la caja de la amistad

Los niños de 3-4 años a menudo tienen su propio lenguaje emocional para pedir perdón. Respétalo y foméntalo. Y si no lo tienen, ayúdales con “la caja de la amistad”, una caja que contiene cartulinas con ideas emotivas para pedir perdón: dale un abrazo de collar, dale un beso de pingüino, dile que le quieres con amor de pajarito, acaríciale la puntita de la nariz, déjale tu peluche de buenas noches…

Nova charla da nosa Escola de Pais

O vindeiro mércores 7 de novembro teremos unha nova charla da Escola de Pais do noso centro. 
Será unha interesante charla sobre a autoestima, un dos aspectos máis importantes á hora de que os nosos rapaces e rapazas desarrollen as súas capacidades.
A información da charla, na seguinte imaxe.
Non faltedes.


Tres sinxelos exercicios para axudar a teu fillo a aumentar a atención


Autoría:  Elena Roger Gamir (Pedagoga)
Republicado con autorización de http://www.solohijos.com/web/


Después de 30-40 minutos nuestros hijos comienzan a perder su capacidad de concentración. Algunos, mucho antes.
Os proponemos estos sencillos ejercicios para retomar la atención de vuestros hijos después de un largo lapsus de tiempo estudiando, incluso antes empezar los deberes, justo después de la llegada a casa.
El ejercicio de la respiración/relajación es especialmente práctico para enseñar a vuestros hijos a manejar su cerebro emocional. Ayúdales a que lo pongan en práctica cuando se avecina una crisis o para retomar el control después de la misma. Perfecto también para ti en estas mismas situaciones.

Como ensinar a un neno a usar gafas


Republicado con autorización de https://www.educapeques.com

Es indispensable que en caso de que los niños y niñas necesiten usar gafas, sus padres les sirvan como guía para enseñarlos a usarlas y que entiendan la importancia de hacerlo para su salud, para lograrlo puedes tomar en cuenta los siguientes consejos:

9 pasos para enseñar a tu niño a usar gafas


  • Cuando te enteres de que tu hijo necesita usar gafas, trata de no hacer uso de frases negativas al respecto, pídele su opinión antes de suponer que no va a querer usarlas, si lo haces puedes predisponerlo a que piense que el uso de gafas es malo.
  • Deja que elija las gafas de acuerdo a su gusto, de esta manera, es posible que acepte usarlas con mayor facilidad, explícale que estas necesitarán cuidados, y que tiene la posibilidad de elegir unas que le permitan adaptarse a cualquier postura.
  • Pide a tu oftalmólogo que te ayude en este proceso delicado ya que estos especialistas están acostumbrados a tratar con niños e incluso llegan a lograr que estos se sientan cómodos con ellas, en caso de que tu hijo no acepte los cambios con facilidad, explícaselo al especialista antes de que le indique el uso de gafas.
  • Es indispensable que converses con los pequeños acerca de la importancia de tener una buena salud visual y cuáles pueden ser las consecuencias de no utilizarlas como lo indica el doctor, sino logras convencerlo pídele al oftalmólogo que se lo explique, quizás logre convencerlo.
  • Trata en lo posible de que las personas que formen parte del entorno del niño, eviten comentarios de tipo despectivo acerca de sus gafas, habla con su maestra para que vigile que lo mencionado no ocurra en el colegio.
  • Si has logrado que se adapte poco a poco al uso de gafas, evita dar demasiada importancia a este tema, tómalo como algo normal y actúa como si no estuviera usando las gafas, de lo contrario, podría tener resultados contraproducentes, llegando a provocar que rechace su uso nuevamente.
  • Evita castigarlos o pelear con ellos por haberse quitado las gafas, pero si es importante que cuando las lleven puestas refuerces su comportamiento, sólo necesitarás mostrarte optimista ante él y su aceptación de las gafas.
  • Escucha al niño para que puedas entender cuál es la causa del rechazo al uso de las gafas, cuando exponga sus ideas es importante que hagas lo posible por tranquilizarlo, la comunicación es una parte esencial de este proceso.
  • Si tienes familiares que usen gafas, enséñaselas, esto puede servirles como modelo de inspiración.

Consejos para el uso correcto de las gafas en niños

Como padres deben explicarles a los niños que la única manera de mejorar su visión es a través del uso de las gafas, tal cual como lo indicó el doctor, trata de buscar un modelo de gafas que se adapten a su criterio y a su gusto, en la actualidad podrás encontrar una gran variedad de modelos, con diseños variados.
 Toma en cuenta los siguientes consejos para que enseñes a los niños a usar correctamente las gafas:


  • En primer lugar debes indicarles que sus gafas necesitan algunos cuidados y que al no estar usándolas deben guardarlas en su estuche para evitar que se deterioren por cualquier motivo, da ejemplos de la forma correcta en que deben hacerlo.
  • Selecciona gafas que se adapten perfectamente al rostro del niño, estas deben tener una banda para que se sostengan en su cabeza y puedan moverse como quieran.
  • Explícale que las únicas manos que pueden manipular las gafas son las tuyas, las de su papá o cualquier adulto de su entorno, con el tiempo podrás observar cómo el mismo va haciéndose cargo de esa responsabilidad, sin embargo, al principio es indispensable que te mantengas atento para evitar que los anteojos pasen a ser un arma para la manipulación o un juguete.
  • Intenta comenzar con pequeños incrementos de tiempo para el uso de las gafas y poco a poco ve aumentándolo para poder facilitar la tolerancia y adaptación del niño, cuando el niño tenga puestas sus gafas realiza cualquier actividad que los motive y si se quita los anteojos pon un alto en la actividad que estén desarrollando, hasta que se las ponga nuevamente.
  • Trata de hacer que el uso de los anteojos forme parte de sus rutinas y de su vida cotidiana, intenta poniéndoselas en la mañana cuando lo vistas y quitárselas antes de la hora de dormir o la hora de la siesta, haz que el uso de las gafas forme parte de su rutina al vestirse y deja que permanezca con ellas puestas el tiempo que pueda tolerar, se recomienda que cada día que pase incrementes la cantidad de horas diarias en la que el pequeño hace uso de las gafas.
  • Observa cuidadosamente si cualquiera de estas técnicas está funcionando, pero no olvides que tus pequeños necesitan paciencia, pero es importante que esta sea firme, para que no afecte el proceso de adaptación a las gafas.

Meu fillo fala sen parar


Autoría:  Sara Tarrés
Republicado con autorización de https://www.mamapsicologainfantil.com

Si tu hijo habla sin parar todo el tiempo, como si pareciese que no hubiera mañana para contarte todo lo que tiene en su cabeza y te estás preguntando si esto es o no normal, este post puede ayudarte a responder algunas de tus inquietudes. Pensando en otros padres o madres que, como yo, convivís con hijos parlanchines os he preparado este post para que entendáis por qué nuestros hijos hablan sin parar y qué podemos hacer para que vayan aprendiendo a poner límites a su locuacidad o verborrea.
Sí, es cierto, mi hijo también habla sin parar y lo hace todos los días hasta el punto que debemos pedirle por favor que se frene un poco y deje espacio para los demás. Es decir, que escuche y atienda, respetando los turnos de palabra de los que tiene a su lado. Porque esta forma de hablar sin parar puede acabar acarreándole problemas, en casa, en el cole o en el trabajo cuando llegue el momento.

Si a ti también te ocurre esto y no sabes qué hacer con ese niño parlanchín con el que vives, hoy tratamos este tema: hijos que hablan sin parar.
Un tema que mucho tiene que ver con la necesidad de atención, las habilidades sociales y la impulsividad. Rasgos por los cuales en algunos casos se relaciona a este tipo de niños con un trastorno del que mucho hemos oído hablar: el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad). Pero no te alarmes, que si tu hijo habla sin parar no es por que sufra necesariamente TDAH, existen otros motivos como muy bien verás en este post.

Mi hijo habla sin parar y me agota

Los niños charlatanes, aquellos que hablan sin parar, los que no dejan de preguntar y repreguntar sin dejar espacio a los demás para responder, que siempre tienen algo que decir o contar son niños que nos agotan y acabamos dejando de prestarles atención. Justo lo que ellos más necesitan y que expresan de este modo: hablando.
Seguro que te has encontrado en esta situación más de una vez. Tu hijo sigue hablando y hablando pero tu ya has desconectado por puro agotamiento. Y cuando tu cerebro ya no puede más le dices que se calle de una vez por todas.  Tras esto … te sientes mal.
Es normal que luego te sientas así, porque en realidad tu hijo no se está comportando mal ¿o sí? Dependerá de la situación, lo explico más adelante.
¿Por qué habla tanto mi hijo? ¿Hablar sin parar o mucho es un mal comportamiento?
Por lo general los niños que hablan sin parar lo suelen hacer más bien porque:

  • necesitan acaparar la atención, de un adulto (por lo general) o de un amigo;
  • están muy contentos, nerviosos o excitados;
  • tienen una idea en la cabeza y tienen que explicarla de inmediato por temor a olvidarla;
  • están tan absortos en sus temas que no se dan cuenta que los demás también quieren hablar
Por lo general, hablar mucho no es un problema. Los niños habladores y que nos cuentan todo aquello que les ocurre son niños que desarrollan una serie de habilidades verbales, lingüísticas y comunicativas muy positivas. Habilidades que, bien gestionadas, les permitirán mantener unas interacciones sociales mucho más enriquecedoras que aquellos que tienen una conversación pobre y restringida. Por lo tanto, hablar mucho no tiene porque ser algo negativo.
Sin embargo, hablar sin parar o en exceso será un mal comportamiento o un comportamiento inadecuado cuando:

  • Hable en contextos que no debe, por ejemplo en horario de clase, cuando el profesor pida silencio, en el cine o teatro, …
  • Interrumpa otras conversaciones.
  • No respete los turnos de palabra.
  • Diga lo primero que se le pase por la mente faltando el respeto a otras personas.
En situaciones como estas, obviamente, hablar mucho es un problema de conducta al que debemos poner remedio cuanto antes. Generalmente, en estas situaciones estamos delante de una falta de límites y normas o en algunos casos podemos verlos como rasgos que encontramos en los perfiles de los niños con TDAH. Pero no solo por estos rasgos se puede realizar un diagnóstico. Para realizar un diagnóstico de TDAH es precisa la evaluación del niño por parte de un profesional acreditado quien tendrá en cuenta muchos otros factores.
Consejos para padres con niños que hablan sin parar
Cuando tienes un niño parlanchín, de estos de los que hemos estado hablando hoy, lo mejor que podemos hacer es armarnos de paciencia y entender por qué necesitan hablar tanto.
Cada niño, como es natural, tendrá su particularidades, sus necesidades concretas, por eso antes de cualquier tipo de intervención lo mejor que podemos hacer como padres es observar atentamente y descubrir cuál es la motivación o la carencia que está expresando nuestro hijo.

  • ¿Necesita atención? Escúchale atentamente, en esta ocasión y en otras, sobre todo cuando no esté hablándote. Hazle saber que es importante para ti, que estás atento a su vida aun cuando él no te reclama.
  • ¿Está nervioso, tiene miedo, está contento, … sus emociones le desbordan?  Enséñale a identificar y gestionar sus emociones, permítele que se exprese y suelte todo aquello que le angustie, atemorice o le haga feliz. Hablar sobre nuestras emociones es el primer paso para que empecemos a educarlas.
  • ¿No se percata de la necesidad de hablar de los demás? Entrena sus habilidades sociales, en concreto la empatía, la asertividad y la escucha activa. Lo hablaremos en otro post con más detalle porque si bien es cierto que la habilidad para conversar y comunicarnos con los demás es un antídoto contra el aislamiento social también es igualmente cierto que mantener actitudes “agresivas” al hacerlo provoca rechazo. Dentro de estas actitudes “agresivas” encontramos: no respetar las normas, hablar demasiado, interrumpir a los demás, querer ser siempre el centro de atención, tratar de imponer nuestros intereses y opiniones, …
Como vemos, el hecho de tener un hijo que habla sin parar es un tema amplio y mucho más complejo del que en un inicio podríamos pensar.