Republicado con autorización de: http://www.solohijos.com
Autoría: Elena Roger Gamir (pedagoga )
La primera autoinstucción que
debemos enseñar a nuestros hijos es “Me paro y pienso, no hay prisa”.
Según el mapa mental de nuestros
hijos, cuando se enfrentan a un problema, pueden actuar de dos maneras:
reaccionando o respondiendo.
Si ante un estímulo reaccionan
sin pausa ni reflexión previa, generalmente la decisión que tomen será la más
fácil, rápida y cómoda para ellos, sin sopesar consecuencias ni la ecología
emocional de la misma.
En este caso habrán utilizado un
pensamiento egocéntrico, que acabará posiblemente “echando la culpa a los
demás” y no asumiendo su parte de responsabilidad si dicha decisión no fue la
más efectiva.
Si nuestros hijos ante un
estímulo se toman un tiempo para pensar, definen el problema y evalúan alternativas,
ya no estarán reaccionando a dicho estímulo sino respondiendo de forma
reflexiva. Tendrán la capacidad y el tiempo necesario para hacerse las
preguntas resolutivas adecuadas.
¿Cómo les ayudamos a que se paren
y piensen antes de tomar una decisión?
A través de las
AUTOINSTRUCCIONES.
Cuando te enfrentas a un desafío
o a una tarea, tu mente se activa y comienza a “hablar consigo misma” de manera
interna. Comienzas a decirte lo que debes hacer y qué aspectos debes tener en
cuenta para desarrollar la mejor acción posible. El pensamiento y el lenguaje
actúan como reguladores de tus acciones.
Por ejemplo, has pasado la tarde
en la biblioteca y al llegar a casa te has dado cuenta de que ya no tienes el
móvil. De forma automática piensas “volveré a la biblioteca porque fue el
último lugar donde lo utilicé”.
Pero a veces no utilizamos bien
nuestro diálogo interior y reaccionamos impulsivamente. Cuando detectas que no
tienes el móvil, puedes pensar automáticamente que “ya me lo han robado”
sintiéndote indefensa e impidiendo focalizarte en la vuelta a la biblioteca. O
puedes pensar que “la culpa la tiene tu hija por la tarde que te ha dado” ,
focalizándote en la búsqueda de culpables más que de estrategias resolutivas.
A nuestros hijos les pasa lo
mismo. Estas autoinstrucciones pretenden enseñarles a utilizar verbalizaciones
correctas, las que les acercan a las soluciones más eficientes, las que les
hacen sentirse bien en su proceso de pensamiento y con las consecuencias del
mismo.
13 autoinstrucciones imprescindibles
que debe darse tu hijo antes de tomar una decisión
Acostumbra a tu hijo a que ante
cualquier tarea o desafío se pare y piense. Que se autocuestione el problema,
sus estrategias y su actitud. Para ello, sé modelo y verbaliza en voz alta tu
proceso de pensamiento cada vez que te enfrentes a una toma de decisiones.
Puede ser en cientos de situaciones cotidianas, desde hacer un pastel hasta
revisando el cambio en una tienda.
- Miro atentamente y me tomo mi tiempo. ¿He visto todos los detalles? ¿Me he fijado en todo lo importante?
- ¿Qué puedo decir sobre lo que veo?
- ¿Qué estoy buscando?
- ¿Qué pienso que está sucediendo?
- ¿Por qué pienso esto?
- Lo que voy a hacer o decir, ¿es lo mejor para solucionar este problema?
- ¿Seguro que no hay una estrategia mejor que la que he tomado para resolver esta situación?
- Estoy ante un desafío, debo tomarme mi tiempo para pensar.
- Confío en mí mismo porque ya estuve antes en una situación parecida y aprendí la lección
- Esto es nuevo para mí, por eso debo pararme a pensar antes de actuar.
- ¿En qué se parece esta situación a otra que ya haya vivido antes? ¿En qué se diferencia?
- Estoy tranquilo porque si me equivoco, aprenderé de mi error.
- Puede que lo consiga o puede que no pero es divertido intentarlo.
13 autoinstrucciones geniales que
puedes enseñar a tus hijos a través de tu ejemplo: cuando te encuentres ante
una toma de decisiones, verbaliza tu proceso de pensamiento y tus
autoinstrucciones.