Cómo detectar la miopía en niños y frenarla a tiempo
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La miopía es un defecto óptico de
refracción que hace que los objetos lejanos se vean borrosos. No es algo propio
de los adultos o la madurez, sino que sus síntomas pueden aparecer en cualquier
momento de nuestra vida, incluida la infancia y pueden aumentar con el paso del
tiempo al producirse cambios en la graduación disminuyendo la calidad de vida
de la persona. De hecho, la miopía en niños es más frecuente de lo que pensamos
y según varios estudios es una de las mayores responsable del fracaso escolar.
Por regla general, la miopía tiende a estabilizarse a partir de los 18 años,
llegando en algunos casos hasta los 25 años.
En los adultos es relativamente
fácil detectar los síntomas de la miopía pues en cuanto nos damos cuenta de que
no vemos bien acudimos al oftalmólogo, pero esto que nos parece tan sencillo y
lógico, deja de serlo cuando se trata de niños. Por eso es fundamental que los
padres presten atención a lo que sucede con la visión de sus hijos para que los
defectos refractivos no deriven en enfermedades más graves.
Hasta la fecha, los especialistas
diferencian entre dos tipos de miopía en niños: la hereditaria y la que se
conoce como miopía escolar. En el primer caso, los niños nacen directamente con
dioptrías y suelen aumentar con el paso de los años, y en el segundo, como su
nombre indica, se desarrolla durante la etapa escolar y pueden ser varios los
factores que la provocan, como la luz de las aulas, el tipo de postura a la
hora hacer deberes o la distancia de las pizarras.
¿El uso de la tablet o los
móviles hace que aumente la miopía?
Hasta la fecha no existe ninguna
evidencia científica que respalde que el uso del móvil, la tablet, el ordenador
o la televisión está relacionado con una mayor incidencia de la miopía en los
niños, por lo que es un mito lo que siempre hemos oído de nuestras madres de
que si fijamos la vista en la televisión nos pondrá gafas. Lo que si ocurre es
que cuando fijamos la vista en estos aparatos electrónicos el ojo no parpadea y
esto impide que no se lubrique bien la superficie ocular. Por eso, los
especialistas dicen que hay que mantener una buena higiene ocular para evitar
el enrojecimiento de los ojos y/o sufrir problemas secundarios derivados de la
sobreexposición ocular.