Móbiles e adolescentes: preocuparse non é suficiente

 Artigo republicado con autorización do autor: Carlos Pajuelo

(https://blogs.hoy.es/escuela-de-padres/)


Es una realidad que el tema de las nuevas tecnologías está generando en el ámbito familiar y escolar más de un quebradero de cabeza. Muchas familias andan desesperadas, tremendamente desesperadas, a consecuencia del mal uso de los móviles no solo por parte de los menores, sino también por parte de los adultos.

La reciente noticia sobre la divulgación de imágenes de niñas menores desnudas, modificadas con herramientas de inteligencia artificial, nos vuelve a mostrar con toda su crudeza la necesidad de hacer algo más, desde los diferentes ámbitos sociales, políticos, educativos, familiares en pro de un uso correcto de las nuevas tecnologías.

Pero no podemos esperar que esto lo solucione una ley, una norma. Esto afecta directamente a tus hijos e hijas, así que somos los padres y madres los que tenemos que tomar la iniciativa.

Una iniciativa, basada en el ejemplo.

Si tus hijos te escuchan hablar mal, denigrar, insultar a personas que te caen mal, ¿por qué no van ellos a hacerlo?

Si tus hijos te ven todo el día enganchado al móvil, ¿por qué no van a hacerlo ellos?

Si tus hijos te ven todo el día echándole la culpa a los demás, ¿por qué no van a hacerlo ellos?

Habla con tus hijos. Habla claramente y háblale como si realmente pudiera comportarse como un abusador o abusadora, dile como te sentirías si supieras que tu querido hijo o hija se entretiene faltándole al respeto, humillando, hablando mal de otros compañeros y compañeras, afea esa conducta (y toma nota de lo que tú haces o dices delante de tus hijos) y hazles saber el dolor que provoca, el dolor que te provoca a ti como padre  o madre, el dolor que le provoca a los padres y madres de los otros chicos, el dolor que le provoca al chico o chica humillado.

Repite con claridad y firmeza:  No se abusa, no se insulta, no se desprecia, no se humilla, a nadie.

Hazle saber de las consecuencias de sus actos, pero no solo de las penales. Hazle saber que si tienes conocimiento de que tu hijo o hija utiliza el móvil para eso, se lo vas a quitar (y se lo quitas) hasta que puedas confiar en él o ella de nuevo.

Pon límite en el horario del móvil en casa. Sobre todo por la noche. Y esto no es fácil, pero así ayudas a que duerman y a que no “enreden”.

No dejes que lleven el móvil al centro, a no ser que los profesores os digan que van a utilizarlos en el aula. No necesitan móvil en el centro. Si tienen que llamar o avisar lo pueden hacer desde el teléfono del centro y viceversa. Y si por alguna razón lo llevan (transporte escolar…) dile que lo tiene que apagar, apagar no silenciar, en el aula. Y si no lo hace, te llegará un aviso del centro, déjale claro cuál es la consecuencia.

Educando hay que pelearse, hay que pelearse mucho a veces, pero es mejor pelear que sentirse como se estarán sintiendo ahora las familias y las niñas víctimas de la intromisión en su intimidad o como se estarán sintiendo las familias de los chicos que han realizado esta acción tan dañina.