Republicado con autorización de: https://www.psicologosantacoloma.es
Autoría: Mireia Navarro Vera
El tiempo es la cosa más valiosa
que una persona puede gastar (Theophrastus)
El otro día mi hijo me dijo una
frase que me hizo reflexionar y fruto de eso, nació este post:
Yo recuerdo las tardes de mi
infancia al salir del colegio de manera muy distinta, yo las recuerdo muuuuuy
largas, tenía tiempo de merendar viendo la TV, jugar y hacer deberes. Mi
percepción era otra. Después cuando creces, el tiempo empieza a volar y te da
la sensación de ir demasiado deprisa. Pero en la infancia esto no pasa o eso
creía yo.
Y resulta que mi hijo ya tiene
esa sensación adulta de que el tiempo pasa demasiado rápido y que no tienes
tiempo ni de vivir. ¿Qué ha cambiado? ¿Es esto lo que quiero para mis hijos?
Y la respuesta es NO, no quiero esto para mis
hijos, pero ¿qué puedo hacer?
Después de pensar en las cosas
que hacen que el tiempo vuele, llegué a la conclusión de que tener las tardes
llenas de actividades no ayuda. Correr por las mañanas para llegar al colegio o
llenar el fin de semana de cosas que hacer tampoco.
Así que estos son algunos de los
cambios que voy a poner en práctica cara al curso que viene:
Pocas actividades extraescolares
Tres extraescolares a la semana
van a ser mi límite. Entre todos decidiremos qué actividades son las mejores y
las que más nos gustan. El resto fuera. Necesitan tener tardes libres de lunes
a viernes.
Añadir una actividad de
meditación
Debemos enseñar a nuestros hijos
a parar, a relajarse. Estas prácticas están muy desarrolladas en países como
Holanda de dónde es Eline Snel autora del libro “Tranquilos y atentos como una
rana”. Eline ha desarrollado un método de meditación específico para niños con
técnicas basadas en el mindfulness. El Ministerio de Educación holandés ofrece
esta formación a todos los maestros que lo deseen.
En nuestro país hay pocos
colegios que usen técnicas de meditación, pero la buena noticia es que cada vez
son más.
Mañanas relajadas. ¿Cómo empiezas
el día?
Hace ya algún tiempo que decidí
levantarme antes para no correr y la verdad es que me ha funcionado. Desayunar
juntos, sentados en la mesa, sin gritos…Todo está cronometrado claro, pero no
se respira esa sensación de estrés matutino de antes. Cómo empiezo el día es
muy importante, en otras culturas se empieza rezando o meditando y nosotros lo
empezamos corriendo. Creo que esto es muy característico. Te invito a probarlo,
levántate con tiempo, desayuna, respira y disfruta de tus hijos antes de ir a
trabajar, verán cómo te cambia el día.
Fines de semana libres
Y cuando llega el fin de
semana…..está lleno de actividades y seguimos teniendo que correr para salir de
casa. Partido de fútbol a las 10h, comida familiar a las 14h y tarde de
cine…¿Cuántos fines de semana os quedáis aburridos en casa? Si la respuesta es
pocos o ninguno, hay que hacer algún cambio. Cuando nos quedamos en casa,
enseñamos a nuestros hijos que también se puede disfrutar del hecho de no hacer
nada, de no tener prisa, de jugar tranquilos con esos juguetes que nunca tienen
tiempo de usar…Es un buen aprendizaje, sobre todo en una sociedad de consumo
(salir a comer, ir al cine,…) dónde el entretenimiento supone un coste.
Aprender a aburrirse (rebajar la
sobre estimulación)
Los fines de semana libres son un
buen momento para practicar el aburrimiento. Los niños de este siglo son niños
sobre estimulados, todo lo tienen a un click y no hay que esperar para
conseguir nada. Todo esto, mal llevado, puede tener efectos negativos en el
futuro.
De acuerdo con los estudios
realizados por el grupo de investigación “Neuroplasticidad y Aprendizaje”, de
la Universidad de Granada (UGR), coordinados por Milagros Gallo, la sobre
estimulación puede afectar al aprendizaje.
El exceso de estímulos genera en
los niños -como en los adictos a las drogas- un nivel de “tolerancia”, es
decir, llega un momento en el que los estímulos ya no generan la misma
satisfacción, por lo que es necesario buscar más.
Como padres, creo que es nuestra
misión enseñar a nuestros hijos a aburrirse y a desarrollar así su creatividad.
Tiempo para observar
Cuando imagino una escena
relajante, muchas veces me veo tumbada en el césped observando el cielo,
sintiendo el aire y oyendo el cantar de unos pájaros. ¿Cuántas veces han estado
así tus hijos, contemplando el cielo? Los míos nunca, así que este verano voy a
jugar con ellos a ver qué figuras dibujan las nubes en el cielo. Así les
enseñaré a contemplar las cosas, sin más.
CONCLUSIONES
Nuevos tiempos, nuevas
necesidades. “La inteligencia es la capacidad que tiene el hombre de adaptarse
al medio” y si queremos desarrollar bien nuestro papel como padres debemos
enseñar a nuestros hijos a adaptarse de la mejor manera. Vivimos en la sociedad
del ya, del rápido-rápido, del no esperar, del todo a un click…Todo va
demasiado rápido, por eso debemos aprender a parar. Recuerda que nosotros somos
modelos de conducta, si no somos capaces de parar, ellos tampoco lo harán.