¿Somos los padres unos incompetentes?

CARLOS PAJUELO (http://blogs.hoy.es/escuela-de-padres/)
PUBLICADO CON LA AUTORIZACIÓN DEL AUTOR

A menudo leo en la prensa o por televisión o escucho a amigos, compañeros de trabajo que una buena parte de los problemas que presentan los niños y jóvenes hoy en día es por culpa de los padres que no saben educar.  Esta especie de “mantra”, de tanto repetirla, ha ido calando hasta en los propios padres
Los padres en estos últimos años son los más preocupados y ocupados por la educación de sus hijos, los que más tiempo dedican a educar,  los que disponen de la mayor acceso a la  formación para poder realizar esta tarea de educar y, sin embargo, son los padres que se sienten más insatisfechos por la tarea de educar, y además son los padres más criticados.
¿Son los padres unos incompetentes?, pues en mi opinión esto no es verdad, y en más de treinta años de trabajo con padres y madres, he tenido la oportunidad, casi cotidiana, de hablar con padres y madres que educan, padres y madres entregados a la tarea de educar,  que saben perfectamente qué y cómo educar.
Entonces ¿por qué esta sensación de incompetencia? Pues creo que el problema reside en que los padres nos empeñamos en vincular la tarea de educar con lo que los hijos hacen (resultados) y no con lo que hacemos los padres (educar). De tal manera que, si los hijos lo “hacen bien”, es porque están bien educados; y si “obran mal”, es porque algo hemos hecho mal. Y a esto le añadimos que todos somos unos expertos en educar… a los hijos de los demás.
Somos padres competentes educando a nuestros hijos, pero no olvidemos que  nuestros hijos están “en construcción”, están aprendiendo a ser ellos mismos, y cuando uno está aprendiendo es muy fácil equivocarse.
Que sabemos que ejercer de padres conlleva las competencias de hablar, guiar y poner límites, y por ello sabemos que los conflictos con los hijos son inevitables, y no nos dan miedo porque los padres sabemos a dónde queremos llegar.
Que ejercer de padres es una tarea que está rodeada de una importante carga emocional, y mientras educamos, enseñamos también a nuestros hijos a que las emociones están presentes en todas y cada una de las actividades de la vida.
Las emociones no pueden guiar nuestras vidas, las emociones acompañan nuestros actos y por eso cuando educamos hay que tener mucho cuidado para no caer en la tentación de dejarse llevar por las emociones. No somos esclavos de lo que sentimos.
 Que somos competentes porque frente a la incertidumbre de lo que puede pasar mañana, está la certeza de lo que hacemos aquí y ahora: educar.  Educamos hoy para que el mañana sea menos incierto.
Que no vivimos en el paraíso ni en el mejor de los mundos posibles, y que educar es también abrir los ojos ante estos peligros y enseñar a los hijos modos de afrontarlos. Enseñar es nuestra tarea, actuar la de nuestros hijos.
Que los padres sabemos que el tiempo discurre muy rápido mientras que  nuestros hijos sienten que va muy despacio. El único tiempo que existe de verdad es el presente así que, eduquemos con la vista en el futuro, pero con acciones en el presente.
Así que, ánimo un día más, la tarea continúa.