Republicado con autorización de la autora (https://educa2.info/)
La primera relación amorosa es uno de
los ritos de pasaje de la vida. Suele acontecer en la adolescencia, una etapa
apasionante pero, asimismo, delicada. Desata un torrente de emociones e implica
también una serie de aspectos prácticos que inciden en todos, padres e hijos.
Esta primera relación puede ser tanto positiva como tóxica, por lo que hay que
estar alerta.
A quienes estéis interesados, os invito
a leer este reportaje mío sobre el tema, publicado en la revista OBJETIVO
BIENESTAR en el que dos expertas en adolescentes, la
escritora Eva
Bach y la psicóloga Núria Sánchez Povedano, explican cómo debemos
lidiar los padres con esta situación.
Aquí teneís el PDF: EL PRIMER NOVIO
Y os paso el decálogo que elaboré como
conclusión:
DIEZ PISTAS PARA
ENCAJAR EL PRIMER NOVIO
1.
La
edad para tener el primer novio es muy variable ya que cada
proceso madurativo es diferente. Las niñas, por ejemplo, suelen ser más
precoces. Con independencia de la edad en la que los hijos entablen su primera
relación afectiva, los
padres no deberían jamás ridiculizar la misma. Para ellos, es un tema muy
serio.
2. Aunque es difícil concretar, para la escritora y pedagoga Eva Bach la edad ideal para el primer novio/a sería a partir de Bachillerato o de los ciclos 16-17 años. Tercero de la ESO (14-15 años) es asimismo una edad habitual para empezar. La psicóloga Núria Sánchez la califica de “delicada”, porque el cambio hormonal está en su apogeo.
2. Aunque es difícil concretar, para la escritora y pedagoga Eva Bach la edad ideal para el primer novio/a sería a partir de Bachillerato o de los ciclos 16-17 años. Tercero de la ESO (14-15 años) es asimismo una edad habitual para empezar. La psicóloga Núria Sánchez la califica de “delicada”, porque el cambio hormonal está en su apogeo.
3.
Los novios o novias han
de ser presentados a la familia por iniciativa de los hijos y no por una
exigencia de los padres. A que nos los presenten ayudará mucho el haber
trabajado una relación de confianza y una comunicación fluida con ellos desde
la infancia, que ambas expertas califican de “fundamental”.
4.
Mejor
recibir con afecto que no querer saber nada. Las parejas de los hijos se pueden
tratar como se trata a aquellos amigos especiales. De todos modos, se desaconseja “adoptar” al novio o a la
novia de los hijos.
5.
A la hora de entablar una primera relación los hijos han de estar
informados sobre la anticoncepción y la prevención de enfermedades de
transmisión sexual. Pero la educación sexual no es solo prevención. Tienen que saber que
las relaciones han de ser siempre consentidas y que, más allá del sexo hay aspectos clave,
como el amor y el respeto mutuo.
6.
En ocasiones, los hijos escogen a una pareja que a los padres les parece de
lo más inadecuada (a veces, se hace como forma de rebelión). En estos casos, se
recomienda un tiempo prudencial de espera y algo de tacto antes de decir lo que
se piensa.
7.
Sin embargo, si
se detecta de que se trata de una relación perjudicial y destructiva para los
hijos, hay que actuar sin dudarlo. “De forma asertiva y con la
voluntad de ayudar a saber lo que pasa y de buscar una solución con el hijo o
la hija”, recomienda Eva Bach.
8.
El
signo más claro de que se trata de una relación tóxica es el claro
distanciamiento del círculo habitual de amigos a causa de la nueva pareja. También hay que
estar alerta en cambios en el vestir, en el comportamiento y un retraimiento
generalizado.
9.
Una
ruptura amorosa no es fácil; es una frustración inmensa. Y, como señala
Núria Sánchez, los modelos en boga de crianza sobreprotegida están provocando
adolescentes muy débiles: “Por lo que hay niños que materialmente se rompen a
la hora de afrontar esa ruptura”. Hay que dejar de sobreproteger y preparar a los hijos
para esa posible situación.
10. A veces, son los padres los que viven
esa ruptura también como una pérdida, a causa del afecto que sentían por
la pareja de sus hijos. Esta es una de las causas por la que muchos no quieren
conocer a los novios o novias hasta que haya un compromiso en firme.