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Aunque ciertamente se trate de un
comportamiento no solo molesto sino que, a menudo se torna insostenible, lo
cierto es que las peleas entre hermanos no sólo son necesarias sino que también
son constitutivas de la subjetividad de cada niño y de su mundo interior
Peleas entre hermanos ¿Cómo es
esto?
Sucede que aunque para todos los
adultos una riña nos deje los “nervios de punta” para los niños los gritos, las
quejas, los berrinches, etc marcan una postura no sólo ante otro niños (en este
caso con sus hermanos) sino que también les otorga una identidad en el hogar.
Por si esto fuese poco las peleas
son una forma de manifestación por parte de los niños de que “ellos existen” y
se reconocen dentro del seno familiar que los ubica como sujetos partícipes.
Además hay que tener en cuenta
que entre los 3 y los 10 años de edad un niño tienen como característica
expresarse mediante la disputa con su/s hermano/s.
Sin embargo esto no quiere decir
que ante las constantes (y a menudo ininterrumpidas) peleas, los padres no
debemos intervenir. Por el contrario es necesario tomar cartas en la situación.
peleas entre hermanos
Estos son los 3 trucos con los
que he logrado que mis hijos dejen de pelearse.
Respeto por la convivencia. Para
poder inculcar este principio debemos como adultos, ser el ejemplo de lo que
profesamos. Es decir si intentamos enseñarles a los niños el respeto por la
convivencia, es fundamental que como padres tengamos un respeto entre todos los
adultos que vivan en esa casa y no sólo respeto por ellos como niños.
El respeto por la convivencia
exige:
- Es importante amarlos pero sin hacer diferencias entre los hermanos.
- Muéstrate como un adulto empático.
- Crea un clima agradable en el hogar.
- Establece límites claros siempre.
Enséñales a reconocer sus errores. Es importante que no sólo aprendan a reconocer sus propios errores
sino que también no se vayan a la cama enfadados uno con el otro. Por el
contrario debemos utilizar nuestro conocimiento y madurez para hacer de
intermediarios. Es importante recordar que toda pelea o discusión (en el 90% de
los casos) se debe a un malentendido. Muéstrales qué es lo que ha sucedido en
la pelea o discusión y fomenta la reconciliación para que ellos “hagan las
pases”.
Derecho por el enfado. Así como
hemos dicho que como adultos debemos intervenir para que ellos no discutan de
manera constante y sin motivo, también es importante mostrarles que ellos
tienen derecho a expresar sus emociones y sus sentimientos. Si se han sentido
agredidos por alguna razón lo mejor es decir lo sucedido, con respeto pero
decir aquello que les ha fastidiado. De este modo ellos aprenderán a reconocer
sus propios errores, los errores de los demás y a no sentirse ofendidos por las
acciones de los otros. Por el contrario aprenderán a enfrentar situaciones
conflictivas y poder solucionarlas de la manera más conveniente.
Luego de llevar a cabo estos 3
trucos, he notado un considerable descenso de las discusiones agresivas en mis
hijos. Claro que esto te llevará cierto tiempo. Lo importante es ser constante
y no perder la calma frente a las peleas entre hermanos.