Autoría: Eugenia Olego Gual
Republicada con autorización de: https://www.psicologosantacoloma.es
La adolescencia es una etapa en la que el sujeto sufre
cambios a nivel físico, psicológico y social.
Es un período donde buscan su identidad propia donde necesitan
descubrirse a sí mismos, reflexionar, volver la mirada hacia adentro. Por eso
se pasan tantas horas en la habitación encerrados, prefieren pasear solos, etc.
Otro cambio que encontramos es que el niño/a quiere
diferenciarse de sus padres. Esta actitud nueva la manifestará con cambios de
imagen, jerga característica a su grupo de edad, los cuales suelen ser un
conflicto entre padres e hijos.
Aunque quieran libertad todavía no son suficientemente
adultos para tener una independencia completa. Ellos también necesitan unas
normas y límites claros para sentirse seguros. Por eso, es fundamental que como
padres no perdamos la comunicación con nuestros hijos ya que el correcto uso de
ésta es la herramienta fundamental para una buena relación con ellos. Vamos a
mencionar algunas pautas para poder comunicarnos mejor con nuestro adolescente:
1. Decide el lugar y momento apropiado
Si tenemos que discutir con él para pedirle explicaciones
sobre algo que ha dicho o hecho, espera a estar a solas con él. En cambio, si
lo vas a elogiar a veces es bueno hacerlo delante de personas significativas.
Si ves que no es el momento para discutir o simplemente se
te ha escapado de las manos las discusión, usa frases como: “Si no te importa
podemos seguir hablando de esto en…más tarde”.
2. Escúchale
es necdesario escuchar a los adolescentesDéjale hablar para
que pueda expresar su opinión mirándole a los ojos, manteniendo una postura
activa cara a cara y no interrumpirle.
Cuando haya terminado será nuestro turno.
3. Empatiza
Empatizar nos referimos a ponernos en el lugar del otro y
hacerle saber que le hemos entendido.
Después de haberle escuchado atentamente su opinión,
iniciaremos nuestra conversación con el adolescente haciendo un breve resumen
de lo que ha dicho usando frases como: “Si no te he entendido mal…” “pienso que
debes sentirte bastante enfadado por….” “Entiendo los que sientes…”
4. Háblale en primera persona
No es lo mismo decir: “Siempre dejas la habitación
desordenada y no me ayudas en nada, todo lo tengo que hacer yo” que “me disgusta
ver la habitación desordenada. Me gustaría que entre todos podamos colaborar en
la casa”
En muchas ocasiones nos dirigimos a ellos expresando nuestro
malestar o sentimientos con una pregunta o frase impositiva que provoca que la
otra persona reaccione contestándonos mal o no contestándonos. Para evitar este
malestar, usa los mensajes en primera persona (yo) en lugar de mensajes en
segunda persona (tú). Los mensajes en segunda persona hacen que el adolescente
se sienta acusado, herido, culpable. En cambio, los mensajes en primera persona
permiten expresar sentimientos sin herir a nadie.
Me siento (emoción) porque (el motivo concreto y claro) y me
gustaría (qué cambio esperáis).
5. Evita las negaciones
Di quiero en lugar de no quiero. Procuremos usar lo menos
posible la negación NO.
6. No seáis preguntones
Las preguntas presionan y señalan al otro con el dedo.
En lugar de decir: ¿Cómo volverás a casa? Digamos, “Me
gustaría saber si ya has pensado cómo volver
a casa”
Si recomponemos nuestras preguntas en frases afirmativas,
evitaremos entrar en discusiones interminables sobre temas que nada tiene que
ver con el motivo de la discusión.
7. Llegad a acuerdos
Con los adolescentes ya no sirve imponer sino que
negociar llegando a acuerdos parciales. Recordemos que negociar significa
reflexionar, admitir errores, reconocer la parte de razón del otro,.. Negociar
es ofrecer un ejemplo positivo al adolescente sobre cómo resolver los problemas
ya sean fuera o dentro de casa.
Para ello es necesario ofrecer varias soluciones, dejando
que ellos sean los que decidan y adquieran el compromiso, la responsabilidad de
cumplir, y mostrarle que confiamos en que harán lo más correcto.