Republicado con autorización de: https://www.escuelaenlanube.com
El 15% de los niños presentan
problemas de desobediencia que se pueden catalogar como graves, y esos
problemas de desobediencia generalmente se acompañan de una actitud muy
desafiante que empieza a generar otro tipo de problemas de conducta y actitud
que a su vez desencadenan problemas emocionales y relacionales.
Muchos padres buscan ayuda
profesional diciendo “Mi hijo es desobediente, y desafiante” y tienen mucha
razón al buscar ayuda pues esta es una conducta que puede afectar mucho a los
niños y a su entorno familiar.
Así que lo primero que debe
hacerse es identificar los problemas de desobediencia y desafío que generalmente
aparecen a partir de los dos o tres años de edad para así poder ofrecerles
consejos y corregir ese comportamiento a tiempo.
¡Ayuda: Mi hijo es desobediente!
Como mencionamos anteriormente,
lo primero que debe hacerse es identificar el problema y saber claramente
cuando aparece dicha conducta para así poder actuar en contra de ella y
entregar las soluciones adecuadas.
Por lo general, este problema
aparece casi en un 50% más en niños que en las niñas y se presenta sobre todo,
en contra de personas con gran autoridad como los padres, lo cual genera
problemas dentro del hogar.
5 pautas para mejorar la conducta en niños
desobedientes
Luego de identificar el problema
y saber en qué momentos se presenta, se debe comenzar a motivar al niño, eso se
consigue reforzando sus actitudes positivas y castigando o ignorando las
actividades y actitudes negativas.
Para poder mejorar o modificar la
conducta de los niños desobedientes, se recomienda que los padres muestren una
actitud colaborativa, que dejen que el niño se exprese y sus preocupaciones
puedan ser escuchadas atentamente, pero también, se hace necesario explicarle
los problemas que se causan a raíz de su actitud negativa.
En segundo lugar, resulta muy
importante que los padres reflejen autoridad no tengan miedo o nerviosos ante
la actitud desafiante del pequeño. Una recomendación importante es colocarse a
la altura del niño, mirarlo a los ojos y desde ahí decirle que la actitud que
tiene no es aceptable.
Se deben colocar normas y límites
para frenar la desobediencia, estos resultan ser fundamentales para establecer
lo que se debe y no se debe hacer, deben ser claras y razonables. Además, es
importante que estén adaptadas según la edad del niño, y que ellos sepan el
porqué de cada norma y que beneficio les entregara el seguirlas.
Se deben establecer horarios para
todas las actividades y en orden de prioridad, eso le ayuda a darle un orden a
la vida y a fomentar en ellos una actitud colaborativa y asertiva.
Finalmente, se deben premiar los
buenos comportamientos de los niños, eso es fundamental para que el entienda
que debe repetir esos comportamientos o actitudes, eso sí, debe tenerse en
cuenta que no solo se trata de regalos materiales, sino que, un gesto, un
abrazo o palabras de felicitación funcionan de forma perfecta.