O teu fillo non é perfecto e ti tampouco


Autoría: Carlos Pajuelo
Republicado con autorización do autor: http://blogs.hoy.es/escuela-de-padres

 
A nuestros hijos les estamos enseñando desde que nacen una de las lecciones más necesaria, pero a la vez más llena de dificultades: la de convivir.  Convivir es una palabra muy bonita, vivir con otros en el mismo lugar. Vivir también es aprender, aprender de los demás. Enseñar a aprender a convivir es como lo de MasterCard, no tiene precio.
A veces nuestros hijos conviven con otros niños y niñas que, al igual que tus hijos, no son prefectos y su conducta, su manera de actuar puede ocasionarles algún problema de convivencia. Esto ocurre a diario, estos rifirrafes se dan en los centros escolares, en las actividades extraescolares, en el parque, en los campamentos de verano y hasta en el salón de tu misma casa.
Enseñar a convivir es una tarea que nos obliga a todos los padres y madres que podemos facilitar de la siguiente manera:
  1. Tu hijo no es el centro del universo, tu hijo es o será lo que tu más quieres, pero no nació para ser adorado. Esos padres que sólo ven por los ojos de sus hijos, condenan a sus hijos a ser ciegos. A tu hijo lo mirarán bien y mal; le hablarán bien y mal; lo tratarán bien y mal. Tu papel es enseñarle a mirar, hablar y tratar bien a los demás. Y como bien dice mi compañera Dori Vázquez, “si lo que vas a decir no es de agradar, mejor callar.”
  2. Tu hijo se va a relacionar con otros niños y niñas que están aprendiendo también la tarea de convivir y por ello es posible que se encuentren en situaciones en las que algún otro niño o niña pueda hacer o decir algo que les duela.  Esto ocurre, ha pasado y va a seguir pasando, no podemos educar a nuestros hijos haciéndoles creer que ellos están viviendo en una burbuja a salvo de todo.
  3. Tenemos que enseñarles a “defenderse” y a veces para defenderse lo único que uno necesita es tener conocimiento e información sobre cuál es la manera correcta de actuar ante alguien que molesta. Hay molestos profesionales del molestar, otros que no saben que molestan y otros que se molestan por todo.
  4. Convivir es cosa, por lo menos, de dos. Así que enseña a tu hijo cómo mejorar la convivencia. Empatía, solidaridad, ayuda, compasión (en el sentido más bonito), respeto, inteligencia, son estupendas herramientas para convivir. –
  5. Tu niño no es perfecto y tú tampoco. Ni los otros niños y niñas, ni sus padres ni madres, ni profesores, ni maestras, todos tenemos que hacer un esfuerzo para convivir, todos.

Para convivir hay que ser generosos porque en nuestra vida cotidiana a todos nos tienen algo que aguantar, a todos algo les aguantamos