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Autoría: Katy Gutiérrez Herrera (psicóloga)
Niños inseguros: Marta y Clara entrenan para el equipo de
natación. Ambas son muy buenas y han entrenado muy duro para la competición. El
día ha llegado y Marta está muy nerviosa, tanto que ha perdido la concentración
y seguridad en sí misma, empieza a imaginarse lo peor. Al final de la jornada,
Clara obtiene una medalla que luce con orgullo. Marta se va sin nada y con una
sensación interna de fracaso.
El siguiente ejemplo nos ilustra la gran importancia que
tiene en los niños la seguridad en sí mismos.
Un niño seguro de sí mismo es aquel que se conoce bien y
confía en sus propias emociones, en sus deseos, en sus habilidades y talentos.
No significa que no lo pase mal en momentos de tensión o que
cometa menos errores que los demás, la seguridad en uno mismo implica conocer
los propios límites y aun así seguir avanzando sin que los obstáculos o
dificultades de la vida lo impidan.
No confundamos la seguridad en sí mismo con la arrogancia y
la egolatría. Un niño seguro no se burla de los demás o intenta restregar a los
demás sus éxitos; no se jacta de sus cualidades, ni las aprovecha para dominar
a los demás.
Un niño seguro de sí mismo, es un niño con fortaleza
interna, que va afrontando la vida con serenidad y equilibrio.
Un niño no nace siendo seguro, todo lo contrario, la
seguridad en sí mismo se va cultivando desde los primeros años de vida y somos
los padres o sus principales figuras de referencia quienes a través de lo que
le decimos, de lo que pensamos de él y de cómo actuamos que vamos dejando una huella
y vamos ofreciendo seguridad o, por el contrario, desconfianza e inseguridad.
Un niño es seguro, cuando ha recibido la seguridad de sus
padres. Un niño aprende a confiar en el mundo, cuando ha recibido confianza en
el hogar.
Ya que como padres somos un factor tan determinante en la
construcción de la seguridad y la confianza, Paola Santagostino en su libro “Un
niño seguro de sí mismo” nos revela algunas claves a tomar en cuenta.
Niños inseguros:
Factores clave para potenciar
la seguridad en sí mismo en tu hijo:
Autoestima.
La autoestima es la valoración que hacemos de nosotros
mismos, por lo tanto la autoestima es la base de la seguridad de sí mismo del
niño. La autoestima se construye inicialmente a partir de los juicios que se
formulan sobre nosotros. Por ello, es tan importante recalcar las cualidades
del niño y sus potencialidades ¡y decirlo en voz alta!
Cariño.
Es la capacidad de demostrar con nuestro cuerpo y nuestras
emociones que son amados, valorados y aceptados en el hogar, por quienes son,
no por lo que hacen o logran. Significa estar disponibles e interesarse
genuinamente por su bienestar o que consigan lo que se propongan. Para que un
niño se sienta querido en verdad tenemos que hablar su propio idioma y
comprender cuáles son sus necesidades de afecto, no las nuestras.
Aprendiendo de los errores.
Los niños aprenden de sus éxitos, pero aprenden más de sus
fracasos. A través de sus errores y frustraciones, los niños aprenden a
integrar las equivocaciones como parte de la vida y parte de su aprendizaje, no
como motivos para derrumbarse o infravalorarse. Los padres que quieren enseñar
a sus hijos a tener seguridad en sí mismos, permiten que sus hijos comentan
errores y están cercanos para prestar apoyo, cuando lo necesiten.
Fuera el perfeccionismo.
Una valoración excesivamente severa de los errores del niño
provoca también el miedo a equivocarse, ligado con frecuencia a un exceso de
perfeccionismo, que resulta paralizante. Si el niño no toma iniciativas por
miedo al fracaso, está limitando sus experiencias y por lo tanto, el desarrollo
de su capacidad.
Descubriendo sus talentos naturales.
Todas las personas
tenemos una serie de habilidades y dotes naturales que nos hacen ser únicos y
especiales. Algunos talentos son muy evidentes, mientras que otros hay que
escarbar mucho para encontrarlos o pulirlos, pero cuando son descubiertos y
cultivados incrementa enormemente el sentimiento de capacidad y del valor en el
niño.
Visión del mundo como un lugar seguro.
Para sentirse seguro el niño necesita tener una sensación de
encontrarse en un ambiente que le ofrece oportunidades creativas y positivas,
con obstáculos que pueda aprender a resolver y superar. Por ello, es importante
que como padres trasmitamos una percepción tranquilizadora del mundo, de
forma que pueda relacionarse con su
entorno con confianza y con curiosidad, evitando así que perciba el mundo sólo
como un sitio lleno de peligros y
amenazas en potencia.
Niños inseguros: Superar los problemas específicos.
A veces los niños presentan problemas específicos como
timidez, torpeza, obesidad, rechazo por su aspecto físico. Antes de criticar,
aumentar o minimizar dicho problema, tendríamos que intentar explorar las
motivaciones de fondo. El primer paso sería aceptar al niño tal como es, para
que a su vez, él pueda aceptarse a sí mismo también.
Niños (y padres) reales, no ideales.
A veces esperamos demasiado de nuestros hijos o bien
queremos que crezcan según nuestros modelos o que desarrollen alguna habilidad
que nosotros consideramos muy recomendable. Pero nuestros hijos, no siempre
responden con nuestros ideales. Por ello, debemos considerar al niño, incluso
desde pequeño, como un individuo en sí mismo, con sus propias características y
respetarlo.
Por último, también como padres perseguimos un ideal, que
nunca terminaremos de alcanzar, pues nos equivocamos muchas veces, perdemos la
paciencia, nos cansamos, es inevitable.
Reconocer que somos padres felizmente imperfectos es muy
tranquilizador tanto para nosotros, como para nuestros hijos.