Republicado con autorización de: http://www.solohijos.com
Autoría: Elena Roger Gamir
“Todos para uno y uno para todos”
Una de las premisas básicas para que una empresa obtenga los
mejores resultados y crezca equilibradamente es que su equipo se involucre.
Dicho proyecto debe tener un objetivo final, un enunciado que marque el rumbo
de su actividad profesional. En términos empresariales se denomina misión de la
empresa. Una empresa con unos principios claros es una empresa sólida y
robusta, al menos, en sus pilares. Y esto asegura en mucho su éxito.
Esta mentalidad también se puede aplicar a la familia. Una
familia con un enunciado familiar claro tiene asegurado un rumbo y una
dirección y, por lo tanto, una coherencia educativa y de valores. ¡Una familia
es mucho más que el mejor de los equipos!
Aunque pueda no parecértelo, es muy importante que la
familia cuente con una misión común, con un objetivo familiar que le ayude a
avanzar por una misma línea. Es un lema elegido por todos los miembros,
aceptado y asimilado, que guiará el comportamiento y la forma de actuar de la
misma. Es una especie de lema similar al que todos conocemos como “Todos para
uno y uno para todos”.
Has de preguntarte y preguntar al resto de la familia cuál
es vuestro propósito familiar, qué clase de familia queréis ser.¿Os queréis
parecer a alguna en especial? ¿Qué relaciones y sentimientos queréis tener en
la familia? ¿Por qué cosas estáis dispuestos realmente a luchar? ¿Cuál es
vuestro hilo conductor?
Se trata de decidir qué clase de familia queréis ser y
entonces identificar los principios que necesitáis para llegar allí.
¿Por qué un enunciado familiar?
Porque un principio familiar es mucho más que un principio
individual. Con él se crea un espíritu de familia. Todos los miembros de la
familia se comprometen inconsciente y conscientemente con él, produciendo una
guía interna que les ayuda a tener claro su destino y a no salirse de este plan
estipulado y elegido voluntariamente.
Una vez al año, revisión de la misión familiar
Una vez cada año, deberías incluir en una reunión familiar
una revisión de la misión familiar. Todos deben proponer sin miedo sus ideas.
Toma nota de ellas y escríbelas en un papel sin juzgarlas. Una vez escritas,
cada miembro debe elegir los dos principios que considere más importantes.
Posteriormente, de los principios seleccionados se elegirá uno que represente
la misión familiar.
Cuando la familia ha propuesto los principios y seleccionado
el mejor, es cuando llega el momento de escribir vuestro objetivo familiar y
colocarlo en el lugar más visible de la casa (o incluso en todas las
habitaciones).
¿Cuál es tu enunciado familiar?
A continuación encontrarás algunos enunciados que pueden
darte una idea de lo que puede ser un objetivo familiar. Cada familia ha de
buscar su lema y su principio conductor. Lo que para una puede ser importante,
para otra puede no serlo tanto.
“La misión de mi familia puede ser”:
- Respetar los talentos de cada uno de nosotros, su individualidad y sus diferencias. Nosotros somos una familia. Yo soy importante pero los demás, TAMBIÉN!
- No derrumbarnos ante los problemas y enfrentarnos a ellos con valentía y optimismo. ¡Nuestro sentido del humor es nuestra tarjeta de visita!
- Nuestra familia es única, no se parece a ninguna ni nosotros nos parecemos a nadie más.
- Ser siempre honestos y consecuentes, sin tener nunca miedo a decir la verdad o a aceptar nuestras responsabilidades. Nosotros no mentimos. Decimos la verdad aunque nos cueste.
- Demostrar nuestros sentimientos en cualquier circunstancia y que nos queremos tanto en público como en privado. Nosotros nos queremos y no nos avergüenza demostrarlo.
- Comunicarnos en todo momento con respeto, demostrándonos amor y expresando nuestros sentimientos. Nosotros nos hablamos con respeto aunque no nos guste lo que sentimos, oímos o vemos.
- Aprender de nuestros errores para poder ser mejores día a día. ¡Equivocarse es aprender! Aceptamos con curiosidad las correcciones y ayuda de los demás; somos humanos y no nacemos enseñados.
Lo importante es que cualquier misión familiar nazca de la
aportación de toda la familia, que todos la acepten como suya y así se
comprometan anímicamente a defenderla.
Es posible que nunca te lo hayas planteado pero si lo
pruebas verás con el tiempo que os ayuda a sentiros “una piña”, fuertes y
cohesionados, ya sea como familia o como personas individuales.