O meu fillo rouba: por que?

Autoría: Isabel Pérez

Republicado con autorización de http://www.educapeques.com/



Un caramelo, un juguete, unas deportivas, dentro del colegio, en una tienda o en su casa… hay muchas razones por las cuales un niño, que en principio no es problemático, pueda llegar a ROBAR…alguna vez o varias veces ¿Cuáles son las razones por las que un niño roba? ¿Qué podemos hacer como padres cuando descubrimos que nuestro hijo ha robado? ¿Es probable que esta conducta se vuelva a repetir?

Hay varias razones por las cuales nuestros hijos pueden llegar a robar:

·         Como una manera de llamar la atención de los padres o adultos
·         Por falta de control de impulsos lo quiero y me lo llevo, no puedo esperar
·         Por rebeldía (a la autoridad), más común en la adolescencia
·         Por adquirir un status, ser el más osado entre los amigos, hacer algo sin ser descubierto y salirse con la suya, también más común en la adolescencia
·         Por envidia o celos: yo quiero lo que tú tienes
·         Por falta de normas claras en casa acerca de conceptos como la honestidad
Me tomó por sorpresa un día que mi hijo de 7 años entró a casa compungido y se encerró en su habitación a llorar. Tras un rato de esperar a que saliera por su propio pie, entré en su habitación, le pedí que se calmara y que me contara qué le pasó:

Fui a casa de Laura y estaba viendo su álbum de cromos, entonces vi el balón de oro, ese cromo era mío, yo se lo intercambié por otro hace una semana, pero…me dieron ganas de tenerlo otra vez, así que, lo saqué del álbum y me guardé la carta, porque sólo la quería tener un momento conmigo. Luego, ella se dio cuenta y empezamos a forcejear, hasta que me la quitó, la carta quedó toda arrugada, me insultó y yo me enfadé.
No daba crédito a lo que escuchaba, creía que le habíamos inculcado buenos valores, que era un niño responsable …..me sentí muy triste y además avergonzada.

- ¿Me estás diciendo que le robaste un cromo?
- No, yo sólo lo quería tener un rato conmigo
- Pero lo hiciste a escondidas y ella te pilló y por eso te insultó
- Si
- ¿Y a ti te gustaría que entrara Laura a escondidas en tu habitación y se guardara tu cromo favorito?
- No
- Pues eso es ROBAR hijo
(traga saliva, se le sale una lágrima…)
- Yo no sabía que eso era robar
este niño roba. Sabe que robar es malo, que los que roban se les llaman ladrones, que lo hacen a escondidas y si les pillan los meten a la cárcel.
Pero él no se identifica con esa etiqueta. El se siente muy lejos de ser un ladrón.
Igual que muchos de nosotros, ya como adultos, seguimos auto justificándonos con:
“Yo no lo sabía, eso no es un robo, ni si quiera lo echarán en falta, luego lo repongo, esto no es nada …” mientras intentamos restar importancia cuando nos llevamos un bolígrafo de la oficina, la manta del avión, la toalla del hospital o no pagamos el billete del metro.
Fue el momento de llamar las cosas por su nombre y al poner con todas las letras la palabra ROBO, que entonces su mente empezó a trabajar y a entender lo que le pasaba…lo que había hecho.

¿Qué podemos hacer como padres cuando descubrimos que nuestro hijo ha robado?

Ya sea que el niño nos lo confiese, que le hemos pillado en el acto o simplemente que alguien nos los cuente, tenemos que tomar en cuenta lo siguiente:
·         Que el niño sea consciente que se trata de un robo, sin justificarse, sin restar importancia, sin relativizar, no hay excusas, no está bien.
·         Que sea consciente del daño que causa el robar: para sí mismo (su imagen, la culpa, la mentira) hacia la persona que roba (ayudarle a ponerse en el lugar del otro y los sentimientos que le puede generar) y hacia su familia.
·         Reparar el daño en la medida de lo posible: devolver el objeto, pedir perdón al afectado, darle algo a cambio (si surge del niño)
·         Reconocer que todo acto conlleva una consecuencia y ayudarle a aceptarlo con responsabilidad, en caso de que hubiera un castigo o un cargo.
·         Ayudarle a manejar correctamente sus sentimientos de culpa o cualquier emoción o pensamientos negativos. ¿Y si no me perdona?, no quiero quedarme sin amigos, me siento muy mal.
·         Desdramatizar la situación tanto el niño como los propios padres “todos nos equivocamos” “podemos aprender de todas las experiencias, por duras que sean”
Mi hijo terminó reconociendo que lo que hizo estuvo mal y pudo comprender cómo se podría sentir Laura. Después de hablar cómo se sentía, el decidió que quería ir a casa de Laura a pedirle una disculpa y que quería regalarle su cromo favorito. Sin duda fue una lección difícil para todos, pero creo que hemos aprendido mucho de ello.

¿En qué situaciones es más probable que un niño vuelva a robar, de forma reincidente?

·         Cuando no hay consecuencias negativas por sus actos
·         Cuando no hay remordimiento, ni sentimiento de culpa…permanece en la idea de autojustificar sus actos.
·         Cuando hay contradicciones con respecto al acto de robar: verbalmente los padres pueden decir que es incorrecto, pero alaban conductas picarescas o no indagan cuando encuentran cosas que no son del niño entre sus cosas.
·         Cuando hay consecuencias negativas, pero las ganancias secundarias son mayores: obtiene atención, le da estatus, obtiene lo que quiere al momento, le compensa el riesgo.

Me despido con esta frase: “Si los padres no ponen límites a sus hijos con AMOR, la sociedad terminará poniéndoselos, sin amor”