Autoría:
Sara Tarrés
Republicado
con autorización de
www.mamapsicologainfantil.com
Para ser feliz no
necesita que le compres más cosas. Tu hijo, al igual que los míos,
no necesita más objetos, más juguetes, cromos o lo que sea que te
esté pidiendo ahora para ser más feliz. Puede que al negarle lo que
te demanda le parezca que eres la
peor madre del mundo,
se enfade, te monte una rabieta pero
tu sabes que en realidad estás actuando correctamente.
Los niños de hoy, los
que viven de forma acomodada en la sociedad de consumo en la que
estamos inmersos, se ha acostumbrado a tenerlo todo sin apenas
esfuerzo. Padres, madres, abuelos y tíos nos desvivimos por ellos
dándoles todo cuánto piden olvidando que ese niño para ser
feliz no necesita que le compres más cosas. Necesita que le
prestemos atención, atención a sus risas, a lo que dice y a lo que
calla. Necesita entender la importancia y el valor de las cosas y
dándoselo todo a la primera nunca podrá aprenderlo.
Este es uno de esos
artículo de opinión, en los que pesa más mi punto de vista de
madre que el de psicóloga, porque hay cosas que me ocurren igual que
a ti.
Soy madre de dos niños
pequeños, demandantes, consumistas, igual que los tuyos. Soy mamá
ante todo y lejos de intentar dar lecciones a nadie pretendo
simplemente reflexionar contigo. Sabemos que seria más fácil
comprarle todo cuanto nos pide y así acallar la rabieta, los malos
modos o las malas caras. Sí, sería más fácil complacerle y tener
una tarde tranquila después del cole. Sí, sería más fácil porque
nos sentiríamos menos culpables por trabajar tantas horas. Sí,
sería más fácil pero ¿estaríamos educando?
Sí, estaríamos
educando un niño tirano, un pequeño dictador, manipulador, egoísta
y materialista. Educaríamos a un niño que para ser feliz
necesitaría siempre tener a alguien que le satisficiera su necesidad
constante de cosas nuevas, una persona que no valora lo que
tiene, …
Así que yo me niego,
me niego en rotundo a estar permanentemente comprando todo aquello
que mis hijos piden. No solo eso, me niego a caer en la trampa de las
colecciones de cromos, muñequitos o demás historias que se inventan
unos cuantos para hacer dinero a costa de nuestros peques. Me niego a
estar atrapada en el compra-compra diario y como madre con criterio
propio me siento en la obligación de decir basta!
Que hay colecciones de
cromos maravillosas pero señores … no podemos gastarnos los
sueldos en álbums que nunca se acaban porque aparecen otros más
chulos … por ejemplo!