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Ser
ordenados: El orden es una de las características que debe tener, tarde o
temprano, todo miembro de una sociedad. Sin duda el orden es necesario para la
inserción de toda persona dentro de un empleo o bien en la educación.
Por
esta razón resulta fundamental que los niños comiencen de pequeños a asimilar
ciertos parámetros de orden puesto que, de este modo, les resultará mucho más
sencillo la incorporación de dicha enseñanza.
Beneficios de fomentar
el orden en los niños
·
Favorece
la memoria a largo plazo
·
Beneficia
el orden en el hogar tanto para los adultos como para los niños
·
Ayuda
a establecer estructuras mentales que permiten la elaboración de procesos
mentales superiores
·
Favorece
la autonomía infantil
·
Provee
de un orden mental interno
·
Eleva
la autoestima del niño
·
Realza
el buen comportamiento y las buenas relaciones (en el hogar y en el ámbito
escolar también)
¿De qué manera podemos
enseñarles a nuestros hijos a ser más ordenados?
5
trucos para enseñar a los niños a ser ordenados
Beneficios de ser
ordenados
·
Establecer
rutinas. Es importante establecer días y horarios para cada actividad. Esto no
sólo fomenta el orden personal sino también la disciplina (que van de la mano
junto con el orden). Por ejemplo establecer horarios para el cepillado de los
dientes, para el aseo, para los juegos, para el baño, para las comidas, etc.
Claro que con esto no necesariamente tenemos que ser padres estrictos o
inflexibles, pero sí será un buen parámetro para respetar por parte de los
niños y los adultos.
·
Da
el ejemplo. Este es un dato que hemos mencionado más de una vez pero no nos
cansamos de mencionarlo ya que, sostenemos que el ejemplo es uno de las mejores
herramientas con las que cuenta todo padre y madre frente a sus hijos.
·
Utiliza
canciones divertidas. Puede que, a la hora de ordenar sus juguetes o sus
pertenencias tus hijos comiencen a angustiarse o simplemente no quieran
realizar dicha actividad. En estos casos puede ser de utilidad la
implementación de una canción que los motive. También puedes emplear el
“premio-castigo” indicándoles que “luego del ordenamiento les darás un premio”.
Sin embargo creemos que no es prudente abusar de dicha herramienta para evitar
que los niños sólo actúen a cambio de un premio.
·
Explícales
las consecuencias del desorden. En este caso puede ser de utilidad la
realización de algún juego o actividad. También puedes valerte de gráficos o de
historias y de consecuencias que se relacionen con la falta del orden.
·
El
orden ligado con la independencia. En la mayoría de los casos los niños anhelan
ser independientes. Si éste es el caso de tu hijo es una excelente oportunidad
para enseñarle que el orden es un paso fundamental para ganar cierta autonomía
e independencia. De este modo estarás colaborando en elevar su autoestima y, en
consecuencia, disminuir el estrés que muchos niños tienen en la actualidad.
4
Juegos educativos para ayudar a los niños a ser ordenados
Ordenando la secuencia
Materiales:
tarjetas con diferentes momentos del día de un niño. Cada una de estas tarjetas
contienen una acción que se realiza en el día: cepillarse los dientes,
levantarse, ir a la escuela, almorzar, jugar, cenar, etc.
El
objetivo de este juego es darle al niño las tarjetas desordenadas y que él las
ordene según el orden correcto.
Ordenando libros
Si
los niños son un poco más grandes (más de 8 años) se les puede pedir que
ordenen por orden alfabético, algunos libros (aproximadamente 10).
Estableciendo reglas
en una ronda
En
este caso se puede proponer el relato de un cuento que cada niño va a ir
completando según le toque su turno.
Por
ejemplo se empieza con uno de los niños dándole una frase inicial: “Había una
vez, en un castillo muy, muy lejano, un ogro muy triste…”
Se
le pide a un niño que complete con una frase aquello que cree que le ha
ocurrido al ogro para estar triste. Luego se le pide al compañero de junto que
continúe la historia y así sucesivamente. Es importante que cada niño haga un
aporte respetando el orden del juego.
Reconociendo el error
Para
este juego se necesitará que los niños de toda el aula observen en detalle cada
rincón del salón y los objetos que en él se encuentran. Luego se le pide a uno
de los niños que salga fuera del aula. Con ayuda del resto de los niños se
modificará algo del salón. Luego se le pide al niño que regrese al salón y que
intente distinguir aquello que se ha cambiado del orden anterior. Gana el niño
que en menor tiempo adivine el cambio.