Republicado con autorización de: http://www.solohijos.com/
Autoría: Elena Roger Gamir (pedagoga)
Tan importante como
ayudar a nuestros hijos a resolver un problema es hacerles conscientes de cómo
lo han resuelto.
Aprovecha cuando hay
un desafío entre tu hijo y tú para ser un buen
modelo de resolución de conflictos o cuando tu hijo se enfrenta a un
problema difícil de gestionar. Si a él le falta autocontrol, sé tú modelo de
calma. Y si no puedes serlo, aléjate de él hasta que estés en condiciones de
serlo.
Es entonces cuando
puedes hacerle preguntas metacognitivas que le ayuden a ser
consciente de sus recursos y su posición ante los conflictos.
Preguntas
metacognitivas ante los conflictos
Cuando puedas hablar con él, ayúdale a
ver:
1.
Qué patrón existe en su comportamiento cada vez que se le presenta un
desafío que no sabe manejar.
2.
Que su comportamiento frente a ese problema no se diferencia del que tuvo
ante un problema similar en un tiempo pasado, por lo que solo está repitiendo
un proceso de pensamiento improductivo.
3.
Qué cosas le influyen más cuando se exalta.
4.
Qué siente cuando no gestiona bien las emociones.
5.
Qué necesita para calmarse a sí mismo.
6.
Cómo influyen sus sentimientos en las decisiones que toma cuando está
confuso o enfadado.
7.
Como “aguanta” más de lo que puede gestionar hasta explotar.
8.
Cómo podría haber reaccionado para conseguir sus objetivos, sin necesidad
de herir a los demás.
9.
Cómo se sienten los demás ante su comportamiento.
10.
Si ha reaccionado al verdadero problema a tan solo a su malestar emocional.
11.
Si la decisión tomada le ha acercado más a su objetivo o por el contrario
le ha hecho sentir peor.
No le ayudes a resolver un problema
concreto sino a desarrollar la maquinaria cognitiva que les prepara para
cualquier desafío ahora y en el futuro.