Republicado con autorización de: http://www.solohijos.com/
Autoría: Albert Soler Sarrió (Psicólogo)
Un
modo de transmitir disciplina a los niños es mediante premios y castigos que
son los métodos en los que, la mayoría de los padres de hoy, fueron educados y
los que más frecuentemente se emplea con el objetivo de lograr buenas
conductas. No obstante, los métodos basados en premios y castigos no están
exentos de numerosas desventajas. En este artículo vamos a analizar un método
alternativo para la modificación de conductas, el método de las consecuencias
lógicas y naturales.
El
objetivo de este método es permitir que el niño aprenda a asumir las
consecuencias naturales que se derivan de una determinada conducta, o unas
consecuencias lógicas previamente diseñadas, para estimular y tomar decisiones
responsables. Las consecuencias lógicas permiten que el niño experimente la
realidad del mundo social.
Serían
consecuencias naturales aquellas que se derivan espontáneamente de ciertas
conductas (si un niño no quiere comer, luego tendrá hambre). No requieren
intervención de los padres. En ausencia de consecuencias naturales, o en
ocasión de peligro para el niño, éstas se sustituyen por consecuencias lógicas
que los padres proponen, no como castigo, sino como alternativa. Por ejemplo:
“Voy a limpiar tu habitación. No podré hacerlo sí están los juguetes y la ropa
por el suelo, así que los meteré en bolsas y los guardaré en el trastero, si tú
decides no recogerlos”.
Ventajas con respecto
al premio y castigo
- Responsabiliza al hijo (no a los padres) de su propia conducta.
- Posibilita a los niños tomar sus decisiones acerca de qué conductas son las más adecuadas.
- Facilita la comprensión de sus acciones en un sentido más amplio, más impersonal y más social.
Diferencias de las consecuencias
lógicas y el castigo
- El castigo expresa el poder de la autoridad personal. Las consecuencias lógicas reconocen los derechos y respeto mutuos.
- El castigo, en muchos casos, es arbitrario o no está relacionado con la lógica de la situación. Las consecuencias lógicas se relacionan estrechamente con el comportamiento inadecuado.
- El castigo puede implicar un juicio. Las consecuencias lógicas no implican elementos de juicio personales.
- El castigo tiene que ver con el comportamiento anterior. Las consecuencias lógicas tienen que ver con el comportamiento actual y futuro.
- El castigo supone amenaza y frecuentemente humillación. En las consecuencias lógicas la relación es amistosa y denota buena voluntad por parte de los padres.
- El castigo exige obediencia. Las consecuencias lógicas permiten alternativas y decisiones personales.
Principios básicos
Para
aplicar el método de las consecuencias hay que tener en cuenta ciertos
principios:
- Para que las consecuencias lógicas no se perciban como castigo es necesario crear un clima de relaciones afectivas entre padres e hijos, de respeto mutuo y de estimulación, y estar dispuesto a posponer la acción hasta que las relaciones hayan mejorado.
- Ser firmes y cariñosos: la mayoría de los padres o son firmes o son cariñosos, pocos son ambas cosas a la vez. El tono de voz debe indicar el deseo de ser cariñoso, y la firmeza debe manifestarse en la resolución de que se cumpla la acción.
- Abstenerse de sobreproteger: hay que permitir que el niño experimente las consecuencias de sus propias decisiones y evitar el asumir responsabilidades que lógicamente son del hijo.
- Ser consistentes: actuar, en lo posible, siempre con igual criterio.
- Separar el hecho de quien lo hace: si no mostramos respeto hacia el niño, la consecuencia se convertirá en castigo. No emitir juicios de valor ni humillar.
- Estimular la independencia: evitando hacer lo que el niño puede hacer por sí mismo.
- Evitar el sentir lástima: es ésta una actitud muy negativa. Indica que el niño, de alguna forma, es débil y no puede resolver sus problemas. Sentir lástima no es lo mismo que comprender. La comprensión promueve fortaleza, mientras que la lástima promueve debilidad.
- Reconocer de quién es el problema: los padres no deben meterse en todo.
- Hablar menos y actuar más: muchos padres no logran ser eficaces por hablar demasiado y el niño muchas veces, adquiere “sordera al padre “. Hablar en tono amistoso hará que los niños estén mejor dispuestos para escuchar.
- Rehusar a pelear o rendirse: fijar límites y permitir que el niño decida cómo responder a éstos. Estar firmemente dispuesto a seguir las consecuencias lógicas que deriven de la decisión del niño.
Pasos para aplicar las consecuencias
- Presentar alternativas: que son propuestas por el padre quien acepta la decisión del hijo. Decidir si van a ser lógicas o naturales.
- Actitudes abiertas: el tono de voz y la elección de las palabras adecuadas son esenciales, deben reflejar respeto, aceptación y buena voluntad.
- Seguimiento: cuando se aplique una consecuencia hay que dar seguridad de que se va a cumplir. De no darse la conducta adecuada se ofrecerá la oportunidad de cambiar la decisión más tarde.
- Asegurarse de que la consecuencia está lógicamente relacionada con el comportamiento inadecuado.
Artículo
adaptado de “La ciencia y el arte de la educación”, de Mª Ángeles Soto
Martínez.