Republicado con autorización de: http://blogs.hoy.es/escuela-de-padres/
Autoría: Carlos Pajuelo
Lo importante de nuestros hijos
es lo que tienen dentro, la ropa solo es envoltorio
Mi amiga Paqui, que llevaba un
tiempo tranquila con sus niños, me llamó el otro día para hablarme de su nuevo
desasosiego: “Carlos, mi hijo se pone camisetas y vaqueros rotos y es como un
uniforme siempre vestido igual, y no te quiero ni decir cómo lleva los pelos,
se pasa 15 minutos delante del espejo, peinándose un despeinado. ¡Qué pinta
lleva! No me gusta cómo va y no sé si debo ceder u obligarle a que se vista más
normal”. Y a renglón seguido me dice:”¿Qué hago?”
Y eso me lo pregunta a mí, que
soy el asesor de madres-padres, pero todas las mañanas tengo la duda de qué
ropa ponerme, si pega o no pega y echo de menos a mi cuñada que tiene la
habilidad de organizarte “conjuntos” en un periquete.
La ropa y el peinado es lo de
fuera y lo importante de nuestros hijos es lo de dentro, así que no hagamos
dramas con ropas y pelos, porque esta no es la pelea de los padres.
Algunas ideas respecto a cómo
actuar en estos casos
1.- Que los niños y niñas tengan
la posibilidad de elegir qué quieren vestir y cómo, de entrada, es una buena
opción, muestra que tienen claro qué es lo que quieren, su autonomía, sus
gustos. Los padres podemos ayudarles, cuando sean pequeños, a que ellos decidan
presentándoles un par de opciones. Cuidado con lo de “esto no pega con esto”
que no tenemos hijos para que luzcan en el Instagram, es mejor asesorarles con
mensajes del tipo, “este suéter combina mejor con este pantalón, pero al que le
tiene que gustar es a ti”. Cuidado con lo de “eso es de pijos” o “eso es de
canis” Los hijos son bonitos porque son nuestros hijos no por que vayan más o
menos “monos”, no les convirtamos en unos racistas textiles, organizando el
mundo en función de cómo visten las personas.
Y además para gustos los colores.
2.- Está claro que si tu hija
adolescente quiere salir vestida como si fuera una bailarina de Reggaetón (Me
lo pido el taxi, me lo pido el taxi…)
pues tendrás que hacerle ver que ese tipo de vestimenta es inapropiado
para niñas de su edad y ya tendrá tiempo cuando sea mayor de vestir como
alguien mayor. Los adolescentes pueden y deben de elegir qué ropa les gusta,
pero creo que el criterio “hipersexualización” es un buen límite para decir NO,
esto no corresponde ahora. Pero no te creas que va a ir tu hija a abrazarte y
decirte mamá gracias por preocuparte por mí. Te va a montar un buen pollo.
3.- Los adolescentes y
preadolescentes quieren vestirse como lo hacen el resto de sus amigos. Pero
tienes que tener claro el criterio “marcas”, ya que hay
marcas que cuestan un ojo de la cara. Los padres vestimos a nuestros
hijos, pero lo que no debemos de hacer es gastarnos lo que no tenemos para que
nuestros príncipes y princesas vayan a la moda. Y cuando le digas que no a la
compra de una determinada marca tampoco van a ir corriendo a abrazarte para
decirte “mamá, papá, que guais sois”.
4.- Que le gustan las camisetas,
pues que se compre 7 camisetas. Pero ten en cuenta, como bien dijo JR. Alonso
de la Torre en su artículo del Hoy,
estas camisetas hacen que huela la sobaquera y si lo añadimos a que los
portadores de las camisetas son unas bombas de hormonas andantes… no hay
botafumeiro capaz de eliminar el olor. “Ponte lo que quieras, pero limpio, muy
limpito. Ponte los pelos como quieras, pero duchadito. La limpieza es la lucha,
no la ropa.
5.- Dentro de 15 años cuando vean
sus fotos de adolescencia les pasará lo mismo que te pasa a ti cuando ves tus
fotos de juventud, que te das cuenta que en el pasado todos éramos unos
horteras.