Autoría: Elena Roger Gamir (Pedagoga)
“Quién no comprende una
mirada, tampoco comprenderá una larga explicación!”
Proverbio
árabe
Ni larga ni corta. En la
comunicación con nuestros hijos, las palabras son importantes.
¡Importantísimas! Pero siempre después de una mirada de aceptación. Después de
un silencio que da oportunidad. Después de un espacio en el tiempo en el que
hemos tratado de entender qué motivos ha tenido para hacer lo que ha hecho y
cómo se siente. Después de comprender por qué sus ojos nos miran con miedo o
con tristeza. O con un llanto contenido que nuestro hijo trata de esconder.
Las palabras llegan cuando nosotros ya hemos salido de su
corazón, después de explorarlo. Entonces seguro que son las justas y las
oportunas.