Republicado con autorización de: http://www.psicologosantacoloma.es/
Autoría: Mireia
Navarro Vera
A veces, cuando estoy en algún
restaurante, no puedo evitar observar situaciones de conflicto con los niños.
Recuerdo una vez que una niña pequeñita de unos 3-4 años estaba en un
restaurante de un Parque de Atracciones después de un largo día de emociones y
caminatas y no quería cenar, vi venir la rabieta y vi la cara de frustración y
desesperación de los padres. ¿Cuántas veces habremos vivido como padres
situaciones así? Algunas de ellas evitables y otras no. Para las que sí podemos
evitar, la fórmula casi siempre es la misma: escucha a tu hijo/a, aprende a
entender lo que le pasa y trátale con respeto. En la situación del parque de
atracciones, hubiese sido suficiente con entender que, aunque en ningún momento
lo dijo, estaba demasiado cansada para cenar y había sido un día demasiado
largo para aguantarse a sí misma. Si yo interpreto mejor lo que les pasa a mis
hijos, sobre todo observando y escuchándolos, acertaré con mayor frecuencia que
si me dejo llevar por mis propias emociones.
La pena es que nadie nos dice que
ellos tienen unos derechos que nosotros debemos respetar y ya que ellos no
pueden por sí mismos, también debemos hacer que los demás adultos los respeten.
Por eso hoy he decidido dar voz a l@s niñ@s y hacer públicas
sus peticiones:
1. No me pegues nunca
Cuando me pegas, te tengo miedo y después me lleno de rabia.
No entiendo por qué alguien a quien tanto quiero me hace daño. Me enseñas a
solucionar las situaciones con violencia y eso es lo que haré cuando llegue a
la adolescencia. No me enseñas nada, solo a sentir rabia y odio. Y si alguna
vez, cegado por tu propia rabia, me pegas, pídeme perdón y entonces entenderé
que no querías hacerlo, que tú también te equivocas y que me respetas.
2. Si lloro escúchame, algo me pasa
Dejarme llorar no me ayuda a crecer, me llena de tristeza y
me siento solo/a. Si me dejas llorar no solucionamos el problema y me estreso.
Muchas veces no sé expresar lo que me pasa y entonces lloro, necesito que tú
pongas palabras a mis pensamientos y besos a mis lágrimas.
3. Deja que cometa errores
Así es como aprendo. Si me quitas la oportunidad de fallar,
no me dejas crecer ni aprender. Cuando
me sobreproteges me empequeñeces.
4. Juega conmigo
A veces solo necesito un ratito, cuando juegas conmigo 5
minutos me siento seguro y querido. Si nunca tienes tiempo de jugar, no voy a
entender que es por que no tienes tiempo, lo que entenderé es que no soy lo
suficientemente importante para que dejes por un momento tus obligaciones y te
sientes conmigo.
5. Ponme normas y límites
Esto sí me ayuda a crecer. Me enseña cuál es el camino que
debo seguir. Si no me poners límites no sé qué esperas de mí. Tus normas son mi
brújula, sin ellas voy muy perdido/a y eso me genera ansiedad y miedo.
6. Déjame que hable y opine
Cuando me dejas decidir pequeñas cosas de mi vida, me siento
bien, me siento más mayor y me lleno de orgullo. Si puedo elegir la fruta que
quiero de postre o me pides la opinión sobre el plan del sábado por la tarde,
me haces sentir que soy importante para tí. Cuando me tratas como un miembro de
la familia sin voz, me siento anulado/a y me entran ganas de reivindicar mi
individualidad.
7. No me etiquetes ni me compares
Soy único/a. No puedes compararme con nadie. Cuando lo
haces, lo que veo es que no me valoras por lo que soy y que además te gustaría
que fuera como otro/a. Eso no me motiva a mejorar, me pone muy triste. Si me
etiquetas creo que eso forma parte de mí y no es modificable. Si me dices que
soy malo/a no me das opción al cambio. Si me dices que hoy me he portado mal,
quiere decir que puedo hacerlo mejor.
8. No soy malo/a
Detrás de mi mal comportamiento siempre hay una necesidad,
pero como no sé expresarlo…A veces simplemente es que quiero tu atención.
9. Bésame y abrázame
¡Me haces sentir tan
bien! Me gusta sentirme querido/a, me da seguridad y confianza. Todo lo que tú
me quieres ahora se convertirá en lo que yo me quiera a mí mismo/a de adulto/a.
10. Necesito estar contigo
Ahora eres lo más importante de mi vida. Siempre quiero
estar contigo y no entiendo que tú a veces no quieras. Cuando me dedicas tiempo
me siento tan feliz y cuando te vas a trabajar pero me dices que desearías
quedarte conmigo veo que tú también quieres estar conmigo.