Autoría: Sara Tarrés
Republicado con autorización de: http://www.mamapsicologainfantil.com/
A mi hijo no le gusta jugar a
fútbol. No le ha gustado nunca. Ahora tiene algo más de 7 años y sigue sin
gustarle. A mi hijo no le gusta jugar a fútbol y yo no le fuerzo ni me preocupo
en exceso, aunque sí le llevo al parque con una pelota si me la pide. A mi hijo
no le gusta jugar a fútbol y puede que al tuyo, si estás leyendo esto, tampoco.
La pregunta es ¿hay algún problema por qué a un niño no le guste el fútbol? Hoy
hablamos de ello en este breve artículo. Hablamos de por qué no les gusta, qué
pasa con los niños que no juegan a fútbol en los patios y de cómo actuar o no
en estos casos.
Vaya por adelantado que estoy a
favor de que los niños realicen cualquier tipo de deporte. Es más, los padres
debemos alentar la práctica alguno de ellos, sea el que sea, para fomentar un estilo
de vida saludable, lejos del sedentarismo que tantos problemas de obesidad
infantil está causando. La práctica de un deporte aporta infinidad de
beneficios, lo sabemos y lo recomendamos, beneficios no solo físicos si no
también psíquicos de los que he hablando en más de una ocasión en este mismo
blog. La práctica de algún deporte nos perite estar en forma, sanos y fuertes,
nos relaja y nos ayuda a concentrarnos. Tanto es así que algunos estudios
relacionan la práctica de un deporte con el éxito escolar. Pero este no es el
tema de hoy. Hoy hablamos de esos niños a los que no les gusta el fútbol y que
prefieren hacer otras cosas, como jugar al escondite o al pilla-pilla.
Y es que en la sociedad actual en
la que los jugadores de fútbol cobran vergonzosas millonadas parece ser que a
todos los niños, por ser niños (y en esta ocasión me refiero exclusivamente al
género masculino) les haya de gustar el fútbol porque lo lleven escrito en su
ADN.Parece como si todos tuvieran que tener como objetivo vital acabar en un
gran equipo de fútbol siendo el mejor jugador del mundo. Parece como si
cualquier niño que no se interese por este deporte, no le guste jugar y chutar
una pelota, deba quedarse en un rincón apartado porque si no juegas a fútbol no
eres nadie. Y no es solo que lo parezca, es que pasa en realidad en muchos
patios de colegio.
Y desde aquí expreso mi rechazo y
denuncio, sí, la discriminación o segregación sexista que en muchos patios de
colegio se sigue realizando. Los niños juegan a fútbol mientras que las niñas
juegan a la comba o a otro tipo de cosas. Pero es que existen este tipo de
niños a los que no les gusta jugar a fútbol y quedan apartados. Niños como
otros que necesitan jugar, correr y reír, pero que al no gustarles el fútbol se
ven abocados a jugar en alguna esquina, con suerte con algún otro compañero al
que tampoco le gusta el esto de jugar al balón.
¿Por qué a mi hijo no
le gusta jugar a fútbol?
Las razones por las que a un niño
no le gusta jugar al fútbol pueden ser muchas pero destacaremos las 2 más
comunes o frecuentes:
1. Habilidad psicomotriz. Hay niños menos habilidosos que
otros. Niños que, sin tener ningún problema psicomotriz, son más “patosos” que
esos otros a los que cualquier deporte se les da bien a la primera y sin ningún
esfuerzo. A estos niños menos habilidosos no les suele gustar jugar al fútbol
porque son conscientes de sus limitaciones. En estos casos la práctica es el
mejor aliado, sin forzar hay que alentar al niño que se mueva, que chute, que
entrene. Al principio, si es necesario, en solitario o en compañía de sus
padres y hermanos. Que observe cómo mejora con la práctica porque nadie nace
sabiendo. Hay que fomentar su autoconcepto y autoestima, que en la gran mayoría
de casos está algo tocada, recordándole todas las demás habilidades que sí
tiene y lo bien que realiza cualquier otro tipo de deporte o actividad.
2. Timidez. Los niños tímidos suelen tener dificultades para
establecer relaciones con otras personas, ya sean adultos o niños, sobre todo
si no les conocen. La timidez, o el miedo hacia los demás, les impide acercarse
a sus iguales quedándose apartados en el patio o en el parque por más que en su
fuero interno quisieran estar con el resto de niños jugando igual que ellos.
Aquí es importante trabajar la confianza y seguridad en sí mismo que tanto
carece el niño tímido o retraído. Debemos ofrecerle oportunidades para que se
relacione con otros niños, hay que ir a los parques y dejar que juegue a su
libre albedrío, sin inmiscuirnos en sus juegos. Dejar que vaya cogiendo confianza
día a día, en él mismo y en los demás. Evitar sobreprotegerle y sobre todo
dejar que haga cosas por sí mismo aunque al principio le cueste.
Cómo actuar si a mi
hijo no le gusta jugar a fútbol.
En primer lugar debemos recordar
una de las premisas fundamentales de la educación: respeto. Con esto quiero
decir que los padres debemos mostrarnos respetuosos ante los gustos de nuestros
hijos y no forzarles a realizar deportes o actividades que no les gusten o les
incomoden.
Los gustos por los deportes,
hobbies o actividades en general se van conformando a lo largo de la vida.
Durante la infancia se asientan las bases de muchos de los gustos y aficiones,
que en gran medida, se ven determinados por influencias familiares. No
obstante, que a un padre o madre le guste el fútbol no es garantía de que al
niño también. Así que si eres un padre al que le entusiasma jugar a fútbol pero
a tu hijo no te recomiendo que tengas paciencia y seas respetuoso con los
gustos de tu peque. Recuerda que él es una persona diferente a ti y, como tal,
tiene todo el derecho a desarrollar su propios gustos y aficiones.
En resumen, aquí tienes 10
prácticos consejos de cómo actuar si a tu hijo no le gusta jugar a fútbol:
1. No fuerces. Cuanto más insistas más resistencia generas.
2. Respeta sus gustos.
3. Valora sus esfuerzos.
4. No sobreprotejas.
5. Elogia.
6. Juega con él a fútbol o lo que sea.
7. Fomenta su autoestima.
8. Alimenta su autoconcepto.
9. Bríndale oportunidades de relacionarse con otros niños.
10. Recuerda que el fútbol no es el único deporte del mundo,
hay infinidad de ellos: permítele que encuentre el suyo.