Republicado
con autorización de: http://www.educapeques.com/
Todo niño debe tener metas, es decir objetivos,
alcanzables que puedan concretar o cumplir. Pero ¿Por qué es importante que los
niños tengan metas que cumplir? ¿Cómo ponerle esas metas sin que esto les
provoque estrés?
En principio tenemos que decir que las metas son
importantes para los niños pues esto ayuda en su desarrollo personal, les
incentiva su camino, favorece el aprendizaje, les enseña a enfrentar los
fracasos y la frustración así también como la adversidad o los cambios bruscos
y eleva la autoestima.
Sin embargo las metas que se establezcan en los
niños deben ser prudentes para evitar el estrés en ellos ¿Cómo ponerle esas
metas sin que esto les provoque estrés?
8 Claves para poner metas a los niños sin estresarles
Características de las metas
Deben suponer un esfuerzo para el niño, es decir,
un reto. Pero como adultos debemos estar ahí para incentivarlos y cuidarlos
cuando el estrés aparezca. Es muy probable que frente a una meta o desafío
nuevo, el estrés surja en nuestros hijos. Es ahí donde como padres debemos
intervenir, observar y ayudar desde una postura de seguridad y autoconfianza
para que él logre la meta propuesta.
Pon metas que sean completamente alcanzables y en
forma escalonada: comienza con metas simples y ve aumentándolas día tras día (o
semana tras semana) para que tu hijo sienta que puede lograrlo con facilidad.
El esfuerzo debe ser progresivo y no violento o brusco.
Define el objetivo/meta a alcanzar. Sé claro en lo que quieres que logre. Por ejemplo: debes completar las 2
primeras hojas de tarea antes de que se cumpla 1 hora a partir de ahora. Para
esto asegúrate de que se logre concentrar con facilidad y que deje de lado
todos los artefactos electrónicos (Pc, tablet, celular, televisión, internet,
etc). Esto ayudará a que se concentre y juntos lleguen al objetivo.
Relaciona la meta con algo que le guste a él.
No intentes proponer metas inalcanzables.
Establece un plan de acción (por ejemplo, día a día) para que se cumpla. También a veces es conveniente que se
establezcan horas del día determinadas para el cumplimiento de la meta.
Muéstrales que se puede aprender de los errores. A menudo estamos acostumbrados que los errores
son sinónimo de burla y que no debemos equivocarnos. Pero no existe aprendizaje
sin errores. Por tal razón, demostrarles a los niños que equivocarse es parte
del proceso del éxito (meta) es necesario y hasta diríamos, imprescindible.
No olvides felicitarlos cuando ellos hayan avanzado o progresado. A menudo como adultos se nos pasa por alto que
los niños necesitan de nuestra aprobación y motivación para continuar en su
camino. No olvides festejar tras un logro que hayan hecho.
Motívalos para que se esfuercen más. Luego del festejo o las felicitaciones, nuestra misión es que ellos
continúen en su camino hasta lograr la meta.
Ayúdales con calma, paciencia y amor para que ellos sientan que tú estás
ahí para guiarles pero no realices el trabajo por ellos.
El festejo final. Luego de haber cumplido con la meta deseada, es
importante darse un tiempo para el relax (la recompensa por tanto esfuerzo).