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Nuevo centro, nuevos compañeros
de clase, nuevos profesores, horarios distintos, nuevas responsabilidades… así
es el paso de primaria a secundaria, una de las vivencias más complicadas en la
etapa formativa de los niños. Los cambios siempre generan inquietud, pero este
salto es doblemente complicado, porque significa abandonar unos comportamientos
y hábitos infantiles para entrar de pleno en una compleja etapa vital: la
adolescencia.
¿Cómo afrontar el paso de
primaria a secundaria?, ¿cómo hacer que los niños experimenten el cambio de
forma tranquila, con garantías y sin sobresaltos?
Aquí van algunos consejos.
Visitar el nuevo centro
Una de las mejores formas de
enfrentarse a lo desconocido es tomar contacto con la nueva situación y
familiarizarse con los espacios. Por eso es importante apuntarse a las jornadas
de puertas abiertas que suelen organizarse en los institutos y centros de
secundaria. Es la oportunidad de pisar las aulas y empezar a establecer
contacto con el profesorado.
(En el caso de que permanezca en el mismo centro, pasa al punto 3).
Conoce la plantilla de profesores
A la hora de elegir centro,
conviene analizar la plantilla docente. Los profesionales con el Máster en
Formación del Profesorado de Secundaria están
especialmente capacitados para la labor docente y son una garantía para
afrontar los nuevos retos. El Máster substituye al antiguo CAP (Certificado de
Aptitud Pedagógica), tiene como objetivo formar a futuros profesores a través
de tecnologías innovadoras y capacitarlos para que sepan transmitir
conocimientos de forma eficaz.
Infórmate sobre las nuevas
materias
El programa de estudios de la
educación secundaria está repleto de nuevas materias. Es conveniente empezar a
hablar con el niño de estas nuevas asignaturas, pero sin crear un clima de
tensión. Para muchos estudiantes, el cambio genera inquietud y no conviene
provocar preocupaciones antes de hora.
Empieza a planificar horarios
La nueva etapa educativa
comportará cambios notables en materia de horarios y de hábitos de
trabajo. Las responsabilidades serán
mayores por parte del estudiante, por lo que será necesario elaborar una buena
planificación de tareas. La mayoría de niños compaginan las clases con
actividades extraescolares, lo que obliga a aplicar un plus de estrategia y
reparto del tiempo.
Es importante dejar un hueco para
el descanso. La secundaria es exigente y conviene medir bien los tiempos para
no crear una presión excesiva sobre los niños.
Pensar en el futuro
Los primeros cursos de secundaria
no obligan a tomar decisiones sobre planteamientos de futuro, pero más adelante
el niño tendrá que elegir asignaturas y determinar el camino a seguir. Es
recomendable empezar a tantear al alumno sobre sus intereses profesionales y
humanos.
Conoce el círculo de amistades
La etapa de secundaria representa
un cambio fundamental a nivel relacional. Los niños entran en la adolescencia e
inician nuevas amistades con las que compartirán tiempo y experiencias.
Conviene estar alerta con esta nueva fase vital. Las compañías inadecuadas
pueden representar una amenaza para la estabilidad del niño y para la vida
familiar.
El “control” debe realizarse de
forma sutil. Un exceso de celo o una presión demasiado intensa pueden provocar
que el niño se cierre en sí mismo e interprete el interés como un intento de
fiscalización.
Vigila los hábitos alimentarios
La adolescencia es una etapa
propicia para la aparición de desórdenes alimentarios. Conviene prestar
atención a cualquier comportamiento que pueda esconder algún tipo de trastorno.