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La llegada de un niño al mundo es
todo un acontecimiento que como padres queremos celebrar al 100%. Ningún
detalle se nos ha de escapar. Proyectamos como le llamaremos, como le
vestiremos, entre otras tantas cosas. Pero, cuando un niño que nace tiene una
discapacidad, generalmente una desilusión arriba el corazón de los padres.
Dos características que
distinguen a los padres de un niño con discapacidad
Una de las tantas características
que les distingue a los padres de un niño con discapacidad es la culpa. La
mayoría de los padres sienten culpa puesto que creen que “algo mal han hecho
(sea durante la gestación, embarazo, parto o postparto) para que el niño tenga
una discapacidad”. De hecho, a menudo es uno de los padres quien culpabiliza al
otro sobre lo que ha sucedido (la discapacidad del niño).
Otras de las cualidades es la negación:
un elevado porcentaje de padres niegan el hecho de que sus hijos tengan un
retraso o discapacidad. Incluso en ocasiones, es visto que muchos saben de
forma consciente que el niño/a tiene un retraso (o al menos lo sospechan) pero
no acuden a un médico ni realizan una
consulta con un especialista.
“Que nuestro hijo tenga una
discapacidad solo es el comienzo de ver el mundo desde otra perspectiva. No es
algo negativo, solamente es diferente”.
Mi hijo tiene una discapacidad
¿Cómo continúo con mi vida y le ayudo? ¿Cómo asumo esta difícil prueba?
La aceptación
En primer lugar, lo que debemos
hacer es aceptar que aquel hijo que va a nacer (o que ha nacido) no es el ideal
que hubiéramos deseado. Este paso es, sin duda, el más importante puesto que la
proyección de un hijo ideal es una de las características que toda persona
tiene incluso cuando nunca hayan tenido hijos.
La aceptación de un hijo como tal
implica la muerte psíquica de un hijo ideal y da lugar al hijo con una
discapacidad, es decir el hijo tal cual es. Solo si comprendemos la verdadera
necesidad de reconocer a nuestro hijo como es, podremos ayudarle en su camino.
Integrarlo plena y absolutamente
a la familia
Claro que, dependiendo de la
discapacidad que el niño tenga es posible que algunos cambios se produzcan en
la cotidianeidad de la casa. Por ejemplo si tenemos un hogar con escaleras será
necesario que modifiquemos un poco la estructura de la casa en caso que el niño
no tenga movilidad en sus piernas (discapacidad motora).
Solicitar ayuda lo antes posible
Actualmente un niño con
discapacidad es incluido en casi cualquier escuela pero, para ello necesitará
de una estimulación temprana. Cuanto antes se acuda a este tipo de
estimulación, menores serán las consecuencias.
Colabora para que el niño
construya una imagen mental y real de sí mismo
Muchas veces no consideramos que
la imagen fragmentada que tenemos de una persona con discapacidad es la misma
que el niño proyecta de sí mismo (como consecuencia de lo que nosotros creemos
de él).
No establezcas límites para el
niño
Si bien es cierto que hay
diagnósticos que no son muy alentadores, nunca te detengas en las etiquetas. Tu
hijo no es una etiqueta y él puede alcanzar todo lo que se proponga. Hace poco
tiempo atrás se hadado a conocer a una psicopedagoga que ha padecido desde el
momento del nacimiento, parálisis cerebral. Ella no puede caminar con facilidad
pero, ha logrado terminar sus estudios y
hoy convertirse en una renombrada psicopedagoga. Este es uno de los
tantos ejemplos con los que cuentan las personas con discapacidad pero con
padres que les han motivado a poder seguir y alcanza sus sueños.