O meu fillo ten unha discapacidade. Como continúo coa miña vida e lle axudo?

Republicado con autorización de: https://www.escuelaenlanube.com

La llegada de un niño al mundo es todo un acontecimiento que como padres queremos celebrar al 100%. Ningún detalle se nos ha de escapar. Proyectamos como le llamaremos, como le vestiremos, entre otras tantas cosas. Pero, cuando un niño que nace tiene una discapacidad, generalmente una desilusión arriba el corazón de los padres.

Dos características que distinguen a los padres de un niño con discapacidad
Una de las tantas características que les distingue a los padres de un niño con discapacidad es la culpa. La mayoría de los padres sienten culpa puesto que creen que “algo mal han hecho (sea durante la gestación, embarazo, parto o postparto) para que el niño tenga una discapacidad”. De hecho, a menudo es uno de los padres quien culpabiliza al otro sobre lo que ha sucedido (la discapacidad del niño).
Otras de las cualidades es la negación: un elevado porcentaje de padres niegan el hecho de que sus hijos tengan un retraso o discapacidad. Incluso en ocasiones, es visto que muchos saben de forma consciente que el niño/a tiene un retraso (o al menos lo sospechan) pero no  acuden a un médico ni realizan una consulta con un especialista.

“Que nuestro hijo tenga una discapacidad solo es el comienzo de ver el mundo desde otra perspectiva. No es algo negativo, solamente es diferente”.

Mi hijo tiene una discapacidad ¿Cómo continúo con mi vida y le ayudo? ¿Cómo asumo esta difícil prueba?

La aceptación
En primer lugar, lo que debemos hacer es aceptar que aquel hijo que va a nacer (o que ha nacido) no es el ideal que hubiéramos deseado. Este paso es, sin duda, el más importante puesto que la proyección de un hijo ideal es una de las características que toda persona tiene incluso cuando nunca hayan tenido hijos.

La aceptación de un hijo como tal implica la muerte psíquica de un hijo ideal y da lugar al hijo con una discapacidad, es decir el hijo tal cual es. Solo si comprendemos la verdadera necesidad de reconocer a nuestro hijo como es, podremos ayudarle en su camino.

Integrarlo plena y absolutamente a la familia
Claro que, dependiendo de la discapacidad que el niño tenga es posible que algunos cambios se produzcan en la cotidianeidad de la casa. Por ejemplo si tenemos un hogar con escaleras será necesario que modifiquemos un poco la estructura de la casa en caso que el niño no tenga movilidad en sus piernas (discapacidad motora).

Solicitar ayuda lo antes posible
Actualmente un niño con discapacidad es incluido en casi cualquier escuela pero, para ello necesitará de una estimulación temprana. Cuanto antes se acuda a este tipo de estimulación, menores serán las consecuencias.

Colabora para que el niño construya una imagen mental y real de sí mismo
Muchas veces no consideramos que la imagen fragmentada que tenemos de una persona con discapacidad es la misma que el niño proyecta de sí mismo (como consecuencia de lo que nosotros creemos de él).

No establezcas límites para el niño
Si bien es cierto que hay diagnósticos que no son muy alentadores, nunca te detengas en las etiquetas. Tu hijo no es una etiqueta y él puede alcanzar todo lo que se proponga. Hace poco tiempo atrás se hadado a conocer a una psicopedagoga que ha padecido desde el momento del nacimiento, parálisis cerebral. Ella no puede caminar con facilidad pero, ha logrado terminar sus estudios y  hoy convertirse en una renombrada psicopedagoga. Este es uno de los tantos ejemplos con los que cuentan las personas con discapacidad pero con padres que les han motivado a poder seguir y alcanza sus sueños.