Como axudar aos nenos a desarrollar a identidade?

Autoría: María Eugenia Daney
Republicado con autorización de https://www.educapeques.com

Antes de comenzar a desarrollar este artículo debemos definir el concepto de identidad:

La identidad es un conjunto de características y rasgos que hacen que cada persona sea única e irrepetible. Ésta antecede a la personalidad. Entonces, un desarrollo adecuado de la identidad en los niños, generará una personalidad fortalecida, independiente y definida en ellos.

No obstante, la personalidad y la identidad no son invariantes. Por el contrario, la identidad personal, podríamos decir, se forja y modifica desde que el niño es pequeño hasta que el adulto es anciano. Aunque es más probable que el niño modifique su identidad (hasta que ésta se asiente bien; pasada la adolescencia) más veces y en menos tiempo que el adulto, hay que comprender que la identidad y la personalidad son dos conceptos indisociables que acompañan a la persona durante toda su vida y, como tal, varían según las vivencias y experiencias de cada uno.
Sin embargo, hablar de la identidad puede ser sencillo pero ¿cómo hacemos para que nuestros hijos desarrollen su propia identidad?
¿cómo hacemos para que nuestros hijos desarrollen su propia identidad?
En las próximas líneas analizaremos algunas recomendaciones y consejos así como también evaluaremos qué tipo de ejercicios se adecuan a cada niño y cuáles de ellos podrían ser más eficientes. Claro está que cada niño podría responder de modo diferente. Por tanto, debemos explorar de manera personal cada ejercicio hasta hallar aquellos que mejor se ajusten con la identidad en formación del niño.

Construcción de la identidad en niños en desarrollo

Tal como hemos mencionado anteriormente, la identidad y posteriormente la personalidad son construcciones que el niño va formando desde su nacimiento hasta que es anciano y fallece.
Dicho esto, no es de extrañar que los niños y especialmente los adolescentes cambien y prueben diferentes comportamientos aprehendidos a fin de (luego) añadirlos a su propia identidad o bien descartarlos. Es por esta razón que los pre-adolescentes y los adolescentes cambian tanto de forma bastante abrupta: un día se visten de un modo y hablan de una determinada manera y al día siguiente pueden cambiar y sentir, pensar y actuar de un modo completamente diferente; algo que a los adultos nos desconcierta bastante.
Sin embargo, este proceso comienza en la infancia. Es por esta razón que durante la infancia muchos niños tienen una gran cantidad de amigos pero, con el paso de los años, si esa amistad perdura más allá de la infancia y adolescencia puede suceder que la amistad se termine, puesto que hay varios autores que afirman que la búsqueda de la identidad trasciende toda la vida pero la personalidad se estabiliza recién hacia los 18 – 24 años (y en algunos casos más tarde).
Hay que aclarar que una personalidad sólida quiere decir: autoestima afianzada, confianza en sus propias decisiones, empatía, capacidad de resiliencia del niño, afecto por parte de sus padres, familiares y docentes (pero no consentimiento extremo), capacidad de superación para vencer la adversidad, iniciativa propia, independencia, entre otros conceptos que desarrollaremos más adelante.
Las pautas que mencionaremos a continuación servirán a padres y docentes para fomentar el desarrollo de una identidad saludable en los niños que, en consecuencia, favorecerá en la búsqueda y formación de su propia personalidad.
Importancia de los padres para desarrollar la identidad de los niños
Del modo en que eduquemos (y el trato que tengamos hacia nuestros hijos) resultará el desarrollo de su identidad ¿Cómo sabemos si somos padres que fomenten el desarrollo correcto de la identidad de los niños? Veamos algunos ejes centrales:

  • Brindarle confianza para mantener una charla abierta sin prejuicios. Fomentar esto no solo le ayudará a tener un ejemplo claro y poder resolver conflictos de una manera acertada. Si no sabes de qué modo enfrentar ciertos temas con tus hijos, no tengas miedo; nos ha pasado al 99% de los padres pero sí pide ayuda a algún familiar o bien a un profesional que pueda guiarte.
  • Ser un ejemplo. Los niños nos observan todo el tiempo y somos (aunque no nos demos cuenta) sus ejemplos en todo. Si ellos ven que resolvemos una situación conflictiva con gritos, es probable que aprendan e incorporen que esa es la única manera de poder resolver una situación conflictiva.
  • Estar presentes y al tanto de lo que le ocurre al niño; sea en la escuela, en su entorno de amistades, etc. Dentro de este aspecto podemos destacar el compromiso de los padres por conocer un poco más de cerca a las amistades de nuestros hijos y, en consecuencia, a sus familias.
  • Saber como piensan: No se trata solo de hallarse cerca de los niños de modo físico; debemos interesarnos por saber cómo piensan y qué es lo que les ocurre.
  • Ofrécele un hogar estable: Esfuérzate por tener un hogar emocionalmente estable para el niño.
  • Ser participativo en el hogar y las actividades del niño; imponer reglas, límites, afecto y contención. En otras palabras, dialogar periódicamente con ellos sin restricción de temas.
Consejos para ayudar a los niños a desarrollar la identidad

  • Fortalece la autoestima del niño. Sin duda, una sana autoestima con capacidad de resiliencia ayudará a que su personalidad no se forje sobre la imposibilidad, sino más bien sobre aquello que puede hacer y, si no lo logra, poder intentarlo siempre hasta que alcance su objetivo o meta.
  • Desarrolla el autoconcepto. Una identidad definida y saludable está íntimamente emparentada con la definición de autoconcepto, es decir, el concepto que el propio niño tiene de sí mismo. Es indispensable que el niño no interiorice aquellos comentarios negativos que puede haber oído (y que casi siempre juegan en contra del desarrollo de una personalidad positiva y saludable). Para ello, debemos trabajar en la adecuada imagen de sí mismo. Es decir, debemos evaluar el tipo de autoimagen que el niño tiene para poder ajustar aquello que él crea: si el niño tiene un autoconcepto de superioridad no es positivo pero tampoco lo es si tiene un autoconcepto de inferioridad. Regular esto poco a poco, facilitará la formación de un adecuado autoconcepto y, en consecuencia sentará las bases para la construcción de una identidad positiva y saludable.
  • Observa, estudia y facilita que el niño tenga como imágenes sociales personas que le ayuden en su desarrollo de la identidad. Con esto no solamente nos referimos a personas cercanas a él; que deben tener como base las relaciones saludables, el afecto y el buen trato, sino también a los modelos sociales que estos niños persigan. Si influimos positivamente sobre los modelos sociales en los que se están fijando y que toman como ídolos, podemos guiar el sendero del desarrollo de una personalidad firme. Por ejemplo; estimula que los niños busquen más allá de las apariencias; que persigan ideales de personas nobles o que se han esforzado para llegar a ser quienes son (puedes intentar buscando un jugador de fútbol, basket u otro deporte, un artista, cantante, científico, etc).
  • Fomenta el desarrollo de su autonomía. Permite que el niño haga aquellas cosas que, según su edad, ya pueden hacer. Los padres solemos muchas veces (inconscientemente) sobreproteger a nuestros hijos: permite que juegue y se caiga (tú estarás ahí para mirarlo). No queremos que este punto sea malinterpretado pero es preciso que cada niño aprenda con experiencias propias: si no les permitimos esto de niños, de adultos la vida misma les obligará a superar distintas pruebas y será mucho peor.
  • Ten en cuenta el propio deseo del niño. Pregúntale ¿es esto lo que quieres? ¿es esto lo que te gusta? Permite que el niño cambie de parecer y que te brinde su punto de vista de las situaciones que lo involucran así como también que escoja aquellas cosas que son directamente para él (especialmente color de ropa o cosas que ellos sí pueden decidir).
  • Permite que hablen y se expresen con libertad. Muchas veces los padres limitamos los comentarios o temas de los niños porque somos nosotros mismos los que (por alguna razón) nos sentimos limitados internamente. Los niños son más libres en cuanto a los temas que escogen (y desde luego inocentes). Permitir esto ayudará a que ellos procesen y elaboren cada tema con naturalidad. Poco a poco comprenderán que hay temas que es mejor no hablarlos en público o no hablarlos con determinadas personas pero deja que en el hogar ellos expresen lo que sienten aunque desde ya el adulto será quien los oriente con las respuestas.
Ejercicios para desarrollar la identidad en los niños

¡Contemos una historia!
Contar un cuento o una historia a los niños (aunque con algunas modificaciones) puede ser una buena forma de estimular su identidad.
Relata un cuento (de preferencia que el niño ya conozca el final) pero, en algún acontecimiento trascendental del mismo, detente y pregúntale al niño ¿cómo habrías terminado tú la historia?
Permite que él cuente del modo que quiera y cómo quiera (sea o no real su relato) de qué forma lo hubiera resuelto. A menudo este ejercicio puede ser difícil en el principio pero luego se consiguen resultados realmente sorprendentes. Recuerda que el desarrollo de la identidad tiene mucha relación con la resolución de conflictos, la creatividad y la superación de pruebas.
Jugando con rostros
Para realizar este ejercicio será necesario dibujar el contorno de una cara pero sin dibujar la boca.
Puedes utilizar cualquier imagen o bien dibujar tú misma un rostro. La consigna del juego es entregar un rostro dibujado a cada niño y pedirle que exprese en este rostro cómo se siente el niño ese día: triste, enojado, furioso, contento, feliz, etc. El reconocimiento de los propios sentimientos ayudará con el autoconcepto del niño.
Hablemos de nuestro juguete favorito
Para hacer este ejercicio se necesario que dicho juguete esté presente a la hora de realizar dicha actividad. Hablar del juguete o juego favorito del niño implica conocerle mucho más y, en consecuencia, que él mismo se conozca.
Generalmente los juguetes están asociados no solo con la confección o textura de los mismos sino con recuerdos (quien les ha regalado ese juguete) y las razones de por qué les encanta jugar con el mismo. Por otra parte, el juguete recibe una gran cuota de afecto por parte del niño, lo que dice mucho de su propia identidad en formación.
Presentamos a nuestra familia
En esta actividad necesitaremos que los niños lleven a la escuela una fotografía de la familia. Si se realiza en el hogar, entonces podremos buscar una foto familiar donde estén todos los integrantes. El ejercicio consiste en contar alguna anécdota sobre la familia: el momento en que fue tomada esa fotografía, algo que a la familia le guste hacer entre todos, un día que haya sido realmente feliz para el niño y compartido en familia, etc. Luego le pediremos al niño que dibuje algo lindo que suceda en su familia: puede ser un dibujo de la fotografía o bien algo actualizado sobre la familia.

Todo niño construye su identidad partiendo de la base del lugar que ocupa en el seno familiar.

Por lo tanto, la finalidad del juego tiene dos partes:

  • Saber algo más de su propia familia (para conocer y auto-conocer su identidad)
  • Ver qué lugar ocupa dentro de esa familia pero esto debemos verlo en relación no con la realidad sino con la percepción del niño a través del dibujo.