Autoría: Elena Roger Gamir (Pedagoga)
Republicado con autorización de http://www.solohijos.com/web/
“Soy así, no puedo cambiar. Por
más que me esfuerzo, suspendo cada evaluación cuatro o cinco asignaturas. No
soy tan inteligente como mi hermano. Siento que no sirvo para nada, que solo os
doy problemas y que os entristecéis por mi culpa. Cómo me gustaría ser de otra
manera, papá, mamá, pero no puedo cambiar… De verdad que estudio, y me
organizo, y hago lo que puedo, pero no es suficiente porque no soy listo, no
sirvo para esto…”
A menudo nuestros hijos no son
conscientes de sus avances ni de sus conquistas. No creen alcanzar nuestras
expectativas y tienden a la tristeza y a la desmotivación. Se comparan en una
única dimensión y no reconocen los cientos de avances que hacen cada día y que
les permiten madurar. No tienen instrumentos para valorar su mejora o su cambio
y acaban por fijarse solo en lo negativo sin apreciar sus múltiples avances.
Ellos no saben que están
mejorando. ¡Díselo tú!
¿Cómo convertirte en “un
instrumento de valoración” para tu hijo?
Debes ayudarle a que se percate
de sus pequeños o grandes avances en otros campos, para que ese éxito sea un
trampolín para atreverse a probar nuevos desafíos. Darse cuenta de que ha
conseguido pequeños cambios le ayudará a sentirse competente y capaz de cambiar
en áreas más difíciles y arriesgadas.
Es verdad que estas notas pueden
mejorarse mucho, pero mira tu evolución. El mes pasado suspendiste cuatro
asignaturas. ¿Cuántas has suspendido este mes? ¿Te has fijado que además de
suspender una menos has subido nota en dos asignaturas? ¿Y qué me dices de la
actitud? Casi todos tus profesores dicen que has mejorado y que estás más
atento en clase, sin necesidad de llamarte la atención como antes. Yo creo que
esto son también buenas notas… ¿qué opinas tú? Si sigues así, ¿cómo crees que
serán tus notas el mes que viene?
¿Recuerdas las vacaciones del año
pasado? ¿Recuerdas el viaje en autobús? Yo me acuerdo de que te entristeciste
mucho porque nadie quería sentarse a tu lado. Y ahora me estás explicando que
en ningún momento has estado solo, ni en el autobús ni en la habitación. Uhm,
¿qué crees que significa? Yo pienso que tus esfuerzos por acercarte a tus
compañeros han dado resultados y tu plan de invitarlos a casa también. ¡Han
funcionado tus estrategias! Además de esa bonita sonrisa que ahora se te ve
más…
El mes pasado necesitaste ayuda
del papá para arreglar tu skate y veo que ahora te atreves a intentarlo solo.
Antes del verano te negabas en
rotundo a ir solo a casa de la abuela y ahora no solo te atreves, sino que
además te encanta ir sin mí…
Crea anclajes en su memoria
Hazles notar esos momentos de
pequeños triunfos y conviértelos en anclajes para futuras situaciones en los
que se sienta incompetente. Compara una experiencia ya vivida con la situación
nueva, de modo que pueda recordar cómo la solucionó y que sensaciones sintió,
adaptando las viejas estrategias a la nueva situación.
¿Recuerdas cuando fuiste al curso
del Dale Carnegie? Tenías incluso fiebre, de lo mal que lo estabas pasando. Te
sentías muuuuy asustado y no te atrevías a hablar delante de todos aquellos
chicos. Pero lo hiciste. Y te aplaudieron. Te felicitaron. Incluso te lo
dijeron por escrito, en aquellas pequeñas notas, ¿Te acuerdas? ¿Quieres que las
leamos de nuevo? Fuiste capaz de hacer algo que te costaba mucho.
¿Por qué crees que esto es
diferente? ¿Esta situación no se parece a aquella? ¿En qué se parece? ¿Puedes
hacer lo mismo que hiciste entonces o crees que debes cambiar algo? En aquel
momento te sirvió…¿Por qué no te va a servir ahora?…
¡La primera condición para que
cualquier ser humano mejore y se modifique es que se crea capaz de cambiar!
A pesar de que las notas digan lo
contrario, de que los profesores ya no sepan qué hacer con él, de que esté
encasillado en clase con “¡Peligro!, ¡Bomba de relojería!”, de cualquier
trastorno asociado…nuestro hijo se modificará y se enriquecerá si nosotros no
aceptamos esa realidad y le demostramos que, con su gran plasticidad, puede
desafiar y superar sus expectativas y las de los demás.