Autora: EUGENIA OLEGO GUAL
Republicado con
autorización de http://www.psicologosantacoloma.es/
“Por cada minuto que
estás estresado, pierdes 60 segundos de felicidad”
¿Qué es
el estrés infantil?
El
estrés es una palabra bastante utilizada en las últimas décadas y, definida
como algo negativo en nuestras vidas. Pero en realidad nosotros no podemos
vivir sin estrés ya que sin él no reaccionaríamos ante el peligro.
Vamos
a imaginarnos que estamos en medio del Amazonas y de repente nos encontramos
con un jaguar. ¿Qué
comienza a ocurrir en el interior de nosotros? Empezamos a activar nuestro cuerpo
proporcionándole actividad y energía acelerando el corazón, tensar los músculos
y la respiración va más rápido. Después que el estresor haya desaparecido, el
cuerpo empieza a volver a la normalidad. Esta respuesta ayuda a sobrevivir con
lo que confirmamos que el estrés es bueno.
Entonces, ¿Por qué utilizamos el estrés como
algo no positivo? Cuando
esta reacción de estrés dura mucho tiempo o cuando la amenaza ya no está
delante de nosotros y aún así continúan los síntomas, aquí hablamos de un
estrés que puede afectar negativamente a nuestra salud.
El estrés en los niños
¿No habéis tenido el deseo alguna vez de volver a querer ser
niños para no tener preocupaciones? Pues este deseo no hará que dejéis de
tener estrés, ya que los niños también tienen preocupaciones en muchos aspectos
de su vida.
Factores
que pueden generar estrés en los niños:
·
Escuchar a los padres discutir
·
Divorcio en los padres
·
Discutir con los amigos o compañeros de clase
·
Rivalidad entre hermanos. Celos
·
Tener miedos (oscuridad, perros, ruidos fuertes,…)
·
Familiares con problemas de salud
Signos
de estrés
No
es fácil reconocer el estrés pero hay indicadores que ayudan a sospechar que
estamos ante un cuadro de estrés:
·
Cambios de humor
·
Mal comportamiento
·
Celos
·
Alteraciones del sueño
·
Tristeza sin motivo aparente
·
Problemas de concentración
·
Problemas psicosomáticos (dolor de cabeza, barriga, alergias,
eczemas, palpitaciones, etc.)
·
Hábitos nerviosos y tics (enredar el pelo, morderse las uñas,
chuparse el dedo, movimientos en los ojos,…)
·
Falta de apetito o comer compulsivamente.
¿Cómo reducir el estrés infantil?
1. Aumente la calidad de atención a los
niños. Hoy en día tenemos menos tiempo para los niños, por ello
debemos aprovechar estos momentos para prestarles toda nuestra atención con el
fin de que se sientan comprendidos y protegidos por nosotros.
2. Empieza el día sin correr.
Como hemos dicho anteriormente, apenas tenemos tiempo para estar en familia,
con lo que si puedes tener la oportunidad, levántate un poco antes y empieza a
disfrutar el día con un desayuno en familia.
3. Padres relajados, niños relajados.
Recuerde que eres un modelo a seguir para tu hijo, con lo cual, intenta reducir
tu estrés para reflejarle tranquilidad y harmonía.
4. Enséñale a tu
hijo a relajarse. Hay un sinfín de métodos
de relajación que hacen que el niño se pueda calmar. Te recomiendo un libro
llamado: “Atentos y tranquilos como una rana” en el que te proporciona trucos
para relajar a toda la familia.La relajación, meditación y el yoga son
disciplinas básicas que si se realizan desde muy pequeños, ayudarán a que
puedan gestionar mejor las situaciones de estrés.
5. Enséñales a meditar.
Instruye a los más pequeños a que tengan momentos de calma imaginándose que
están en lugares tranquilos como una playa o volar en el espacio. Esto ayuda
con una música tranquilizante. También enséñales a cómo saber respirar de
manera que lo puedan extrapolar en momentos de tensión.
6. Dieta equilibrada.
Investigaciones recientes demuestran que la dieta es un factor importante a la
hora de reaccionar con el estrés. Por ello, debemos tener en cuenta qué es lo
que comemos regularmente.
7. Mensajes positivos antes de dormir.
Siéntate con tu hijo durante unos minutos y haced un resumen del día pensando
en las cosas buenas que han sucedido.
8. El deporte.
La actividad física reduce el estrés.