Autoría: Jesús Jarque García
Republicado coa autorización de http://www.educapeques.com/
Pautas y criterios a seguir con niños lentos
1º. En primer lugar, habría que considerar si es necesario
realizar una valoración con profundidad por unos especialistas del problema.
Desde mi punto de vista, la evaluación de la situación debería realizarse
cuando el hecho de “ser lento”, afecta de manera significativa en la vida
cotidiana y escolar del niño/a, en la relación con otras personas o en su
estado emocional. Si efectivamente parece que afecta en uno de esos ámbitos,
entonces el niño debería ser valorado.
2º. La valoración pasa, en primer lugar, por descartar algún
problema médico, que normalmente suele estar relacionado con niveles
bioquímicos alterados; por el ejemplo el hierro, tiroides… En este caso, el
pediatra sería el primer especialista al que acudir. A continuación una
evaluación psicopedagógica puede orientar las dificultades de funcionamiento
cognitivo (normalmente la velocidad de procesamiento), los puntos fuertes y
débiles del niño. La evaluación psicopedagógica la pueden realizar los
orientadores escolares, psicólogos o neuropsicólogos.
3º. En cualquier caso, una medida a adoptar desde casa
consiste en simplificar ciertos procesos para hacerlos más ágiles: preparar la
ropa para el día siguiente la noche anterior, preparar la cartera, reducir el
número de objetos a utilizar (por ejemplo, en estos casos no es conveniente
usar muchos cuadernos o bolígrafos de diferentes colores). En todos los
aspectos simplificar y reducir.
4º. Unido a lo anterior, es conveniente reducir al máximo
los distractores. Si un niño es lento para arreglarse por la mañana, si encima
le ponemos la televisión, será todavía más lento. Puede acelerar la velocidad
si le decimos: “cuando te vistas ponemos la tele…”
5º. Aumentar el tiempo previsto para realizar actividades
cotidianas. Si se necesita más tiempo para vestirse, arreglar la habitación o
llegar a un lugar, hay que tener previsto un cierto margen de tiempo y a veces
eso implica madrugar un poco más.
6º. No son efectivas las llamadas de atención continuas y
críticas a los niños lentos. No suelen motivarlos más, al contrario, los
desalientan. Es preferible buscar estrategias para marcarles el ritmo y tener
referencias. Por ejemplo, dividirle en pasos las tareas y marcarle tiempos para
cada uno de esos pasos. Las canciones pueden ser un marcador de tiempo
efectivo: “debes recoger la mesa en el tiempo que dura esta canción”.
7º. En el aspecto cognitivo, tareas breves en las que se le
pide al niño que intente reducir los tiempos de ejecución también son una forma
de estimular la velocidad de procesamiento. Por ejemplo, las fichas de atención
o de velocidad lectora de la colección Estimular y Aprender, cuando se siguen
las normas que aparecen en la guía didáctica para mejorar la velocidad de
procesamiento, van a resultar efectivas.
8º. Respecto a los niños que son lentos para realizar las
tareas escolares hay diferentes alternativas: – Tener en cuenta la cantidad que
se les manda según su ritmo de trabajo – Simplificar algunos procesos como
ejemplo, no obligarles siempre a copiar los enunciados de los ejercicios. –
Dejarle otras alternativas para ciertas actividades: ejercicios escritos con el
ordenador mejor que a mano, pruebas orales… – Secuenciarle las actividades,
esto es, que las realice una a una y las enseñe cada vez que finaliza una
actividad. Si se le deja todo el tiempo para realizar varias actividades es
posible que no lo aproveche.9º. Por supuesto, en estos casos es clave que el niño duerma lo suficiente y tenga una alimentación adecuada. Para empezar, puede ser suficiente. Espero que estas orientaciones les ayuden a los que se encuentran con este problema.