Autoría: Celia
Rodríguez Ruiz (Psicóloga e Pedagoga)
Republicado con autorización de: http://www.escuelaenlanube.com/

La
labor del psicólogo en la infancia
La
infancia es una etapa de la vida de crecimiento, desarrollo y maduración.
Normalmente esta etapa está asociada al juego y la diversión, pero son muchas
más cosas las que acontecen en estos momentos. La labor del psicólogo, como
profesional de la salud en estos primeros momentos es fundamental:
- Cómo
especialista que pueda ofrecer un diagnóstico temprano. La enfermedad
mental y los trastornos del estado de ánimo también pueden afectar a
nuestros niños y niñas, hacer un diagnóstico temprano que nos permita
tratarlo es fundamental para evitar futuras complicaciones.
- Cómo
especialista que pueda ofrecer tratamiento temprano. La intervención
temprana es fundamental. En muchos casos cuando no son tratados los
problemas de conducta, las alteraciones del estado de ánimo (depresión,
ansiedad), otro tipo de problemas (dificultades de aprendizaje, problemas
de conducta, trastornos, etc…) las secuelas y la incidencia se extienden a
la adolescencia y la edad adulta y la gravedad se intensifica, pudiendo
convertirse en dolencias crónicas.
- Para el
desarrollo de estrategias para solventar determinados conflictos
emocionales que aseguren su bienestar presente y futuro.
¿Cuándo
debo llevar al niño al psicólogo?
- Al igual
que llevamos a los niños y niñas al pediatra, o médico especialista para
hacer revisiones periódicas de su salud y de este modo poder prevenir y
poder tratar posibles dolencias antes de que las secuelas sean graves,
podemos y debemos acudir al psicólogo de modo preventivo y orientativo.
- En cualquier caso, veamos algunos indicios en los que sí será necesario acudir a un psicólogo:
- El
desarrollo del niño o niña no es el esperado en niños y niñas de su edad.
Le cuesta hacer lo que otros niños y niñas de su edad hacen.
- Tiene
problemas de adaptación, le cuesta relacionarse con los demás.
- Es muy
agresivo.
- Tiene
miedos muy intensos que interfieren en su vida cotidiana.
- Tiene
problemas importantes para dormir.
- Se muestra
triste y apático. No sonríe, no juega, no hace lo que suelen hacer los
niños y niñas.
- Cambios
importantes en su comportamiento, o modo de actuar.
- Le cuesta
seguir normas, desafía con frecuencia la autoridad.
- Causa
daños a otros animales o personas.
- Ante
cualquier duda, lo aconsejable es acudir al especialista.