O perfeccionismo nos nenos oculta unha autoestima baixa

Autoría: Katy Gutiérrez
Republicado con autorización de: http://www.educapeques.com/

El perfeccionismo en los niños y la autoestima baja

Todos deseamos hacer bien las cosas, disfrutar de ello y que los demás puedan reconocerlo, pero ¿Qué pasa cuando nuestro hijo a pesar de hacer las cosas muy bien, no las disfruta y le cuesta aceptar los elogios? Puede ser que estemos ante un niño perfeccionista.
Saca muy buenas notas, pero el día que no lo hace, se convierte en un drama; rompe sus dibujos porque no le han salido bien; intenta destacar en clase a toda costa; detesta perder…son algunos ejemplos de rasgos perfeccionistas en los niños.

Características de los niños perfeccionistas:
  • Cada trabajo lo realiza con mucho detalle y vuelve a repetirlo uno y otra vez, perdiendo mucho tiempo en el proceso
  • Siente mucha presión ó ansiedad cuando no domina algo
  • Prefiere abandonar antes que hacer las cosas mal
  • Hace las cosas muy bien, pero a costa de mucho sacrificio
  • Es minucioso
  • Le cuesta trabajo recibir elogios
  • Siempre cree que podría haberlo hecho mejor
  • Es muy exigente y crítico consigo mismo y con los demás
  • Tiende a las rabietas cuando algo no le sale bien, por muy ordinario que sea
  • Le cuesta trabajo tomar decisiones
  • Tarda mucho en arrancar o quizás nunca lo hace porque siente que no podrá hacerlo bien

¿Cuál es su motivación por hacer las cosas perfectas?

Tener interés por hacer bien las cosas y el gusto por obtener excelentes resultados, no es algo malo en sí mismo: grandes deportistas, científicos, escritores, pintores, educadores…  intentan destacar, obtener premios, medallas, dar lo mejor de sí mismos, llegar a sus metas…
Desde mi punto de vista, todo tiene que ver con la motivación que tienen para hacer las cosas perfectas:

Motivación interna/ interés genuino: Cuando el niño se esfuerza y va aprendiendo de sus errores, sigue adelante y se encuentra automotivado. Disfruta y va aprendiendo durante el proceso. Hay un crecimiento y enseñanza, independientemente de que llegue al objetivo marcado o no.
Las emociones y conductas que acompañan a este tipo de motivación son: Aumento de energía, ganas de intentar una y otra vez, perseverancia, creatividad, sabe pedir ayuda, sabe escuchar consejos, desecha la crítica, positivismo, paz, reconoce sus puntos fuertes y débiles.

Motivación externa y/o autoexigencia: Cuando el niño se esfuerza sólo para obtener la aprobación ó el reconocimiento de los demás (padres, profesores, amigos..) o simplemente se exige demasiado así mismo. Se trata de una imposición, no de un genuino interés por la excelencia.
Las emociones y conductas que suelen acompañar este tipo de motivación son: Ansiedad, presión, ira, autoestima baja, comparación constante con otros, miedo al fracaso, abandono y miedo a intentar cosas nuevas.

Consecuencias negativas a mediano/largo plazo del perfeccionismo por motivación externa o autoexigencia:

  • Ineficacia: Ser tan minucioso o pasar tanto tiempo sopesando la situación para evitar equivocarse, hace que se pierda tiempo muy valioso o que deje del lado el objetivo principal.
  • Fracaso: Cuando cuesta trabajo reconocer los errores, no se aprende de ellos y la ansiedad y las rabietas, pueden terminar dominando la situación.
  • Abandono con frustración: O le salen perfectas las cosas o mejor lo deja, pero con culpabilidad
  • Aislamiento social: Una alta competitividad, críticas mordaces y falta de paciencia, hacen que los demás puedan ver ese niño como alguien repelente.
  • Autoestima baja: Necesidad de complacer a otros, sensación de fracaso y de falta de valía, a pesar de que incluso pueda ser admirado por los demás.

¿Cómo pueden ayudar los padres a reducir el nivel de perfeccionismo de sus hijos?

Menos presión y expectativas más realistas, los hijos no tienen por qué cumplir los deseos frustrados de los padres, ni tienen porque tener las mismas capacidades que otros. Evitemos frases del tipo: Me has decepcionado.

Dejar de lado el modelo de los padres perfectos, quizás el padre o la madre tienen rasgos perfeccionistas que sirven de ejemplo y retroalimentan el carácter del niño. Familias modélicas que dejan poco margen para el error.
Hijo, te quiero por lo que eres, no por lo que haces/logras, es importante que los niños perciban un amor incondicional de los padres y que el amor no está condicionado a su conducta o méritos en la vida.

No perfecto, sino perfeccionándose, dar el mensaje a los niños de que es más importante dar el paso y avanzar, que quedarse paralizado por querer hacer todo bien.
Perfección vs rapidez, el niño debe aprender a distinguir cuando una tarea requiere precisión y/o atención al detalle y cuando se valora más la rapidez en la ejecución.
Se aprende más de los errores, desdramatizar los fallos, incluso ayudarle a comprenden al niño la enseñanza que hay detrás de los fallos. Es muy útil que los propios padres cuenten anécdotas o ejemplos de cómo aprendieron ellos mismos de sus errores.
Lo mas importante es que la perfección no paralice, sino más bien que el niño aprenda a valorar el esfuerzo y enseñanza que se obtiene a lo largo del camino. Un camino donde hay cabida para los errores, las carencias y no por eso decae la motivación por el buen hacer.
Por eso, la perfección no debería de ser un abjetivo sino un verbo en presente continuo, en constante movimiento.