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La
impaciencia y la exigencia van de la mano, por lo general los niños que son muy
impacientes tienen la tendencia de ser altamente exigentes. Ser impaciente es
una actitud muy natural, todos los seres humanos lo somos en mayor o en menor
medida, sin embargo lo más importante es aprender a que los niños la controlen y
cultiven la habilidad de ser más pacientes.
El niño
impaciente y exigente al
que no se le controla, suele tener muchos problemas, no solo de comportamiento
sino sociales, cuando no logra encajar o ser aceptados por los otros, debido a
su comportamiento, con los años esto puede empeorar y convertirse en otras
patologías.
Impaciencia
y Exigencia: Conductas Adquiridas.
Es
importante partir del hecho que este tipo de conductas son adquiridas. Si bien
la impaciencia es una cuestión natural, los límites de esta y su descontrol se
deben a que adquirieron este comportamiento sin los límites adecuados.
Si los
padres al detectar las primeras señales de estos comportamientos no ponen los
límites, no frenan la situación, con el paso del tiempo las cosas se tornan más
y más complejas.
Lo
primero es admitir que si nuestros hijos son impacientes y al mismo tiempo
exigente en una forma descontrolada es en parte por nuestra irresponsabilidad.
El
Niño Impaciente y Exigente: 4 Cosas que Podemos Hacer.
Si
actualmente uno de tus hijos o tus hijos está teniendo esta serie de actitudes,
es importante saber que las han adquirido porque no las hemos corregido como
padres, aquí van algunas recomendaciones o consejos sobre cosas que podemos
hacer que pueden ayudar a resolver el problema:
1.
Ejemplo: ya lo
hemos mencionado en otras oportunidades una de las mejores formas de controlar
o modificar conductas que no son adecuadas en los niños es por medio de nuestro
propio ejemplo. Si pedimos o exigimos a los niños hacer cosas ya mismo, estamos
promocionando y aplicando la impaciencia y la exigencia.
2.
No ceder: por lo
general muchos padres de un niño
impaciente y exigente suele ceder cuando estos exigen algo para
evitar que realicen las rabietas. Debemos ser fuertes y decir no, sin importar
si hacen rabietas o no, por lo general los niños se cansan cuando ignoramos sus
comportamientos.
3.
Inculcar la
paciencia: ser paciente es algo que se aprende con el tiempo, por eso debemos
trata de inculcarla lo mejor que podamos, hablar sobre saber esperar, sobre
saber que nada sucede cuando lo queremos o como lo queremos y más importante
aún, reconocer cuándo lo hacen bien, ayudará a que cambien sus comportamientos.
4.
Tener calma y
autocontrol: discutir con los niños no ayudará en nada, tampoco el hecho de
darles un castigo, es mucho más importante guardar la calma, aceptar las cosas
y hacer lo que te hemos recomendado. Si perdemos la calma como padres, si
gritamos o castigamos fomentaremos mucho más la rebeldía de los niños y sus
actitudes negativas frente a un cambio.